Los parados vascos tendrán un profesional de referencia en el Servicio Vasco de Empleo-Lanbide, que en dos meses realizará un diagnóstico de su situación y en un mes más preparará un plan de formación personalizado para facilitarles encontrar empleo.
Esta asistencia personalizada es una de las actuaciones previstas en la próxima Ley del Sistema Vasco de Empleo. La vicelehendakari y consejera de Trabajo y Empleo, Idoia Mendia, junto al viceconsejero de Empleo, Alfonso Gurpegui, ha presentado a la prensa el anteproyecto de esta Ley, que hoy miércoles inicia su periodo de alegaciones. Tras todos los trámites e informes, está previsto que llegue al Parlamento para su aprobación a finales de año.
Será la primera ley que va a regular el empleo en Euskadi desde la asunción de las competencias en políticas activas de empleo en 2010 y la creación de Lanbide un año después. La ley establece el derecho subjetivo a las políticas activas de empleo -por primera vez en el Estado-, que se traduce en una asistencia personalizada y continuada.
Así, desde que entra en Lanbide se le asignará a cada persona un profesional de referencia, se hará (en dos meses) el diagnóstico personal sobre la empleabilidad y en un mes más un plan de formación y de búsqueda de empleos que pueden ajustarse a sus condiciones.
Este plan personal tendrá dos años de vigencia, es decir, si no se ha encontrado empleo, cada dos años el parado tendrá un nuevo diagnóstico y un nuevo plan, un periodo de dos años que en los parados de larga duración se reducirá a año y medio.
Además de los motivos prácticos de facilitar la empleabilidad de los parados, la vicelehendakari ha resaltado que la oferta de un plan personalizado supone una iniciativa igualitaria, de manera que la formación y la búsqueda de empleo "no sea solo para los que lo puedan pagar, que no dependa de la cartera de cada uno".
La ley también prevé que el empleo será "digno, de calidad" y aumentar la colaboración con las empresas -Lanbide va crear una unidad de empresas- para conocer mejor qué demandan.
La otra vertiente de la ley es la cooperación entre las administraciones para agilizar el funcionamiento, ya que en Euskadi trabajan con planes de empleo el Gobierno -con Lanbide- las Diputaciones y las agencias de desarrollo locales.
Se va crear una red vasca de empleo, encabezada por Lanbide, para coordinar y evitar duplicidades. Por ejemplo, cada persona tendrá una historial laboral único, independiente del servicio que le atienda, un historial al que solo podrán acceder los profesionales-, y las prestaciones también serán unificadas.
Tras la aprobación de la ley, en un año más habrá un mapa de los servicios de empleo vascos, para evitar duplicidades. Mendia ha insistido en que se trata de cooperar e ir todos en la misma dirección. Por ejemplo, ha resaltado que son las agencias locales las que conocen mejor las necesidades de las pymes de su ámbito.
En este ámbito municipal, el anteproyecto de la ley prevé que los municipios de más de veinte mil habitantes desarrollen sus planes de empleo, y los de más de diez mil habitantes pero con una tasa de paro superior al 10 por ciento, también, aunque se trata de una cuestión que están hablando con Eudel. El Gobierno vasco financiaría estos planes de empleo y desarrollo local.
Otra de las reformas previstas es la del régimen jurídico del propio Lanbide, que actualmente es un organismo autónomo y pasaría a ser un ente público de derecho privado. El objetivo de este cambio es "cerrar Lanbide", según ha explicado Mendia: Con el régimen actual, los funcionarios de Lanbide pueden optar a otras plazas en la administración.
El objetivo es que los funcionarios se queden en Lanbide -cuya plantilla actual se acerca a mil personas- para aprovechar su formación y especialización.
Todas estas reformas buscan más agilidad y una atención personalizada para conseguir superar el reto que tiene todos los servicios públicos de empleo, mejorar la intermediación y colocación, es decir, que sean más los contratos en los que intermedie Lanbide.