Todo apuntaba a que el acuerdo firmado la madrugada del 5 de febrero entre los sindicatos y las patronales de la escuela concertada (excepto ikastolas) iba a llevar la paz social al sector tras 14 jornadas de huelga. No obstante, la implementación de dicho acuerdo ha vuelto a enturbiar las aguas en esta recta final de curso. Los sindicatos ELA, Steilas, CCOO, LAB y UGT han anunciado que retoman las movilizaciones porque Kristau Eskola y Aice-Izea “no quieren cumplir” el acuerdo en materia salarial y de jornada. Avanzan que no descartan acudir a los tribunales o adoptar otras medidas de presión, como ir a la huelga. Otra vez. Desde Kristau Eskola, por su parte, niegan la mayor y emplazan a las centrales a “seguir trabajando” para trasladar el articulado del acuerdo –57 puntos– a la redacción del convenio y “acordar” los términos del documento de transitoriedad.
Y es que según recuerdan, las mejoras pactadas no entraban en vigor al día siguiente de la firma del acuerdo puesto que están vinculadas a la aprobación del convenio y ciertas medidas tienen de plazo hasta el 31 de diciembre. “Lo que nos debería ocupar es trasladar el articulado del acuerdo de febrero al convenio laboral”, afirma a este periódico María Eugenia Iparragirre directora general de Kristau Eskola, la organización que agrupa 125 centros educativos pertenecientes a 75 instituciones religiosas que dan servicio a 90.000 familias y trabajo a 7.000 docentes. Según Iparragirre, este nuevo desencuentro se debe a dos motivos. El principal de ellos es que la ausencia de Gobierno y Parlamento Vasco –de los que depende la financiación pública– hace imposible saber en qué nómina se podrá aplicar la subida salarial del 16%. En cualquier caso, Iparragirre recuerda que todos los retrasos que se puedan acumular se abonarán a la firma del convenio o en su defecto no más tarde del 31 de diciembre.
SUBIDA DEL 16%
Otro de los puntos de fricción son los plazos y la letra del documento transitorio y que la redacción del convenio habría quedado paralizada. “Sorprendentemente en las dos últimas reuniones no se ha abordado un solo minuto de trabajo al documento de transitoriedad, ni al borrador del convenio”. Asimismo, desmiente a los sindicatos, quienes denuncian que las patronales siguen sin hacer llegar a las centrales una propuesta concreta de convenio. “Esa propuesta –dice– se hizo llegar hace cuatro reuniones del artículo 1 al 57, se debatió del artículo 1 al 28 y las dos últimas reuniones no se ha vuelto a tocar el articulado por parte de los sindicatos”.
En este sentido, Iparragirre insiste en su llamamiento al diálogo entre las partes para redactar el convenio. Para la directora general de KE la hoja de ruta debería estar clara. “No puede haber maximalismos: no puedes decir ven a mi posición o rompo la baraja. Hay que acordar, redactar el convenio y publicarlo porque en ese intering ya habrá Gobierno y Parlamento, con lo que se podrán aclarar algunas fechas de implementación, nada más”. En concreto, el convenio tiene una vigencia de 2021-2024 y garantiza el IPC durante todos esos años. En consecuencia, la plantilla tendrá un incremento salarial del 16%, sin que la financiación pública o la homologación limite la subida salarial, garantizando así el poder adquisitivo del personal. Concretamente, este incremento total acumulado en el periodo 2021-2024 se recoge con una subida salarial del 1,52% en 2022, del 5,44% en 2023, y del 8,4% en 2024.
RETRASAR LA APLICACIÓN
Los sindicatos difieren de esta versión. Acusan a las patronales de “no querer cumplir” el acuerdo. Han convocado una concentración el jueves frente a la sede de Kristau Eskola (Donostia) y el día 22 de mayo en todos los centros. Según denuncia la representante de ELA Miren Zubizarreta, “las patronales pretenden retrasar la aplicación del acuerdo y renegociar” su contenido. La sindicalista avisa de que la no aplicación de lo pactado “rompe con las reglas de la buena fe” y plantea una situación que “no va a ser fácil” de cara al próximo curso ante una eventual nueva negociación del convenio, tras finalizar en 2024 la vigencia del acuerdo cuyo cumplimiento reclaman.
Los sindicatos lamentan que las patronales “no tienen voluntad” de cumplir lo pactado y señalan que fueron ellos los que convocaron las reuniones para comenzar a hacerlo ya que la parte patronal “no daba el paso”. Entre las cuestiones pendientes, denuncian que no se ha iniciado el pago de los salarios de 2024 en las cantidades acordadas y que las patronales han presentado las tablas salariales pactadas como provisionales y sometidas a la aprobación y financiación del Gobierno.
Las centrales también censuran, entre otras cuestiones, que la parte patronal ha planteado aplicar “de forma restrictiva” las reducciones de jornada acordadas y ha puesto “trabas” a que la reducción de horas lectivas pactada para el profesorado se recoja en el articulado del convenio. En este punto, la directora general de Kristau Eskola, aclara que la reducción de jornada que se está aplicando es la parte proporcional que le correspondería a una persona en función del mes del curso.
El acuerdo de febrero recoge que dentro de los sectores feminizados en el primer ciclo de Educación Infantil las docentes tendrán una reducción de jornada de 20 horas anuales y el personal auxiliar de 38 horas. En el caso de los especialistas de apoyo educativo (EAE), se rebajará la jornada anual en 20 horas y sus horas complementarias pasarán a ser de tres horas semanales para jornadas completas y de dos horas semanales para jornadas parciales. En el caso del PAS (Personal de Administración y Servicios) se rebajará la jornada anual en 25 horas. En el resto de personal, para los titulados no docentes, se rebajará la jornada anual en 20 horas y para el resto del personal docente, se reducirá una hora lectiva en cada etapa y, además, se aplicará un incremento de dos horas complementarias de trabajo personal en todas las etapas educativas. l