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Los récords Guinness más curiosos que ha logrado Euskal Herria

Este 21 de noviembre se celebra el día mundial de los récords Guinness. ¿Qué mejor momento para recordar todos aquellos que han logrado nuestros vecinos a lo largo de la historia?
Récord de toques de balón. / Oskar Montero

Si algo nos define en Euskal Herria es nuestra persistencia, nuestro tesón y nuestra fortaleza a la hora de perseguir nuestras aspiraciones. Y esas son precisamente las claves para hacerse con un récord Guinness, que este 21 de noviembre celebra su gran día.

El libro de los récords Guinness se creó de forma fortuita allá por el año 1955 y su origen es casi tan curioso como los logros que se premian. Tal y como explican desde la propia organización, la idea surgió a principios de los años 50, cuando Sir Hugh Beaver (1890-1967), director general de la cervecería Guinness, asistió a una fiesta de caza, donde él y sus anfitriones discutieron sobre cuál era el ave de caza más rápida de Europa y no lograron encontrar una respuesta en ningún libro de referencia.

“En 1954, recordando su discusión en una fiesta de tiro, Sir Hugh tuvo la idea de una promoción de Guinness basada en la idea de resolver las discusiones en los pubs e invitó a los gemelos Norris (1925-2004) y Ross McWhirter (1925-75), que eran investigadores de Fleet Street, a recopilar un libro de datos y cifras”, reseñan. A lo largo de la historia de este curioso libro, Euskal Herria se ha anotado unos cuantos récords. Estos son algunos de ellos:

Dos récords para Kortezubi

La pequeña localidad vizcaina ha pasado a la historia por sus maravillosas cuevas de Santimamiñe y por su bosque pintado por Agustín Ibarrola. Pero también por el que fuera su alcalde, José Antonio Bastegieta, a quien muchos conocen por el sobrenombre de Marko.

Él ha ayudado a lo largo de su mandato, al fin y al cabo, a muchos vecinos a cumplir sus sueños. En el 89, sin ir más lejos, un joven Andoni Basterretxea entró en el libro por comer la mayor cantidad de almejas en el menor tiempo, récord que batió en un programa de la televisión gallega.

Pero no solo eso. “La txapela más grande del mundo la presentamos en el caserío Lezika, de Kortezubi. Tenía tres metros de diámetro y estaba fabricada en la Encartada de Balmaseda”, aseguraba Marko en una entrevista a Deia allá por el año 2016.

Sin salir de Bizkaia, el cubo de rubik manda

Aún en territorio vizcaino, conocemos a David Calvo, un experto en resolver cubos de Rubik que ha entrado en el libro Guinness de los récords ni más ni menos que cuatro veces. Este bilbaino, pues de Bilbao tenía que ser, se apasionó por este rompecabezas que durante décadas ha enamorado y traído por la calle de la amargura a muchos jóvenes, y ha conseguido a lo largo de su trayectoria con este puzle ser dos veces campeón de España, alzarse con 50 récords nacionales y cuatro Guinness -entre ellos, el de resolver el mayor número de cubos en una hora-. Sin duda, todo un crack.

Un cubo de Rubik. Freepik

Araba, escenario de varios récords

Saltamos a territorio alavés para explorar algunos de los récords que se han ido cosechando con el paso de los años en Araba. Hablando de cosechas, cabe destacar el récord por la pisada de uva más masiva logrado en Labastida, en Rioja Alavesa, pueblo al que no le han quitado este logro desde 2010. 967 personas se pusieron a pisar uva aquel año, batiendo el récord del pisado más multitudinario que hasta entonces reposaba en territorio australiano.

Y no hay mejor maridaje que el vino para un alimento tan nuestro como la tortilla, otro récord que se intentó batir, en este caso en Gasteiz. Hace ya unos años la capital alavesa trató de realizar la tortilla de patata más grande del mundo. En ese entonces, en 2014, se creía que se había alcanzado aquel hito, pero meses después se supo que ese récord había sido denegado por parte de la organización de los Guinness.

Tortilla en Vitoria. Jose Ramon Gomez

En Araba son varios los récords por tanto que se han quedado sin alcanzar, pero otros sí se han logrado, como el del neumático más grande del mundo creado por Michelín, la baraja de naipes más grande o, en 2020, el récord alcanzado por Mario Blanco por estar 207 horas, un minuto y 16 segundos -que se dice pronto- presentando y pinchando música ante un micrófono de manera ininterrumpida en directo.

Como pez en el agua

Los récords guipuzcoanos están por su parte muy vinculados al agua. Y es que, allá por el año 2020, en plena pandemia, los Guinness reconocieron la aportación vasca a la primera vuelta al mundo. Así, Juan Sebastián Elkano y otros cinco marineros de Euskadi entraron en este codiciado libro con un récord tan inusual como especial.

Pero, si hablamos de agua no podemos olvidarnos a su vez de Carlos Peña, el tolosarra que en 2018 validó su récord mundial de nado al estilo espalda de forma ininterrumpida en el río Urumea. Además de tener un objetivo solidario, pues su iniciativa sirvió para visibilizar a la asociación Dame TVisión y concienciar sobre la retinosis pigmentaria. En total, estuvo nadando durante 24 horas, siete minutos y 58 segundos. Asimismo, Lezo entró en 2018 en el libro al reunir a 890 dantzaris, otro récord de lo más curioso.

Carlos Peña Alberto Guerrero

Navarra, muy volcada con el deporte

De balones va la cosa, por su parte, en Navarra. Este mismo año hemos conocido a un padre y a un hijo, Javier y David Angulo, que han demostrado lo que es la perseverancia. Juntos se han alzado con el récord Guinness por la mayor cantidad de toques de balón con la cabeza, un total de 1.985 en 23 minutos y 12 segundos.

Javier y David Angulo. Oskar Montero

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Y, siguiendo con los balones, cabe recordar aquel legendario momento en que Pamplona intentó entrar, allá por el año 2005, en este famoso libro al llenar una piscina olímpica con 25.000 balones de playa hinchables. Y es que, si algo han demostrado nuestros territorios es que quien la sigue la consigue, y que pocos retos hay que se nos resistan si nos lo proponemos.

Balones en una piscina olímpica. EFE

16/11/2024