El Gobierno español asegura estar tranquilo ante las afirmaciones del empresario Víctor de Aldama en su declaración ante el juez del caso Koldo, ya que considera que no puede presentar ninguna prueba que avale sus acusaciones contra dirigentes socialistas.
Fuentes del Ejecutivo han mostrado este viernes su convencimiento de que De Aldama no tiene pruebas y que no solo no las aportó ayer al juez, sino que no hay nada que pueda aparecer o presentar más adelante.
Más aún, en el Gobierno español creen que será el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, el que tendrá que dar explicaciones tras haberse convertido este jueves, aseguran, en portavoz de un delincuente confeso.
A su juicio, esa estrategia de la dirección nacional del PP puede llevar a Feijóo incluso a una situación de censura interna, tras una semana en la que los populares han acumulado dos reveses.
El Gobierno ha mantenido el apoyo de sus socios en el Congreso, donde tras arduas negociaciones consiguió sacar adelante el pacto fiscal; y en Europa, donde el PP no han conseguido evitar el nombramiento de Teresa Ribera como vicepresidenta, recuerdan las fuentes.
Querella conjunta
El PSOE ha presentado este viernes la demanda en la que solicita el acto de conciliación previo a la presentación de la querella conjunta por injurias y calumnias contra el presunto conseguidor del 'caso Koldo'. La demanda se ha interpuesto en representación del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, su esposa, Begoña Gómez, y su jefe de Gabinete, Carlos Moreno; los ministros Ángel Víctor Torres y María Jesús Montero; el exministro y presidente de la Generalitat, Salvador Illa, y el secretario de organización de los socialistas, Santos Cerdán.
En la demanda, el PSOE ha reclamado la solicitud para la celebración de un acto de conciliación previo a la interposición de querella criminal por un presunto delito de injurias y calumnias, al amparo del artículo 804 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal y los artículos 139 y siguiente siguientes de la ley de Jurisdicción Voluntaria.
Para los socialistas, las manifestaciones del empresario son "absolutamente falsas difamatorias, injuriosas y calumniosas", pues atentan "de manera absolutamente grave contra el honor de importantes miembros del Gobierno y del PSOE" y a Begoña Gómez, "con una clara intencionalidad de afectar" también al Ejecutivo en su conjunto y al partido.