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Política

Los partidos vascos ajustan estrategias entre la renovación y la continuidad

PNV, EH Bildu y PSE encaran sus procesos internos sin la urgencia de un horizonte electoral cercano. Ortuzar aún no ha revelado su decisión; Andueza seguirá y, previsiblemente, también Otegi
Eneko Andueza, secretario general del PSE; Andoni Ortuzar, presidente del EBB del PNV, y Arnaldo Otegi, coordinador general de EH Bildu.
Eneko Andueza, secretario general del PSE; Andoni Ortuzar, presidente del EBB del PNV, y Arnaldo Otegi, coordinador general de EH Bildu. / EFE/Deia

Con la tranquilidad de haber dejado atrás un intenso y largo ciclo electoral, los tres principales partidos políticos vascos van a celebrar estos próximos dos meses sus procesos internos de renovación, sin un horizonte cercano de elecciones, lo que les permite ir reajustando y recalibrando sus estrategias con vistas al futuro y sobre todo a los comicios municipales y forales de 2027 y las autonómicas vascas el año siguiente.

En este periodo de transición, EAJ-PNV, EH Bildu y PSE-EE afrontan sus congresos en situaciones diferentes. La formación jeltzale está apremiada por un proceso que ya ha comenzado con la renovación de las cúpulas territoriales y con las bases mirando hacia la Asamblea General del 29 y 30 de marzo con la incógnita de si Andoni Ortuzar optará a la reelección como presidente del Euzkadi Buru Batzar (EBB) o se echará a un lado tras doce años al timón de la ejecutiva jeltzale. En EH Bildu y PSE Arnaldo Otegi y Eneko Andueza tienen asegurada, salvo sorpresa, su continuidad al frente de la dirección de sus respectivas formaciones.

El PNV ya ha renovado en los últimos meses sus ejecutivas territoriales en la Comunidad Autónoma Vasca, Nafarroa e Iparralde con la designación de Iñigo Ansola, María Eugenia Arrizabalaga, Jone Berriozabal, Unai Hualde y Pantxoa Bimboire y el resto de los integrantes de las respectivas juntas. Fue a finales del pasado año en el marco de un largo proceso congresual que culminará en marzo en un cónclave que confirmará a la persona que estará al timón del partido.

La gran interrogante es si Ortuzar seguirá al frente. Aún no ha desvelado si optará a la reelección, una duda que empezará a disolverse a partir de este próximo 20 de enero, fecha a partir de la cual los batzokis cobrarán su genuino perfil político y serán protagonistas de la primera vuelta de las votaciones entre las bases que podrá proponer los nombres para la presidencia del partido y las y los ocho burukides del EBB (los otros cinco son las y los presidentes de las territoriales, miembros natos de la ejecutiva nacional).

A la segunda fase pasarán quienes logren el respaldo de tres batzokis como mínimo. Esta segunda ronda se desarrollará entre el 10 y el 16 de febrero y servirá para que el o la candidata a presidir el partido jeltzale, así como al resto de integrantes de la junta, empiece a perfilarse y dejar su coronación lista para el cierre del proceso en la Asamblea General de finales de marzo.

Toque de atención

El PNV afronta el congreso como un proceso interno de renovación con relevo generacional incluido, impulsado por el declive electoral en los últimos comicios, en los que ha visto mermada su pujanza habitual, a pesar de haber mantenido los gobiernos en todas las instituciones principales de Euskadi, salvo en el Ayuntamiento de Gasteiz.

La formación jeltzale no se ha escondido ante el toque de atención de la ciudadanía y ha reconocido el desgaste, atribuido no tanto a la gestión en los gobiernos, sino más a la pandemia y al mayor nivel de exigencia ciudadana, en un marco social donde han perdido fuerza los argumentos comunitarios frente al individualismo.

El PNV necesita pasar la ITV, ha llegado a señalar Koldo Mediavilla, uno de los ideólogos que ponen las luces largas para proyectar el futuro del partido, al tiempo que aboga por presentar un perfil socieconómico y cultural acorde a los nuevos tiempos. Los jeltzales aspiran a reconectar con una parte de su electorado descontenta con su manera de obrar. El objetivo es encontrar un nuevo punto de equilibrio interno que haga al partido un instrumento ágil y eficaz en la toma de decisiones. Para ello además pretende nutrirse de nuevos equipos humanos que piloten el cambio, como ya ha ocurrido con la formación de las primeras líneas del Gobierno vasco, así como de las personas que lideran las cúpulas territoriales del partido.

Durante el proceso se debaten cinco documentos, tres de carácter programático y dos organizativo, que diseñarán la hoja de ruta del partido para los próximos años y que tratarán de marcar la agenda política e institucional del país. Entre los temas más relevantes, los servicios públicos -con especial incidencia en la sanidad y la educación, las políticas de vivienda, inmigración, cambio climático, prestaciones y ayudas sociales y reto demográfico-, pero también el autogobierno y el acuerdo estatutario, además del reconocimiento de Euskadi como nación y el cierre de las transferencias pendientes.

Otegi y la duda de Otxandiano

Si en el PNV el destino de su líder es una incógnita, en EH Bildu su timonel sigue al frente de la coalición. Todo apunta a que Arnaldo Otegi (66 años) continúe como coordinador general tras el congreso que se celebrará en el Baluarte de Iruñea el próximo 8 de febrero.

Tras varias sentencias por participar en varias acciones de ETA, su andadura política en la izquierda abertzale comenzó a mediados de la década de los noventa como parlamentario y poco después en la mesa nacional de Herri Batasuna (HB). Su actividad estuvo interrumpida en varias ocasiones por distintas resoluciones judiciales, hasta que, en 2013, tras la creación de Sortu, se convirtió en el referente político de la izquierda abertzale. Actualmente es el líder indiscutible de EH Bildu, con el que no ha podido alzarse como lehendakari, aunque ha dejado a su formación muy cerca de los jeltzales en las últimas elecciones autonómicas.

El congreso de EH Bildu tendrá que arrojar luz sobre el papel a jugar por Pello Otxandiano, considerado el ideólogo de la nueva fase post-ETA de la izquierda abertzale y de su volantazo estratégico y político hacia un pragmatismo antaño repudiado y ahora esgrimido como capital político propio. Tras el fallido intento para convertirse en lehendakari, Otxandiano parece llamado a tener un rol principal en el cuadro orgánico de la coalición de cara a consolidar a la formación como alternativa al PNV.

La ponencia política que se ratificará en el congreso definirá también la Mesa Política, su principal órgano de dirección y aprobará la ponencia política con vistas a las próximas elecciones municipales y forales y, un año después, las autonómicas vascas. El texto recoge que la materialización de las apuestas exigirá adaptaciones organizativas y recursos.

El documento plantea el respeto a la voluntad de la ciudadanía de los tres ámbitos administrativos actuales (CAV, Nafarroa e Iparralde), reconoce que asume que la independencia es ahora inviable y admite que no ha obtenido logros en el camino hacia la soberanía. Sostiene que el proceso hacia la soberanía deberá ser gradual y apuesta por dotar al proceso de un carácter democrático escrupuloso. Asimismo, aboga por fomentar una lectura autocrítica compartida sobre la violencia de ETA, que no ha sido llevada a la práctica en su totalidad hasta ahora. Para el resto de los partidos, ello le impide homologarse del todo como fuerza democrática mientras no haya un reconocimiento expreso y público del daño injusto causado por ETA y quienes le apoyaban, lo que facilitaría la labor de autocrítica a los alrededor de 120 presos aún en las cárceles, aunque algunos siguen cumpliendo condena en casa con dispositivos de control -hay otra decena de presos disidentes con la línea oficial de la izquierda abertzale-.

Otra de las cuestiones que deberán aclararse en el congreso es el papel en la coalición de Sortu y, sobre todo, de Eusko Alkartasuna y Alternatiba. Estas dos formaciones han ido perdiendo peso orgánico e ideológico en la coalición. También planeará en el debate la manera de achicar el espacio a la disidencia de la izquierda abertzale aglutinada en torno al GKS que en los últimos tiempos ha ido creciendo en los márgenes comunistas de la izquierda abertzale.

El fin de semana siguiente al congreso de EH Bildu será el PSE el que aborde su proceso interno. Será los días 15 y 16 de febrero en Donostia y tendrá como objetivo declarado reforzar la posición ideológica del socialismo vasco y seguir creciendo electoralmente. Todo apunta a que Eneko Andueza será encumbrado por aclamación y repetirá como secretario general después de poco más de tres años al frente del partido.

Alineados con Sánchez

Los socialistas vascos llegan al cónclave en un ambiente de continuidad y estabilidad, bien alineados con el secretario general del PSOE y presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, que se ha quitado de en medio a casi todos los barones territoriales de España disidentes con su gestión. Andueza no se ha salido del guion escrito por Ferraz y afronta su segundo mandato con el reto de aumentar la influencia del PSE en las políticas de las instituciones vascas.

El congreso socialista también abordará las políticas a desarrollar para que el PSE no quede relegado como tercero en discordia en la disputa política y de agenda que mantienen PNV y EH Bildu, primer y segundo partidos en el Parlamento Vasco tras las últimas elecciones autonómicas.

El PP, a la espera de la señal; Sumar inicia su despliegue

De su lado, el PP vasco y Sumar Mugimendua afrontan este arranque el año en situaciones diferentes. Los populares cerraron su congreso autonómico en 2023 con la designación de Javier de Andrés como líder del partido, pero aguardan a la señal de Génova para poner en marcha los procesos internos territoriales que, por calendario, deberían celebrarse en primavera. Sumar cerró hace unos pocos meses su proceso congresual y formó su ejecutiva con Alba García al frente.

En el PP, De Andrés fue elegido presidente en sustitución de Carlos Iturgaiz y desde entonces ha marcado su impronta en cuestiones como la reforma fiscal aprovechando que en Gipuzkoa y Araba los gobiernos de coalición foral PNV-PSE no tienen la mayoría suficiente para aprobarla por sí solos. También ha sido especialmente incisivo en la crítica a la gestión económica del Gobierno vasco y ha censurado los acuerdos de jeltzales y socialistas en Euskadi y Madrid con EH Bildu.

La formación popular tiene pendientes los cónclaves en Bizkaia, Araba y Gipuzkoa, pero de momento no hay señales de que puedan convocarse en los próximos meses. No es ajeno a esta circunstancia la decisión de Alberto Núñez Feijóo, presidente del PP, de apurar los plazos hasta ver si el Gobierno de coalición de Pedro Sánchez aguanta ante los episodios judiciales que le acechan y si finalmente no logra sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado para 2025, lo que podría precipitar unas elecciones anticipadas.

Mientras la posibilidad de un adelanto electoral esté latente se reducen -o se retrasan- las opciones para convocar procesos territoriales internos que en otro escenario podrían ofrecer bazas al PSOE.

La situación es distinta para Sumar. Prácticamente parte de cero en la construcción de su proyecto y la búsqueda de un espacio político y electoral. Máxime después del paso atrás de Yolanda Díaz como líder de Sumar en el Estado. Alba García encabeza la formación en la CAV y buscará los votos perdidos a la izquierda del PSE y los desencantados de EH Bildu. Estará vigilada por Podemos que, aunque no tiene representación en el Parlamento, intentará recuperar el espacio perdido tras la aparición de Sumar.

2025-01-12T15:03:08+01:00
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