Las Navidades clásicas penden de un hilo de nuevo por culpa del covid. El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha realizado un llamamiento a cumplir las normas sanitarias y evitar que la pandemia de covid-19 continúe su expansión "para poder celebrar las Navidades como la ciudadanía vasca desee". No hay que olvidar que el año pasado, la relajación y las celebraciones de las fiestas navideñas fue el desencadenante de la cuarta ola y de una situación verdaderamente crítica en los hospitales.
La propia consejera de Salud, Gotzone Sagardui, sin anunciar una nueva emergencia sanitaria, ya ha deslizado que podrían llegar nuevas restricciones de cara a Navidad. Porque la preocupación de las autoridades es palpable y está basada en unos datos que no dejan de empeorar y que constatan el repunte de la pandemia que dibuja una curva al alza.
CONTAGIOS DISPARADOS
Lento pero imparable
Además, el número de contagios ha crecido más de un 40% en la última semana, con otra jornada en la que se han superado los 300 positivos en solo 24 horas. La tasa de transmisión sigue por encima del límite aconsejable de 1 y se coloca en 1,26. Y el número de fallecidos sigue subiendo con diez decesos.
Porque ahora la pandemia es ya de los no vacunados. De hecho, afecta mucho más a los niños que no están vacunados, con una tasa de casi 200 entre los menores de 10 años. Además preocupan mucho los jóvenes entre 20 y 30 años que presentan las tasas más bajas de inmunización. No hay que olvidar que los porcentajes caen del 95%, que registra la población de más edad, al 80% que se da entre los veinteañeros. El Servicio Vasco de Salud también está muy alerta con la variante Delta Plus, cuya evolución se está monitorizando constantemente para evitar sustos.
NINGUNA ENFERMEDAD IGUAL
Eso obliga a estar permanentemente alerta ya que ni siquiera la vacuna es un escudo perfecto, tal y como demueStra el caso del diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano, que ha tenido que suspender su agenda durante los próximos 10 días tras dar positivo por coronavirus.