Con la intención de celebrar el Día Mundial del Ave Migratoria, nos embarcamos en una ruta a través de algunos de los enclaves más singulares de Euskal Herria. En concreto, se trata de un viaje que nos invita a reconectar con la naturaleza para admirar uno de los fenómenos más impresionantes del reino animal, la migración de aves.
Por lo tanto, este recorrido, cargado de emoción y asombro, nos permitirá descubrir cada una de las paradas, convirtiéndose en una ventana a los cielos de nuestra región llenos de vida y movimiento.
Parque Salburua
Iniciamos la travesía en el corazón de Álava, concretamente en el Parque Salburua, una de las zonas más importantes de Europa. Este humedal, ubicado a solo unos minutos del centro de Gasteiz, no solo es el hogar de especies locales, sino también el refugio de miles de aves migratorias. Al caminar por los senderos que rodean las lagunas, es inevitable que los sonidos de las aves acuáticas nos envuelvan.
Garzas reales, cigüeñas y diversas especies de patos descansan en sus orillas mientras nos detenemos para observarlas en silencio desde los diversos escondites que salpican el recorrido.
Y es que el Parque Salburua, como comentábamos anteriormente, no solo es un lugar de paso para las aves migratorias, sino también un ejemplo de recuperación ambiental. Hace unas décadas era una zona degradada, sin embargo, hoy en día y gracias a los esfuerzos de conservación, se trata de un enclave mágico que vuelve a florecer como un pulmón verde en la periferia de la ciudad.
Recomendamos visitar el observatorio de Ataria, donde podremos obtener una vista panorámica del humedal, y con suerte, observar el incansable viaje en el que las aves se dirigen hacia el sur.
Urdaibai Bird Center
Como siguiente destino, en plena Reserva de la Biosfera de Urdaibai en Bizkaia, nos topamos con el Urdaibai Bird Center. Situado en un lugar privilegiado sobre la marisma de Orueta, este centro de interpretación de aves ofrece un espectáculo continuo sobre la migración de las mismas.
Y es que las aves que llegan desde Europa y África utilizan este espacio como una parada esencial en su viaje, por lo que desde la torre de observación del centro, podremos divisar bandadas de espátulas, cormoranes y limícolas descansando o alimentándose.
Además, el Urdaibai Bird Center es mucho más que un punto de observación, pues se trata de un centro vivo dedicado a la investigación y divulgación. Aparte de disfrutar de las vistas, este nos ofrece exposiciones interactivas y audiovisuales que nos sumergen en el fascinante mundo de la migración que cada temporada trae nuevas sorpresas.
Desde águilas pescadoras rastreadas por GPS hasta la monitorización de especies en peligro mediante anillado científico, es sin duda un lugar donde la ciencia y la pasión por las aves se encuentran. Por lo tanto, es inevitable salir de allí con una mayor comprensión de la importancia de proteger estos espacios de descanso para los viajeros alados.
Collado de Ibañeta
Nuestro siguiente punto del recorrido nos lleva a las alturas del Collado de Ibañeta, en el Pirineo navarro. Este paso de montaña, conocido por ser parte de la ruta del Camino de Santiago, también es una importante vía para las aves migratorias que cruzan los Pirineos. Y es que desde este punto estratégico, son miles las aves rapaces, entre ellas milanos y águilas calzadas, las que realizan uno de los vuelos más exigentes de su migración.
Por lo tanto, es imposible no quedarse observando cómo las corrientes de aire sostienen a estas majestuosas criaturas en su travesía hacia tierras más cálidas. Pese a la fuerza con la que sopla el viento, los animales parecen moverse con elegancia entre las cumbres, lo que nos recuerda el esfuerzo inmenso que implica la migración para ellas y la necesidad de la existencia de corredores biológicos seguros como Ibañeta para que puedan completar su viaje.
Parque Ecológico de Plaiaundi
Ponemos fin a nuestro viaje en territorio guipuzcoano en el Parque Ecológico de Plaiaundi, en Irun. Este mosaico de lagunas, marismas y praderas que constituye uno de los mejores puntos de observación de aves en la región, se encuentra situado entre la desembocadura del río Bidasoa y la bahía de Txingudi. Y es que Plaiaundi es una localización clave para la migración, especialmente en otoño y primavera.
En este maravilloso enclave, podemos observar especies tan diversas como el martinete común, el correlimos menudo y diversas especies de gaviotas y limícolas.
Además, Plaiaundi es un ejemplo de cómo el esfuerzo humano por recuperar hábitats puede dar lugar a enclaves de enorme riqueza biológica. Desde los senderos bien marcados, es probable que nos encontremos con otros observadores, algunos locales y otros venidos desde lejos, pero que entre ellos comparten el deseo de avistar alguna especie rara y poco común o simplemente de disfrutar de la paz que emana este rincón natural.
Un viaje mucho más allá que el de las aves
A pesar de que nuestro recorrido llega a su fin, nos llevamos con nosotros algo más que la belleza de los paisajes y las diversas aves que los habitan. Tras haber visitado cada uno de estos lugares, hemos sido testigos del poder de la naturaleza, de la resiliencia de las aves y de los ecosistemas que las sustentan.
Por lo tanto, celebrar el Día Mundial del Ave Migratoria en estos territorios, es, en última instancia, un recordatorio de que la conservación no es solo una tarea para científicos o naturalistas, sino una responsabilidad compartida por todos.
De esta forma, los cielos de Euskal Herria seguirán llenándose de vida cada año con las aves que nos enseñan, en su incansable viaje, la importancia de respetar y proteger los espacios que les dan refugio. Por esto mismo, desde la tierra, y para los que más nos identificamos con la necesidad de haber tenido que volar fuera del nido, es nuestra responsabilidad seguir cuidando y apoyando estos esfuerzos con la intención de asegurarnos en todo momento de que su vuelo nunca se detenga.