Quien más quien menos ha soñado alguna vez con la posibilidad de disfrutar de las vistas que ofrecen las ciudades como si fuera un pájaro. Dado que eso es imposible –salvo excepciones como un viaje en helicóptero o similares– hay que conformarse con verlas desde los rincones más altos. En el Botxo eso es bastante habitual y sencillo, debido a la ubicación de la villa. Es por eso que Bilbao cuenta con varios lugares que se han convertido en miradores privilegiados desde los cuales uno puede disfrutar de Bilbao de una manera diferente.
Podría decirse que alguno de estos miradores son naturales o han tomado forma debido a la orografía de la capital vizcaina y otros, en cambio, son resultado de la mano humana. Es el caso de la Torre Iberdrola o el Puente de La Salve, aunque la mayoría de estos miradores cuentan ya con alguna intervención u obra que los ha mejorado. En cuanto a la Torre Iberdrola, cabe recordar que habrá que pagar para poder subir, pero las vistas panorámicas de Bilbao, desde su terraza acristalada son inmejorables. Se abre los fines de semana y festivos y cuesta 9 euros (la entrada general). Para disfrutar de un mirador con vistas panorámicas de 360 grados hay que subir al piso 25, a más de 100 metros de altura.
Tampoco están nada mal las vistas desde el Puente de La Salve. Este lugar se ha convertido en mirador improvisado, ya que no se trata de un mirador como tal, pero sin duda, el que es el puente con más altura de la villa ofrece vistas que merecen una visita. La zona del Museo Guggenheim se divisa perfectamente desde allí, y al atardecer puede ofrecer unas fotografías inmejorables.
Desde Artxanda al Pagasarri
Sin duda es el mirador con mayúsculas de Bilbao. Además de zona de recreo y ocio, además de un clásico para disfrutar de un vermú tras una mañana de deporte al aire libre, Artxanda ofrece unas vistas espectaculares y aire fresco. Su mirador cuenta además con una barandilla que instaló el Ayuntamiento en la que pone Bilbo-Bilbao, un lugar inmejorable para hacerse un selfie. Aprovechando la visita, también es aconsejable subir o bajar en el Funicular, todo un clásico.
Otro alto visitable para lograr vistas espectaculares es Kobetamendi. Es uno de esos espacios verdes que además brinda la oportunidad de ver Bilbao desde otra perspectiva. Se puede acceder tanto andando como en transporte público, y disfrutar de un atardecer en este entorno es un momento recomendable. Además, quienes tengan autocaravana pueden hacer uso del área para estos vehículos existente en la zona, por lo que es un lugar inmejorable para desconectar, descansar y disfrutar de unas vistas espectaculares.
Y si de espacios verdes se trata, no se puede dejar de visitar el Pagasarri, un monte tan bilbaino como los txikiteros. Subir desde Bilbao es una tradición casi sagrada y al llegar arriba, la recompensa, además del propio espacio, son unas vistas únicas. Entre los barrios de Rekalde y Peñascal hay un espacio de ocio y esparcimiento que además dispone de un mirador que merece un sobresaliente. Este es otro de esos miradores que son menos conocidos pero que no por ello dejan de resultar interesantes, tanto para quienes visitan Bilbao como para las y los bilbainos.
Barrios
Otro mirador, podría decirse que, improvisado, por no ser un mirador al uso, es el de las escaleras de Solokoetxe. Este lugar ofrece sin duda una de las mejores vistas del Casco Viejo de Bilbao. Desde esa posición se pueden divisar muchos de los tejados de la zona, como si se tratara de piezas de un puzzle que van encajando. Se puede ver además, entre estos tejados, parte de la torre de la Catedral de Santiago. Es una de las vistas más bonitas para quienes disfruten de las partes viejas de las ciudades, y muestra además, en parte, cómo se construyó el Casco Viejo o las siete calles. Las escaleras de Solokoetxe unen este barrio con el Casco Viejo, por lo que se puede subir directamente por ellas. También se puede acceder por la calle Zabalbide. Asimismo desde esa zona, se puede llegar directamente desde el Casco Viejo a Miribilla, otro barrio en alto que ofrece buenas vistas de la villa. Por otra parte, quien no lo conozca, podrá ver el espectacular Bilbao Arena.
Con el Casco Viejo a sus pies transcurre el día a día en Begoña, barrio que guarda la emblemática basílica bilbaina. Cerca de ahí está el Parque Etxebarria, desde donde se puede también disfrutar de buenas vistas de la capital vizcaina. Merece la pena darse un paseo por el parque, ver la chimenea original de la antigua fundición de acero. También los barrios de Masustegi o Arangoiti pueden ser un buen lugar para ver Bilbao desde lo alto. Masustegi es un barrio ligado a las personas que llegaron sobre todo desde Galicia a Bilbao en busca de trabajo, y merece mucho la pena pasarse por el barrio y conocer parte de la historia reciente de Bilbao. En Arangoiti existe un pequeño mirador muy apropiado para ver la capital casi a vista de pájaro.
Como ven, son muchos los lugares y rincones conocidos y no tanto, que merece la pena visitar y disfrutar de las vistas de Bilbao desde las alturas. Barrios y colinas que rodean el Botxo se han convertido en miradores. Sin duda, recomendable cada una de las visitas.