La ruptura de Shakira y Gerard Piqué y todo lo que ha venido después, a raíz de la canción de despecho de la colombiana con Bizarrap que arrasa en medio mundo, parece una historia sin fin que no sólo afecta a la expareja y a Clara Chia, la nueva novia de Piqué, sino también a los familiares. No tanto a los de Shakira, cuyo hermano Tonino parece estar disfrutando del éxito de la de Barranquilla, sino a los del exfutbolista.
Según el programa Socialité, los padres de Piqué están hartos de tener a la colombiana cerca y se habrían planteado mudarse para alejarse de ella. Al principio parecía que era al revés, que era la cantante quien quería separar ambas casas (están una junto a la otra) construyendo un muro. Es más, puso una bruja en la terraza mirando hacia la casa de sus suegros.
Desde que estalló la canción de Shakira, los padres de Piqué no han podido impedir que el tsunami los sal-pique. Así, deben de estar muy molestos con las continuas y ruidosas fiestas que la colombiana está organizando estas semanas en su casa y que incluso lleva a la terraza, con música a todo volumen y con numerosos fans que están convirtiendo su domicilio casi en un centro de peregrinación. Cualquier excusa está siendo buena para montar una fiesta: el éxito de la canción, el cumpleaños de sus hijos, el suyo propio... Y eso afecta a sus vecinos.
Aun así, parece que Joan Piqué y Montserrat Bernabéu van a aguantar en su hogar confiando en que dentro de unos pocos meses, cuando los niños acaben el curso escolar, Shakira se vaya a vivir a Miami, como ha sido su intención desde que rompió con el exjugador del Barcelona, aunque el delicado estado de salud de su padre no se lo ha permitido.