Los talibanes anunciaron este miércoles la muerte del miembro más prominente entre sus filas de la minoría chií hazara, Mawlawi Mehdi, al que mataron por rebeldía en el oeste de Afganistán mientras trataba de huir al vecino Irán.
El Ministerio de Defensa afgano informó en un comunicado que "las fuerzas del Emirato Islámico" (como se autodenomina el Gobierno talibán) mataron al "líder rebelde" Mehdi en la provincia de Herat, cuando trataba de huir a Irán con sus seguidores tras rebelarse.
Mehdi, que fue "castigado por sus acciones", era natural del distrito de Balkhab, de la provincia norteña de Sar-e-Pol, el mismo lugar donde ahora se rebeló contra los islamistas.
Se declaraba chií hazara
Los talibanes habían dado a conocer a Mehdi a comienzos de 2020 en un vídeo propagandístico, un gesto que a muchos llamó la atención ya que este combatiente se declaraba chií hazara, frente a los talibanes suníes de etnia pastún, cuando además los islamistas eran conocidos por los ataques contra esta minoría considerada apóstata.
El laboratorio de ideas Afghanistan Analysts Network (AAN) detallaba en un artículo en 2020 que Medhi se había unido a los talibanes en prisión tras haber sido condenado a 14 años por una disputa personal. En la cárcel estudió los textos religiosos con los islamistas, obteniendo más tarde el título de mawlawi (académico del islam).
Medhi no cumplió toda su condena y tras ser excarcelado, y sin abandonar nunca su condición de chií, pasó a combatir del lado de los talibanes. En el vídeo pedía a sus hermanos hazaras que se unieran a la lucha contra los "invasores judíos y cristianos".
Cuatro fosas comunes
Este nombramiento dentro de las filas de los talibanes de un combatiente chií hazara sorprendió por los continuos ataques que había padecido esta minoría por parte de los talibanes y, más recientemente, del grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Solo en 2017 las anteriores autoridades afganas descubrieron cuatro fosas comunes con 55 cadáveres, todos ellos miembros de la minoría chií hazara, en un pueblo en la provincia de Sar-e-Pol, tras haber sido liberada de la ocupación insurgente.
Según la Comisión Independiente Afgana de Derechos Humanos (AIHRC), aquella matanza la perpetraron durante la toma de la localidad conjuntamente los talibanes y el EI, dos grupos que por lo general se han enfrentado y se enfrentan entre ellos en el país.
Protección a los chiíes y hazaras
Desde agosto de 2021, tras la conquista de Kabul por parte de los talibanes, los islamistas han prometido protección a los chiíes y hazaras frente al EI, aunque sin éxito.
El pasado octubre, durante dos viernes consecutivos, la minoría chií sufrió dos atentados suicidas en mezquitas en la provincia norteña de Kunduz y en la meridional Kandahar, que causaron al menos 80 y 60 muertos, respectivamente, y más de un centenar de heridos.
Estos atentados fueron algunos de los más destacados contra esta minoría durante el último año, que sufrió sucesivos ataques a mezquitas y centros educativos, en los que varios activistas han sugerido con frecuencia que el número de víctimas era mayor al oficial dado por los talibanes, en su intento de rebajar la amenaza.