Los sindicatos de la Ertzaintza eran los principales interpelados tras la manifestación de agentes que, al margen de su disciplina, recorrió el lunes el centro de Bilbao para reivindicar una mejora de sus condiciones laborales bajo la amenaza explícita de protagonizar una catarata de bajas durante la celebración del Tour en Euskadi entre el 1 y el 3 de julio. La respuesta de ErNE, ESAN, Euspel y Sipe ha llegado con la decisión de retomar su unidad de acción y de lanzar un órdago al Departamento de Seguridad: afrontar una reforma ambiciosa del Acuerdo Regulador de las Condiciones de Trabajo, que lleva 12 años sin actualizar. De lo contrario, “tendrán en contra el 100% del colectivo”.
Así lo han afirmado fuentes conocedoras de la reunión que representantes de los sindicatos han celebrado en el Hotel Meliá de Bilbao, que se ha prolongado durante toda la mañana y de la que ha salido un escueto comunicado conjunto con el logo de las cuatro centrales. La consigna es clara: a partir de ahora, todas las decisiones y pasos se adoptarán de manera conjunta. De esta forma se espera volver a recuperar la confianza de un colectivo, formado por más de 7.000 agentes, que había perdido la fe en sus representantes sindicales.
La protesta del lunes, en la que participaron 2.000 agentes según la estimación del Ayuntamiento de Bilbao, fue convocada por un “movimiento asindical”, dinamizado a través de chats privados con miles de participantes, con el lema 'Sin un acuerdo regulador digno no hay Tour. 12 años sin convenio. Ertzainas en lucha'. El portavoz del Gobierno vasco, Bingen Zupiria, recordó ayer que los interlocutores del Departamento de Seguridad para la negociación de las condiciones laborales de la Ertzaintza son los sindicatos, y la reacción de estos ha sido anunciar que vuelven a actuar todos a una “con el objetivo de mejorar las condiciones laborales”.
Su nota está compuesta por dos puntos: en el primero, llaman a desconvocar la reunión con el Departamento prevista el próximo miércoles, día 17 –la mesa 125– por “falta de contenido”, llamando a una negociación con “contenido real” que responda a las necesidades de los agentes. Aclaran además que cualquier tipo de futuro acuerdo deberá estar suscrito por todas las centrales, con lo que blindan su actuación conjunta.
Gran parte de las quejas de los sindicatos se dirigen contra la directora de Recursos Humanos, Izaskun Urien, ya que a su juicio en la negociación no se toca ninguno de los puntos fuertes que afectan al colectivo. Mientras, el movimiento asindical ha advertido de más movilizaciones en el futuro.