Los restaurantes de Bilbao, "completos" en Navidad

En los libros de reservas de muchos restaurantes bilbainos apenas quedan huecos para comer y, sobre todo, cenar en el mes de diciembre. Es, precisamente, en la segunda quincena del último mes del calendario cuando muchas empresas juntan a sus empleados en torno a una mesa para hacer balance del año que se cierra y brindar por el que está por llegar.

“Llevamos unos meses recogiendo muchas reservas. En verano ya apuntamos a algún grupo para las fiestas navideñas”, afirma Ricardo Pérez, gerente del Restaurante Yandiola. Situado en el edificio de La Alhóndiga, en el centro de Bilbao, cuenta con una cartera fija de clientes -en la que figuran los empleados de algunas empresas- que acostumbran a brindar por las fiestas en su comedor. Normalmente, los comensales de las cenas de empresa optan por un menú grupal. “Los ofrecemos durante todo el año y su precio oscila entre los 59 y los 80 euros”, explica Pérez.

El empresario hostelero también expone que el 6 de enero, día de reyes, planifican un menú especial. “El 80 o el 90% de los clientes que vienen lo hacen todos los años. Después de tantos años nos conocemos entre todos y ya son como una gran familia”, asegura. En otro orden de ideas, Pérez reconoce que los altos niveles de inflación están incidiendo en los precios del Yandiola. “Han subido. Nuestro consumo también lo ha hecho porque la materia prima es más cara -reconoce-. Aún con todo, vamos a hacer ligeras adaptaciones en el menú de Reyes para que su coste no se dispare”, describe.

La sombra inflacionista

La inflación estimada del IPC fue del 7,3% en octubre. Y en el Restaurante Zárate de Bilbao está haciéndose notar. “A nosotros nos está afectando. Hay veces que no sabemos qué precio poner a un menú determinado -trabajan con menús a la carta, sin precio fijo-, pero la gente lo entiende. Ya sabemos que el pescado y el marisco suben en Navidad, pero llevamos todo el año con precios navideños”, expone Sergio Zárate, dueño del restaurante que lleva su apellido. Aún con todo, afirma que el comedor está prácticamente lleno para estas fechas desde hace varios meses.

La sombra inflacionista, por lo tanto, no es tan alargada como para ahuyentar a su clientela. “Hay personas que empezaron a llamar después del verano, en septiembre, para asegurarse el sitio. Creo recordar que algunas lo hicieron incluso antes, en mayo. Otros, incluso el año pasado”, apunta. En estos momentos, el teléfono del restaurante no cesa de sonar. Al otro lado de la línea hay una persona, ansiosa, esperando encontrar una mesa.

Las llamadas al Restaurante Kasko, situado en la calle Santamaría, tampoco paran de llegar. La terminal no descansa en toda la jornada. “Por lo visto, son muchos los que tienen ganas de cenar”, bromea Lorenzo Sánchez, uno de los socios del local de hostelería. Según agrega en declaraciones a DEIA, muchas de estas reservas son para cenas de empresa. “Solemos ofrecerles menús especiales que rondan los 45 euros”, explica.

El precio de este tipo de menús no ha variado demasiado con respecto a años anteriores en este restaurante. El encarecimiento del transporte y de las materias primas -dos elementos fundamentales en la previsión económica de cualquier establecimiento hostelero- ha incidido en la carta del Kasko. Pero no en este tipo de menú en concreto. “No son productos que se sirvan todos los días. Son más selectos, especiales. Por eso nos compensa mantenerlos al mismo precio”, expone.

Por otro lado, Lorenzo espera que sean en torno a 70 los comensales a los que tendrá que atender por noche. “Para el tamaño de nuestro local es un número muy elevado de personas”, contextualiza. También percibe que las reservas han crecido con respecto al mismo periodo del año anterior. “Ya hemos estado completos para estas últimas semanas de noviembre y para todo diciembre. Hasta enero no tendremos muchas mesas disponibles”, asegura, contento.