“Los beneficios de la lactancia materna son muchos y sobre ellos hay cientos de investigaciones”, afirma Elena Antoñanzas, presidenta del comité de personas expertas para apoyar el desarrollo de la Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento (IHAN). Algunos de estos estudios, prosigue, constatan que “durante los primeros 6 meses de vida los bebés alimentados con lactancia exclusiva son menos propensos a padecer diarreas, desarrollar infecciones pulmonares, respiratorias o gastrointestinales, otitis media o muerte súbita del lactante, en comparación con aquellos alimentados con lactancia artificial”.
La experta señala también que “la lactancia materna es un factor protector de la epilepsia en la infancia y, a largo plazo, se asocia con una menor probabilidad de desarrollar sobrepeso o diabetes en el futuro”.
En cuanto a los beneficios que tienen las madres, apunta que “aquellas que amamantan tienen menor índice de sangrado postparto” y, a largo plazo, “son menos propensas a desarrollar diabetes y reducen el riesgo de sufrir cáncer de mama y ovario”.
Por otro lado, la lactancia materna “también se relaciona con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en aspectos relacionados con la ecología, la economía, la igualdad y, en definitiva, la salud para todo el planeta”, explica. Además, esta doctora en Ciencias de la Salud destaca su importancia en emergencias sanitarias, como pueden ser las guerras, ya que “garantiza el suministro alimenticio seguro y, por lo tanto, se debe proteger”.