Jokin Altuna: “Me están saliendo bien las cosas. Tengo que seguir hacia delante”. Mira al futuro. Como una apisonadora. En la cuneta, a velocidad de vértigo, se desprende el camino de un gigante. Por delante: la final del Manomanista de este domingo ante Aitor Elordi en el frontón Bizkaia de Bilbao. La cuarta en su carrera. Busca su tercer cetro de la especialidad más importante del curso manista profesional después de los conquistados en 2018 y 2021. En caso de victoria, alcanzará en el listado histórico a Eugi y Gallastegi. Palabras mayores. A un título quedan Olaizola II, Beloki y Atano III –si se contabilizan los cetros reglados–. Por delante están Martínez de Irujo, con cinco; Retegi I y Azkarate, con seis, y Retegi II, con once.
Con 27 años cumplidos en marzo, lleva doce finales a sus espaldas –siete del Cuatro y Medio, cuatro del Manomanista y una del Parejas– y ha conquistado seis txapelas –tres del Cuatro y Medio (2017, 2020 y 2021), dos del Manomanista (2018 y 2021) y una del Parejas (2022)–. En el mano a mano lleva nueve participaciones. Ha ganado veinte encuentros y ha perdido nueve. En esos datos hay que valorar que se consideran como derrotas dos partidos que dejó de jugar por mal de manos en 2022 y que en 2016 se le suma un triunfo por un duelo al renunció Irujo.
En 2015 nació el idilio del guipuzcoano. Debutado el 24 de junio de 2014 como un puntillero con genio, nadie esperaba que pudiera destacar tanto mano a mano, coto privado de pelotaris de fuerza. Sin pasar por Promoción, con el físico aún por reforzar, Altuna III completó un campeonato de ensueño. Tumbó a Untoria (9-22) y Zubieta (4-22), pero se topó en cuartos de final con Aimar Olaizola. Frenó al genio amezketarra (22-8).
La larga sombra de Rubén Beloki
Jokin Altuna jugará el domingo su cuarta final del Manomanista con apenas 27 años. Es el segundo más joven de la historia en alcanzar ese número. El amezketarra solamente es superado por Rubén Beloki, que disputó su cuarta cita por el título del mano a mano en 2000 en el mismo curso en el que cumplía 26. De hecho, por entonces tenía 25, pues la cita se disputó el 28 de mayo en el Atano III de Donostia. Hilario Azkarate, Juan Martínez de Irujo, Aimar Olaizola, Ladis Galarza o Jesús García Ariño tardaron un año más que el amezketarra. Julián Retegi, Juan Ignacio Retegi y Patxi Eugi sumaron cuatro finales con 29.
En 2016, Altuna III se clasificó por primera vez para las semifinales. Venía de ser titular en el Parejas. Venció a Víctor (3-22) y en cuartos se benefició de la suspensión de Irujo, con el dedo roto. El guipuzcoano se jugó el pase a la final con Urrutikoetxea y perdió 22-6. Unos meses después, Jokin siguió creciendo y fue finalista del Cuatro y Medio, condición que no ha perdido desde entonces. En 2017 dio un paso atrás. Cayó en el debut en cuartos ante Rezusta (22-14).
Le sirvió como impulso. Jokin alimentó el físico con rutina espartana. Creció. Su pelotazo fue tomando brillo sideral. Era un chaval en plena construcción. El talento se le derrochaba. Su capacidad de trabajo, ilimitada. En 2018 cambió el paso. Ganó en octavos a Retegi Bi (12-22), a Urrutikoetxea en cuartos (16-22) y a Ezkurdia en la semifinal (17-22). En la final derrotó a Aimar (14-22). Colorado todo el año. Misión cumplida.
Ante el campeón
Desde ese momento, sus derrotas siempre han sido contra el campeón. En 2019 se frenó a primeras de cambio en un partidazo. Irribarria le tumbó en cuartos por un apretado 18-22.
Con la pandemia de por medio, desde la cual ha estado en las semifinales de todos los campeonatos oficiales, Altuna III dio un recital en 2020 pero no se llevó el entorchado. Arrasó con Peña II en octavos (22-5), venció a Ezkurdia en cuartos (18-22) y derrotó a Darío en semifinales (22-15). Cuando era máximo favorito a la victoria, Erik Jaka le arrebató el título (22-20). Jokin acabó muy tocado.