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Navarra

Los parias de la zona azul en la Rochapea

"Pagar 250 euros es excesivo, un abuso y por eso he decidido no sacar la tarjeta" Iban Romo, Dueño de Gráficas Xabier
"Pagar 250 euros es excesivo, un abuso y por eso he decidido no sacar la tarjeta" Iban Romo, Dueño de Gráficas Xabier

Comerciantes del barrio critican una tasa de aparcamiento 5 veces superior a la de los vecinos, que les relega a unas plazas que no hay en sus calles y que solo permite estacionar a dos coches por negocio

Se sienten excluidos, ninguneados y perjudicados. Son comerciantes de la Rochapea que critican la "excesiva" tasa que les ha impuesto el Ayuntamiento de Pamplona para aparcar en el barrio pamplonés: 250 euros al año frente a los 48,35 que abonan los residentes, una realidad que padecen la mayoría de profesionales del sector conforme la zona azul se expande por la ciudad. A pesar de que pagan cinco veces más, los comerciantes han quedado relegados a la zona naranja –la azul es para vecinos y aparcamiento rotacional– y en la mayoría de casos ese tipo de plaza no existe en las calles donde se sitúan sus negocios: la carga y descarga diaria del género se complica. Los parias de la zona azul.

A veces se ven obligados a "echar la monedica" en la zona azul porque en la naranja –para comerciantes, residentes y estacionamiento rotacional– no hay hueco. Además, el Consistorio solo da un máximo de dos tarjetas de aparcamiento –250 euros anuales cada una– para vehículos que estén a nombre de los dueños o del establecimiento. El resultado, comercios de varios socios que se han visto obligados a deshacerse de su vehículo de reparto, un autónomo que paga cerca de 1.500 euros anuales para poder aparcar sus tres furgonetas e incluso una empleada que viene a trabajar desde Estella y que se ha alquilado una plaza de garaje por 720.

"No puedo aparcar en mi tienda porque es zona azul, pero siempre hay hueco" -Lidia Lanciego, Frutas y Verduras Lurgai

Naranja sí, azul no

"Pago 250 euros y tengo problemas para aparcar"

"Siempre estamos pagando. Siempre nos están achicharrando. Esto es vergonzoso y estoy muy quemada", se queja con vehemencia Lidia Lanciego, dueña de Frutas y Verduras Lurgai. "Me parece desorbitado e injusto. Somos dos socias, cada una con su vehículo, y pagamos más de 500 euros. Vivo en Añézcar y como no hay transporte público estoy obligada a venir en coche", se lamenta Mari Cruz Rodríguez, propietaria del centro de masajes Sensaciones junto con su hermana Cristina. "No veo correcto que en Azpilagaña me cueste aparcar mi coche 50 euros y aquí por utilizar el mismo espacio público pague cinco veces más. Me estoy gastando 300 euros al año por aparcar el mismo vehículo", se queja Patxi Mantxo, uno de los socios de la carnicería Zaraitzu.

"Pago 250 euros y tengo problemas para aparcar. A veces echo la moneda" -Juan Pedro Rodrigo, dueño de la Óptica Boulevard

Los comerciantes de la Rochapea también lamentan que se les haya "apartado" de la zona azul. "No puedo aparcar en frente de mi tienda, a pesar de que siempre hay huecos, porque es zona azul. Me tengo que ir hasta la zona naranja cuando necesito un sitio cerca de la frutería para descargar la mercancía", explica Lidia. "Tenemos tres furgonetas de reparto y no nos han puesto zona naranja. De Marcelo Celayeta para abajo casi todas las calles transversales son naranjas y aquí arriba –en Rochapea norte– la mayoría de las vías semejantes son azules. ¿Cómo hago la carga y descarga?", se pregunta Javier Sagasti, dueño de Bodegas Sagasti.

"Para una furgoneta he alquilado una plaza de garaje por 780 euros al año" -Javier Ssagasti, encargado de Bodegas Sagasti

Al no poder acceder a esas plazas, "casi diría que tenemos más problemas para aparcar ahora que antes", asegura Javier. En la misma línea opina Juan Pedro, que llega a su óptica a las 8.20 horas de la mañana pese a que abre a las 9.00 horas: "Si no, la zona naranja adiós muy buenas porque los padres que dejan a sus hijos en el colegio –el centro concertado La Compasión-Escolapios, en frente de la óptica– ocupan muchas plazas y es imposible aparcar", afirma. Lo mismo sucede los sábados, incide, ya que los residentes no mueven su coche durante el fin de semana. "Pago 250 euros y aún así tengo problemas para aparcar. A veces echo la monedica en la zona azul", comenta Javier, que confiesa que al vivir en la Txantrea se ha planteado no sacarse la tarjeta y venir a la óptica andando o en villavesa: "Pero es que dependo del coche. Si tengo que salir a una reunión, temas de asesoría o ir a otra óptica de otro compañero porque le tengo que llevar algo necesito un medio de transporte rápido, porque en la óptica estamos solo dos personas y la rapidez me la da el coche". Debido a estas dificultades, los comerciantes reivindican poder estacionar en ambas zonas.

Alquiler de garajes

"Es una época muy jodida"

Otro de los problemas a los que se enfrentan los comerciantes es la escasez de tarjetas que autorizan el aparcamiento en la zona naranja: el Ayuntamiento de Pamplona solo da como máximo dos –cuando la tienda tiene dos socios o más– y para vehículos que estén a nombre de los dueños o del establecimiento.

¿Y si hay más de dos socios? En la carnicería Zaraitzu son cuatro, cada uno con su vehículo, y poseían una furgoneta de reparto. "Nos la hemos quitado porque si no tendríamos tres coches particulares sin tarjeta", explica Patxi. Como consecuencia, el reparto a domicilios lo realizan con sus propios vehículos y para los bares y restaurantes se han visto obligados a contratar un servicio externo. "Es un gasto más", se queja.

"Casi tenemos más problemas para aparcar ahora que antes de la zona azul" -Patxi Mantxo, socio de la Carnicería Zaraitzu

Javier es el único socio de Bodegas Sagasti, dispone de una tarjeta, pero cuenta con tres furgonetas de reparto. "Muy mal, muy mal. Para la más pequeña he podido alquilar una plaza de garaje por 65 euros al mes, 780 al año. Estamos pagando 1.030 euros –780 más los 250 de la tarjeta– anuales en una época muy jodida", relata. Y con la tercera furgoneta, prosigue, "los ratos que hay entre reparto y reparto, que con la pandemia y las restricciones a la hostelería hay muchas horas muertas, estamos atentos por si vienen los vigilantes y cuando se pasan pagamos la zona azul o la llevamos hasta el polígono de Ansoáin", reconoce. En total, Javier destina alrededor de 1.500 euros anuales en aparcamiento, una cifra difícil de asumir: "Estoy planteando quitar una furgoneta porque entre que la situación no termina de mejorar y estos gastos... No nos merece la pena", avanza.

¿Y los trabajadores? Los que viven en Pamplona apuestan por la villavesa, la bicicleta o los patinetes eléctricos. Pero para otros, el coche es imprescindible. En el centro de masajes Sensaciones una empleada viene a trabajar desde Estella y se ha alquilado una plaza de garaje por 720. "No le ha quedado otra opción", comenta resignada Mari Cruz. El resto, debe pagar la zona azul. "Tengo a mi hija trabajando conmigo en la frutería. Cada día pago dos, tres euros. Si lo multiplicas por todo el año... Imagínate tú el dinero que se nos va", se lamenta Lidia. Por ello, exigen al Ayuntamiento una tarjeta para cada trabajador o un precio "reducido y especial".

"Me parece injusto y desorbitado. Somos dos socias y nos cuesta 500 euros" -Mari Cruz Rodríguez, centro de masajes Sensaciones

La resistencia

"Es excesivo y un abuso"

Iban Romo, dueño de Gráficas Xavier, considera "excesivo pagar 250 euros por aparcar". Va más allá: "Es un abuso". Por eso, ha decidido no sacarse la tarjeta de comerciante y aparca en el aparcamiento disuasorio y gratuito de Trinitarios. "Vi si me salía rentable comprarla o no, según los días que necesitaba realmente aparcar cerca de la tienda", señala. Eso sí, ya ha notado que desde la implantación del estacionamiento regulado en San Jorge, Rochapea y Txantrea es más difícil encontrar hueco. 

2021-09-26T10:39:02+02:00
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