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“Los ronquidos no se pueden educar, pero sí reducir e, incluso, hacerlos desaparecer”

"Ante una posible patología del sueño se debe consultar al médico para que valore la situación"
Celia Gómez, en la Unidad del Sueño del Hospital Donostia
Celia Gómez, en la Unidad del Sueño del Hospital Donostia

Los seres humanos pasamos prácticamente un tercio de nuestra vida durmiendo. Pero algunos más y otros menos, con un sueño reparador o más accidentado. De dormir y de lo que nos pasa cuando estamos dormidos hablamos con la neumóloga Celia Gómez en la Unidad del Sueño del Hospital Donostia.

Ronquidos y apneas. ¿Hablamos de lo mismo?

No. El ronquido es el sonido que ocurre cuando el aire que respiramos pasa por la garganta y hace que los músculos y tejidos de la misma, vibren produciendo el sonido característico que conocemos como ronquido. Sin embargo, la apnea es un periodo de tiempo durante el cual, por diversos motivos, la vía aérea se colapsa y se cierra, impidiendo el paso del aire a través de la misma. Apnea y ronquido están relacionados pero no son lo mismo. Por ello, una persona con ronquido puede realizar apneas y, por contra, las apneas no generan ronquidos.

¿Se pueden educar o corregir los ronquidos?

Los ronquidos no se pueden educar pero sí se pueden reducir e incluso hacerlos desaparecer. Para ello optamos muchas veces por medidas higiénico-dietéticas que no son otras que cambios en el estilo de vida, como bajar de peso o evitar el consumo de alcohol antes de acostarse. Además, existen dispositivos médicos y cirugías disponibles que ayudan a aumentar el calibre de la vía aérea superior, haciendo que el aire pase a menor velocidad y produzca menor vibración de los tejidos, derivando esto en una disminución e incluso en la desaparición del ronquido.

¿Quienes roncan más?

Los ronquidos son secundarios a la vibración de los tejidos blandos (músculos, cartílagos, etc.) que tenemos a nivel de la vía aérea superior. Son más frecuentes en personas que, anatómicamente, o por factores externos tienen la vía aérea superior más estrecha. La física nos enseña que cuanto menor sea el diámetro de un conducto, las sustancias que lo atraviesen lo harán a mayor velocidad. Pues bien, en este caso debemos tomar la vía aérea superior como el conducto y el aire que respiramos como la sustancia que lo atraviesa. Así, en una vía aérea superior estrecha, el aire que respiramos la atravesará a una gran velocidad, produciendo la vibración de los tejidos que la forman y, esa vibración, el sonido que conocemos con ronquido. 

¿De qué manera influyen en las pautas de sueño? ¿Una persona que ronca mucho tiene un sueño reparador?

Las pautas de sueño pueden influir en reducir el ronquido si lo que estrecha la vía aérea son factores externos a la anatomía, como pueden ser medicamentos sedantes o el consumo de alcohol. Se ha visto que el exceso de medicación sedante o el consumo de alcohol a una hora próxima a la de acostarse favorece la relajación de la musculatura del cuello, estrechando la vía aérea y aumentando así el ronquido. Respecto a si el ronquido afecta a la calidad del sueño, no tiene por qué. El ronquido es simplemente un sonido, pero no tiene por qué traducirse en apneas o en patología que alteren la calidad del sueño. El ronquido no afecta a la persona que ronca, sino a las que duermen a su alrededor.

¿Es ese un suplicio sin solución?

Para nada. Existen tratamientos para mejorar y evitar el ronquido, aunque sí que es verdad que cada persona es diferente y puede que no todos sean efectivos para todo el mundo. Nosotros priorizamos mucho una buena higiene del sueño antes de probar con terapia farmacológica o incluso cirugía. 

¿Hay hábitos y comportamientos que influyen en que se ronque más o menos?

Por supuesto. Por ejemplo, el alcohol y algunos tipos de fármacos tienen acción sedante y aumentan el nivel de relajación muscular, favoreciendo así el cierre de la vía aérea y con ello el ronquido e, inclus, la realización de apneas. También afectan negativamente las comidas copiosas y también dormir estando boca arriba, ya que el peso del propio cuello puede reducir el diámetro de la vía aérea. Esto último es más frecuente en personas con sobrepeso o en aquellas que por simple anatomía tienen un cuello más ancho y corto. Por eso mismo, nosotros siempre recomendamos evitar el consumo de alcohol a partir de media tarde, las cenas abundantes e intentamos reducir, siempre dentro de lo posible, la medicación sedante que toman nuestros pacientes. 

¿Qué riesgos para la salud pueden tener las apneas?

Se ha demostrado que el hecho de realizar apneas es un factor de riesgo para padecer, a largo plazo, problemas cardiovasculares, como puede ser un infarto de corazón o un ictus. Además, la apnea del sueño se ha relacionado también con arritmias cardíacas y con el hecho de tener una tensión arterial elevada y que no se consigue controlar adecuadamente con fármacos, dieta y resto de medidas higiénicas. 

Asusta un poco.

También existen otros riesgos que, aunque no se relacionen con nada médico, son igual de graves, ya que, aunque sea de forma indirecta, una persona que realiza apneas y no está tratada o bien controlada, no va a tener un buen descanso nocturno. Esto puede generar cansancio y somnolencia durante el día, algo que va a influir en su rendimiento cotidiano tanto en su vida personal como en la laboral. Esto puede tener graves consecuencias si, por ejemplo, hablamos de conductores profesionales (como los camioneros o chóferes de autobús), entre otras muchas profesiones.

 No duermo nada, duermo fatal… Lo decimos y lo oímos a diario. ¿Cuándo nos debemos preocupar?

Por ejemplo, cuando esa falta de sueño y descanso deriva en un mal rendimiento diario, con facilidad para quedarse dormido en cualquier situación relajada. Nosotros vemos la siesta o el hecho de dormirnos viendo la televisión o leyendo como algo dentro de la normalidad, pero si tenemos un buen descanso nocturno no deberíamos necesitar esos ratos de sueño extra.

Hay que estar alerta

Si. Existen otros signos, además de la somnolencia, que también orientan hacia un mal descanso nocturno derivado de la realización de apneas. Al fin y al cabo, cuando realizamos una apnea a nivel de nuestro organismo ocurren dos cosas: primero, que el cerebro detecta que no estamos respirando y, aunque nosotros a nivel consciente no nos demos cuenta, tenemos un microdespertar para que nuestro sistema nervioso vuelva a estimular la respiración. Por ello, si realizamos muchas apneas a lo largo del sueño sufriremos muchos microdespertares, impidiendo que el cerebro descanse correctamente. Segundo, durante el rato que dure la apnea no entra oxígeno en el organismo, lo cual no tiene repercusión a corto plazo, pero si esa situación se prolonga en el tiempo o si la persona tiene otras patologías y no tiene una buena reserva orgánica, esa falta de oxígeno se traduce en lesiones orgánicas a largo plazo. Por ello, debemos estar atentos también a clínica de migrañas o sequedad de boca matutinas, a la falta de concentración, al hecho de levantarnos a orinar varias veces durante la noche o a los episodios de despertares bruscos por falta de aire mientras dormimos. 

Me duermo nada más sentarme ante la televisión, pero me despierto a las horas y se acaba la noche. ¿Qué me pasa?

Debemos tener claro que no toda clínica de somnolencia es consecuencia de un mal descanso nocturno. Lo primero que tenemos que averiguar es si la persona duerme verdaderamente las horas que necesita y cuando lo necesita. Una vez descartada esa falta de sueño, quedarse dormido viendo la televisión, leyendo el periódico o incluso conduciendo o de copiloto, podría deberse a la realización de apneas del sueño, por lo que no estaría de más acudir al médico a realizarse un estudio. 

Me cuesta dormirme. ¿Qué puedo hacer?

Lo primero, es valorar tu higiene del sueño. Debemos tener una rutina a la hora de irnos a la cama para asegurar un buen descanso. Por ejemplo, no debemos utilizar pantallas iluminadas desde aproximadamente una hora antes de acostarnos, debemos evitar todo consumo de sustancias estimulantes (entre otras, café o refrescos de cola) desde más o menos la media tarde, cenar temprano y ligero y evitar el ejercicio físico intenso por ejemplo de las 18.00 horas en adelante. Además, hay que evitar el consumo de alcohol unas horas antes de irnos a dormir. Nosotros, por ejemplo, intentamos evitar que los pacientes que vemos en la Unidad de Sueño tengan televisión en la habitación. Como dice un compañero. la cama es para dormir. Todo esto es difícil de cumplir, pero si te cuesta conciliar el sueño es lo primero que debes mirar e intentar cambiar. 

Me despierto 30 veces. ¿Entonces, qué?

Repito que hay que valorar la higiene del sueño. Cuando se descarta una mala higiene del sueño, habría que considerar realizar un estudio más en profundidad para ver el por qué de esos despertares. 

Con los problemas a la cama, dando vueltas y sin dormir. ¿La solución está en los fármacos?

Una solución son los fármacos, eso es así. Hay medicación que nos ayuda a conciliar y mantener el sueño favoreciendo el descanso. Sin embargo, tomar una pastilla no puede ser la primera opción cuando tenemos delante un paciente que nos cuenta un mal descanso. Por desgracia, actualmente es lo que estamos haciendo. 

¿Cada persona necesita dormir un número diferente de horas?

Sí, cada persona es diferente en muchas cosas y también en las horas de descanso que necesita para un buen funcionamiento. Hay personas que durmiendo cinco horas son totalmente funcionantes y otras que para poder realizar sus actividades de una forma correcta necesitan un mínimo de ocho horas de sueño. 

Aunque no haya recetas milagrosas, ¿qué podemos hacer para dormir mejor?

Lo primero y más importante es realizar una buena higiene del sueño. 

¿Hay un componente hereditario en los problemas del sueño?

Más que decir que exista un componente hereditario en la patología de sueño, se podría decir que hay elementos que sí son hereditarios o que tienen causa genética e influyen en los posibles problemas de sueño. Ejemplo de esto podría ser la anatomía de una persona (la forma de su nariz, su barbilla, etc.) o el factor de padecer sobrepeso u obesidad.

¿Cuándo hay que ir al médico?

Ante la duda de una posible patología del sueño se debe consultar al médico para que éste valore la situación y solicite las pruebas que crea oportunas o inicie el tratamiento que considere. En este momento, el acceso a la sanidad es algo más complejo y nosotros mismos estamos teniendo mucha demora a la hora de ver a los pacientes en consulta. Pero si sufrimos de clínica compatible, debemos ser valorados por un especialista en el área para evitar problemas más graves a largo plazo. 

¿A qué pruebas me someterán?

Lo primero que vamos a realizar en la visita inicial de un paciente que acude por sensación de mal descanso, ronquidos y sospecha de apneas, es una buena historia clínica y una exploración física donde podamos valorar su higiene del sueño y su anatomía a nivel de la vía aérea superior. Según los datos recogidos en esa primera visita, se valora la realización de más pruebas complementarias de cara a confirmar la orientación diagnóstica.

2023-02-13T08:03:02+01:00
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