Juntos o separados los sindicatos vascos hablaron ayer lunes el mismo idioma en su manifestaciones principales por las calles de Bilbao. En un contexto de incertidumbre en el plano económico y gran tensión por la subida de los precios de la energía, los líderes de las centrales pidieron subidas salariales ligadas a la inflación y anticiparon que pelearan por ello en las empresas.
Decenas de miles de personas tomaron ayer lunes las principales arterias de la capital vizcaina en un Día del Trabajo normal, sin las restricciones que han condicionado la movilización los últimos años. Pasada página de la crisis sanitaria y de sus efectos en la economía, llega una nueva ola derivada del repunte del IPC y el impacto de la guerra en Ucrania.
Los discursos de los líderes sindicales dedicaron palabras de recuerdo al sufrimiento del pueblo ucraniano y coincidieron asimismo en llamar la atención sobre el desajuste entre la escalada de los precios y la evolución de los convenios de los trabajadores vascos.
En esa línea, el secretario del sindicato ELA, Mitxel Lakuntza, volvió a centrar sus críticas en el Gobierno vasco. En este caso por "pedir" a las centrales sindicales que "renuncien" a reclamar subidas salariales acordes al IPC. Añadió que "el problema no es aumentar los salarios, sino bajar impuestos a las empresas", un paso que no se ha dado en Euskadi, pero que suena como uno de los principales argumentos electorales del PP.
pérdida de poder adquisitivo
"Venimos de perder un 10% de poder adquisitivo en la última década (un 17% en el sector público) cuando las empresas han declarado beneficios históricos y nos piden que seamos parte de una estrategia de empobrecimiento en una sociedad donde desde hace décadas, la riqueza se reparte peor", reprochó.
Los secretarios generales de CCOO y UGT de Euskadi, Loli García y Raúl Arza, que celebraron juntos la jornada reivindicativa, afirmaron que "exigirán" cláusulas de revisión salarial en todos los convenios colectivos para evitar que la clase trabajadora "vuelva a ser la pagana" de una nueva crisis. Loli García indicó que "no permitirán" que las patronales suban precios, congelen salarios y "se llenen los bolsillos a costa de los trabajadores". Por su parte, Arza incidió en la mejora de los salarios –"no puede haber tentaciones de bajarlos"– y destacó que "si no se contienen los precios y se congelan los salarios, las repercusiones serán graves ante la subida desmedida del coste de la vida".