Una semana después de que el PSOE registrara en el Congreso la proposición de ley para reformar la ley del solo sí es sí sin haber consensuado este paso con Unidas Podemos, las espadas continúan en alto en la relación de los dos socios en el Gobierno español. Un conflicto que sigue personalizado en gran medida en las ministras de Igualdad, Irene Montero, y de Justicia, Pilar Llop: mientras la primera urgía ayer lunes a “sentarse cuanto antes” para desbloquear la situación y alumbrar una nueva ley –el objetivo es evitar más rebajas de condenas a abusadores sexuales–, Llop mantiene muy elevado el listón de la exigencia para ello. “Necesitamos un texto que sea muy riguroso, porque si técnicamente se falla otra vez y se produjera otro efecto no deseado, la situación sería bastante grave”, dijo en una entrevista en La Vanguardia.
En este contexto, el departamento de Montero filtró que solicitó al PSOE una reunión durante el pasado fin de semana para intentar un acuerdo, petición que, al parecer, no habría tenido un resultado satisfactorio. Mientras el ámbito de la negociación sigue encallado, la convivencia entre los dos partidos sin duda ha vivido tiempos mejores. Así lo atestiguó la ministra de Hacienda y portavoz del PSOE, María Jesús Montero, quien lamentó los calificativos de “muchísima dureza” que está recibiendo el PSOE por parte de Podemos y que provienen normalmente de los partidos de la derecha. Advirtió de que su partido quiere “preservar” el Gobierno de coalición evitando comentarios ofensivos y defendió que “Pedro Sánchez nunca reprocha, actúa”.
Respondió así a los reproches de su socio a cuenta de esta reforma, como las afirmaciones de la ministra y líder de la formación morada, Ione Belarra, que acusó a los socialistas de ser una fuerza conservadora a la que le cuesta hacer avances. Estas declaraciones se suman a otras anteriores en las que la titular de Derechos Sociales señalaba que al PSOE le había entrado miedo y quería volver al Código Penal anterior, el que se aplicó a La Manada.
“Pelea de gallos”
En esta travesía en aguas revueltas, el socio mayoritario en el Gobierno español está mirando a los partidos de la oposición y a la denominada mayoría de la investidura. Así lo verbalizó la portavoz del Ejecutivo y ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez, quien instó a los grupos políticos a votar a favor de tramitar por la vía de urgencia la proposición para reformar la ley del solo sí es sí. Al mismo tiempo, apostó por aprobar los cambios con los votos de las formaciones que apoyaron en su día la norma. “Hay urgencia, la mesa del Congreso va a tramitar esta urgencia esta semana y hago un llamamiento a los grupos para que la aprueben”, aseveró en Telecinco.
Recogió el guante ayer mismo el principal partido de la oposición, el PP, que anunció por boca de su portavoz del comité de campaña, Borja Sémper, que el Grupo Popular votará hoy en la Mesa del Congreso a favor de dicha tramitación urgente. La propia Isabel Rodríguez puso pegas a este apoyo, al asegurar que “no es que no queramos contar con el PP, pero cuentan con una hoja de servicios que ha ido siempre en contra de los avances de derechos para las mujeres”.
La portavoz de Moncloa añadió, eso sí, que el PSOE “está abierto a todas las sugerencias” y “todos los grupos que quieran contribuir serán bienvenidos”. Menos magnánimo, y a pesar de la mano tendida que ofreció, Sémper cargó contra la “pelea de gallos” en la que, a su juicio, se ha convertido el Gobierno español. “Por encima de los intereses de Sánchez y de su Gobierno están los intereses del sentido común y la modificación de una ley chapucera que está perjudicando y revictimizando a las mujeres”, censuró.