Los falcesinos siguen sumando horas festivas y ayer todo el protagonismo se lo llevaron desde el punto de la mañana, y hasta que cayó la tarde, los más pequeños del municipio. Y es que, tras dos años de ausencia, el Día del Muete volvió “con más ganas, ilusión, fuerza y emoción que nunca”, tal y como explicaban.
La aurora en honor a las autoridades infantiles ya alertó a los vecinos de que la jornada venía cargada de actos y, tras disfrutar del Pilón, todos degustaron un suculento chocolate caliente en la Paseo de San Andrés que a muchos les sirvió para recobrar las fuerzas tras el madrugón.
Además, y si alguien brilló con luz propia, esos fueron, entre otros, el alcalde txiki Mateo Nigmann Garijo, de 8 años, y la alcaldesa June Martínez Pueyo, de 9. Ambos, “nerviosos y contentos al mismo tiempo porque es algo que nos hace mucha ilusión”, tal y como explicaban, subieron al salón de plenos a las 11.15 horas, lugar en el que la alcaldesa Sara Fernández le cedió la vara de mando a June. Acto seguido salieron al balcón consistorial para dedicarles unas palabras a sus amigos y amigas y para lanzar su chupinazo particular. Allí, y turnándose el micrófono, gritaron: “Falcesinos, falcesinas. ¡Viva Falces! ¡Viva el Día del Muete!”.
En este momento también estuvieron el rey y la reina infantiles; Diego Olcoz Laplaza, de 11 años, y Carmen Martínez Ortega, también de 11. Diego aseguraba que “siempre había querido ostentar este cargo porque es un día muy bonito” e insistía en que “lo que más me gusta es el baile de la tarde. He ensayado mucho y me lo sé muy bien”. Por su parte, Carmen explicaba que tenía una mezcla de sentimientos; estaba nerviosa pero “muy, muy contenta. De pequeña siempre te apetece ser, pero no piensas que vas a ser la afortunada en el sorteo”.
La calle fue suya
El pasacalles hacia la parroquia, como marca la tradición, lo abrió la comparsa de gigantes y los dantzaris txikis de Makaia, que lucieron orgullosos durante todo el camino las flores que después le ofrecieron a la patrona. Por detrás, y al son de la charanga, desfilaron todas las cuadrillas ondeando sus pancartas.
Tras honrar a la Virgen de Nieva tuvo lugar la entrega de distintivos a las autoridades locales. El paso del testigo, en este caso el de la antigua alcaldesa infantil, Amaia Olcoz, a June, aseguraba la primera, “me da un poco de pena”.
Después, todos los allí presentes disfrutaron con los bailes que ofrecieron en la plaza de los Fueros los integrantes más txikis del grupo de danzas Makaia.
La puesta de largo
Por la tarde, pasadas las 18.30 horas, tuvo lugar una de las citas más esperadas de este día; el desfile y el baile. Y es que todas las cuadrillas de niños y niñas pusieron en escena, en diversas partes del casco urbano, una coreografía.
Para llevar a cabo este baile, explicaban ayer las ensayadoras del rey y la reina (miembros de la cuadrilla Los Granujas), Irati Orobengoa y María Valencia, dos jóvenes de 21 y 23 años de la cuadrilla La Pesca, llevan implicadas desde julio.
Y es que, desde que acabó San Fermín, contaban, se han reunido cuatro días a la semana para, en primer lugar, elegir un disfraz y, en segundo lugar, ensayar una coreografía que esté a la altura de las circunstancias. En este caso concreto deleitaron a todos los vecinos vestidos del horóscopo. Además, insistían, “los padres se encargan de hacer la pancarta porque cada cuadrilla lleva la suya. Es algo que nos gusta y que hacemos por tradición. Es cierto que hoy (por ayer) es duro pero al ver que ellos disfrutan, nosotras también lo hacemos”.
A la hora del relevo, apuntaban, los muetes de 2º de la ESO ensayan con los peques de 3 años de tal manera que entre los ensayadores y los críos siempre hay 10 años de diferencia.