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Los líderes de la Unión Europea iniciaron este lunes en Bruselas una reunión informal en la que esperan abordar íntegramente cómo mejorar la defensa comunitaria y ganar autonomía en seguridad, con la urgencia de ser capaces de colaborar mas conjuntamente y el reto de encontrar la manera de financiar esos esfuerzos.
"Mi intención con este retiro es mantener un debate franco, abierto y libre" sobre las prioridades militares que la UE debe desarrollar en colaboración, cómo garantizar la financiación necesaria y cómo reforzar las asociaciones existentes, indicó ante la prensa a su llegada a la reunión el presidente del Consejo Europeo, António Costa.
Costa confió en que esta cita produzca una "discusión estratégica" -no habrá conclusiones formales- que dé orientación política a la Comisión Europea y a la alta representante de la UE para Asuntos Exteriores y Seguridad, Kaja Kallas, para la redacción del próximo libro blanco sobre la defensa comunitarias, que se han comprometido a presentar en los primeros cien días de mandato.
A esta cumbre informal, en la que también se abordarán las relaciones con Estados Unidos, han sido invitados además el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, y el primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, que participarán en un almuerzo y una cena de trabajo, respectivamente.
Kallas recordó a su llegada que el objetivo de destinar el 2 % del PIB a defensa lo acordaron los países de la OTAN en 2014, pero que ahora hay que "hacer más porque tenemos una guerra a gran escala en marcha en Europa y Rusia no ha cambiado su objetivo".
Líderes europeos
El canciller alemán, Olaf Scholz, dijo que es necesario gastar "al menos" el 2 % del PIB en defensa y pidió que "unos pocos Estados miembros recorran aún el resto del camino".
Defendió asimismo reducir los controles de las reglas de competencia para potenciar la industria de defensa europea.
El presidente francés, Emmanuel Macron, manifestó que "no habrá respuesta a la cuestión de la seguridad de Europa a menos que los europeos lleven más lejos su industria de defensa y su base industrial y tecnológica de defensa, que asuman más inversiones y adopten una preferencia europea".
El nuevo primer ministro belga, Bart De Wever, dijo que la UE ha sido "un poco perezosa en el tema de la defensa" y que el presidente ruso, Vladimir Putin, "nos ha despertado".
Abogó por "gastar más", como va a hacer su Ejecutivo, que va a destinar el 2 % del PIB a más tardar en 2029 y el 2,5 %, en 2034, apuntó, a la vez que alertó de que sería "un error pensar que Europa puede o debe defenderse sola".
"Soy atlantista, debemos continuar la alianza con Estados Unidos. Sé que la situación es complicada y con el nuevo presidente de Estados Unidos será un desafío, pero siempre debemos mirar a largo plazo", afirmó.
La primera ministra danesa, Mette Frederiksen, señaló que "no debe cundir el pánico", aunque admitió que "tenemos prisa" visto que Rusia y Putin "no sólo amenazan a Ucrania, sino a todos nosotros, y tenemos que ser capaces de defendernos", por lo que pidió "acelerar las líneas de producción".
El primer ministro de Luxemburgo, Luc Frieden, consideró que, para el club comunitario, "no es suficiente tener una unión bancaria", sino que también "necesita tener una unión de la defensa".
"Nadie defenderá a Europa"
La presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, dijo por su parte que los votantes de la UE, en las elecciones a la Eurocámara en junio pasado, dieron el "mensaje muy claro" de que "quieren que invirtamos más en seguridad".
"Si Europa no puede defenderse, nadie defenderá a Europa. Y por lo tanto, lo peor que podemos hacer es la inacción", comentó.
Se espera que los líderes hablen de qué capacidades deben ser una prioridad para que la UE gane más autonomía militar, pero está por ver cómo será la financiación para producir más a nivel industrial.
Hasta 19 países europeos, entre ellos el Estado español, han instado a través de una carta conjunta al Banco Europeo de Inversiones (BEI) a seguir ajustando su mandato para poder financiar más proyectos de seguridad y defensa y a explorar la posibilidad de que el propio BEI lleve a cabo emisiones de deuda específicas para financiar proyectos de seguridad y defensa. Otra idea que circula entre los países es suavizar las reglas sobre finanzas sostenibles, teniendo en cuenta que muchos fondos de pensiones y bancos privados argumentan que esas normas dificultan las inversiones en defensa.