"Romario es un jugador de dibujos animados”. A Jorge Valdano se le atribuye la famosa frase sobre el jugador brasileño que aterrizó en Barcelona en 1993, capaz de regatear a sus oponentes en una baldosa del área. Han pasado casi veinte años ya. Con contadas excepciones, en el fútbol profesional ya no abundan los talentos insolentes como Romario, ese tipo de delanteros imprevisibles que no se sabe muy bien por dónde van a salir, si por la derecha o por la izquierda, si van a driblar o, por el contrario, terminarán chutando a puerta por sorpresa.
Los partidos de las cuatro grandes ligas (Alemania, Estado español, Italia e Inglaterra), dicen los comentaristas deportivos, son cada más encorsetados, rígidos y cronometrados y quedan expuestos a una genialidad suelta. Rara vez los enfrentamientos se resuelven con grandes goleadas. Se valoran la táctica y el orden, los esfuerzos defensivos y no perder la posición; la anarquía esta de más. Sobran los desajustes y la improvisación. Ir por libre es una osadía que se paga caro y los técnicos prefieren mil veces a los tipos eficaces pero aburridos que cumplen con lo esperado.
El mundo al revés
El fútbol base, en cambio, es el mundo al revés. Los niños y jóvenes que juegan en las divisiones inferiores, desde infantiles a juveniles, están mucho menos curtidos físicamente y se saltan los dictados del entrenador más veces de la cuenta. Los parámetros son otros, sobre todo en el caso de los más pequeños: aprenden los conocimientos relacionados con el fútbol, practican la técnica y se divierten. La estampa es muy común a la que se puede ver cualquier fin de semana en los campos de fútbol de cualquier ciudad del mundo: chavales que saltan al terreno de juego para emular a sus ídolos, se llamen estos Oyarzabal, Nico Williams o David García.
También conocido como calichín (Perú) o fuerzas básicas (México), el fútbol base nace a partir de una mirada amplia y global del deporte; se empiezan por desarrollar una serie de capacidades básicas como correr, agarrar, saltar y la interacción entre compañeros y contrarios. En las distintas fases del fútbol formativo, los chavales pasan de la iniciación y el aprendizaje a rendir y competir en un partido oficial. Pero el fútbol infantil a veces funciona como un juego alocado y divertido que se expone como un virus indetectable; se asemeja a situaciones más cercanas a la ficción que a la realidad.
Un ejemplo de ello es el partido de fútbol sala que en la categoría prebenjamín (entre 6 y 8 años) enfrentó el pasado octubre al Gimnástica Segoviana con el CD Carbonero. El choque terminó con una aplastante victoria de los primeros por 34 goles a cero. El resultado, escandaloso incluso para este tipo de encuentros anárquicos entre niños, propició una disculpa pública en las redes sociales. "Este resultado NO nos gusta. Pedimos perdón al CD Carbonero por un marcador innecesariamente abultado que choca con la idea de lo que tiene que ser el deporte base. Trabajaremos para que no suceda más. Hemos invitado a los niños del Carbonero al partido ante el Alcorcón B", escribió el club segoviano en un claro gesto de concordia.
¿Realidad o ficción?
Cuatro niños locos por el fútbol hacen piña para ayudar a sus ídolos a recuperar sus habilidades cuando un malvado científico les arrebata su talento. Podría pasar por una historia real, pero es el argumento de 'La peli de fútbol', un largometraje dirigido por Mitch Shauer, un experimentado profesional de la animación que se dio a conocer en los años 80 con 'Garfield y sus amigos'. Los dibujos están disponibles en Netflix desde el mes de noviembre y cuenta con la participación de dos pesos pesados del balón: el sueco Zlatan Ibrahimović y la capitana de la selección de Estados Unidos, Megan Rapinoe.
A nadie se le escapa que la conocida plataforma de streaming ha aprovechado el tirón del Mundial de Catar para lanzar al mercado un producto netamente infantil. No ha cosechado buenas críticas, pero 'The Soccer Football Movie' -su nombre en inglés- ya pasa a formar parte de la lista de series y películas de animación que giran alrededor del mundo del fútbol. En 2010, coincidiendo esta vez con la celebración de la Copa del Mundo de Sudáfrica, Disney Channel emitió la serie 'Dreamkix'. Producido por el estudio coreano Designstorm, se narran las aventuras de un equipo de fútbol formado por unos simpáticos animales de granja que sueñan con jugar contra los mejores clubs del mundo.
Naranjito, icono pop
Para promocionar el Mundial de España, se estrenó en 1982 'Fútbol en acción' de RTVE. Naranjito, la memorable mascota recuperada tiempo después como icono pop, era el protagonista de la serie y contaba con el asesoramiento deportivo de Alfredo Di Estefano y los comentarios de Matías Prats. Los capítulos tenían una duración de 20 minutos. Entre los personajes, también se encontraban su novia Clementina, Citronio y el robot Imarchi; Zruspa y sus secuaces, los llamados Cocos, eran los maquiavélicos adversarios del rechoncho héroe anaranjado. 40 años después, la serie mantiene el encanto gracias a la candidez y el carisma de su estrella principal.
"Allá van con el balón en los pies y ninguno los podrá detener. El estadio vibra con la emoción, de ver jugar a los dos, a los dos. Solamente juegan para ganar, pero siempre con deportividad. Y no hay nadie mejor, para la afición. Oliver, Benji, los magos del balón. Benji, Oliver, sueños de campeón". ¿Qué hacer con una serie que nunca pasa de moda y su sintonía se te clava en la cabeza como si fuese la canción del verano? Aunque comenzó su andadura a mediados de los años 80 en Japón, 'Campeones' (también conocida como 'Oliver y Benji' o ‘Súper Campeones’) no llegó a emitirse en Telecinco hasta 1990.
Su éxito fue tremendo. Basado en un manga homónimo, las kilométricas galopadas a cámara lenta de Oliver y las estiradas imposibles de Benji siempre acompañarán a los niños y adultos aficionados al deporte rey que se han quedado embobados viendo sus jugadas. Un choque de titanes entre futbolistas superdotados de una serie que en la original se llamó con otro nombre, 'Capitán Tsubasa'.
Andrés Iniesta era otro mago con el balón en los pies. Uno de carne y hueso, de verdad. Se zafaba de sus rivales con fantasía y por medio de giros y requiebros que nadie adivinaba a descifrar. Llevaba la pelota cosida al pie. En la Eurocopa de 2012, al jugador manchego de la selección española le regalaron una foto de uno de los personajes de 'Campeones'. Se había convertido en uno de los dibujos animados a los que se refería Valdano. "Es un orgullo que los contrarios estén pendientes de mí. He recibido la foto y me hace gracia que me comparen con ellos, con Oliver y Benji. Es para estar contento. Eso de estar rodeado de cinco contrarios son circunstancias que pueden suceder en un partido. Lo que se deduce es que el rival te valora".
Lemoako Harrobi Futbol Kluba, un equipo de cantera
Lemoako Harrobi Futbol Kluba no es de esos equipos que se dejan impresionar por la contratación de jugadores de otros lugares. Desde su fundación en 2012, su apuesta es firme y decidida por la cantera y desde todos los estamentos del club se inculcan las cualidades de un proyecto comunitario sin eludir el rendimiento deportivo en las distintas categorías (benjamín, alevín, cadete, juvenil). La labor de los técnicos y preparadores del Harrobi, como se le conoce al equipo popularmente, pasa por sacar talentos locales para que algún día puedan debutar en el campo de fútbol de Arlonagusia y los chiquillos empiecen a darle patadas al balón.
Con una capacidad para 1.500 espectadores y unas dimensiones de 101 x 63 metros, los primeros equipos de la Sociedad Deportiva Lemona -fundado en 1923- y Club Deportivo Lemoaberri -de reciente creación, fundado en 2012- disputan sus encuentros como locales en esta cancha de hierba natural. Lemoa es un pequeño municipio euskaldun de 3.500 habitantes ubicado en la comarca de Arratia, a unos 15 kilómetros de distancia de Bilbao.
Cuenta entre sus habitantes con un personaje tan ilustre como Juan Bautista Eguzkitza Meabe (1875-1939), un escritor y traductor que en 1919 fue nombrado académico de Euskaltzaindia. El colegio público de educación infantil, primaria y secundaria lleva su nombre. En el plano deportivo, el Harrobi es motivo de orgullo local después de que el Lemoharrobi se convirtiera en el único equipo de la categoría Regional que no perdió un solo partido en la temporada pasada. Una gesta en un año de récord que fue reconocido con una gran fotografía en la portada de Cantera deportiva, el periódico de referencia del fútbol base en Bizkaia.
Toda la información de los encuentros de las diferentes categorías del club lemoarra se pueden seguir a través de sus redes sociales, en Twitter (@LemoakoHarrobi) y su página de Facebook. La ilusión por el balón y la inquietud futbolera que se vive cada fin de semana en Lemoa hace que a la chavalería le pique el gusanillo de jugar con el equipo del pueblo. Su marcada filosofía de cantera se lleva dentro y está impresa incluso en su nombre oficial. La doctrina que pregona el Athletic también valdría para el Harrobi. El club rojiblanco se caracteriza “por la defensa de unos valores cada vez menos frecuentes en el fútbol y en el deporte del siglo XXI. El orgullo por lo propio, reflejado en su máxima expresión con su política de cantera, marca la diferencia con cualquier otra filosofía o manera de entender el fútbol en todo el mundo”.