En el Museo San Telmo, en Donostia, abre sus puertas la exposición 'Ipuscua, 1000 años. De Ipuscua a Gipuzkoa, 1025 – 2025'. Se trata de uno de los principales hitos que conmemora la aparición, por primera vez en un documento escrito, del nombre de Gipuzkoa.
De hecho, ese documento, cedido por la Universidad de Zaragoza, encabeza la muestra. Es un documento escrito en latín sobre la donación del monasterio Olazabal y sus terrenos, situado en Altzo, a San Juan de la Peña. Una donación que realizan, "en expiación de su alma", el señor García Acenáriz y Doña Gayla, ambos de Ipuscua, primera mención al nombre de Gipuzkoa que se ha constatado que existe por escrito. Data de 1.025 y hay dos teorías sobre su razón de ser, el nombre de un pueblo o de un lugar.
Los mil años de Ipuscua es la columna vertebral de la muestra que se centra en dos ejes: la geografía del territorio y su forma de gobierno. Un tema arduo que se ha tratado de explicar, en la muestra, de forma comprensible. Y para ello, se muestran algunos mapas y piezas tanto arqueológicas como históricas de gran valor patrimonial.
Por ejemplo, un imponente escudo de los Idiaquez, en piedra.
También se pueden ver los altorrelieves de Jerónimo de Larrea, con una representación mitológica del escudo de Gipuzkoa.
O una imponente maqueta del territorio, realizada en madera en 1951, de 5 por 6 metros, en la que se puede ver Gipuzkoa con sus actuales 88 municipios y sus principales ríos y montañas.
Esta exposición se podrá visitar del 18 de enero al 11 de mayo en dos capillas del antiguo convento. La muestra desemboca en la iglesia del museo, cuya visita complementa la historia descrita en la muestra, convirtiéndose en colofón con los lienzos de Sert, que representan 11 escenas ligadas a la historia de Gipuzkoa y el País Vasco.