Iván Illarramendi Saizar, el ciudadano vasco asesinado por Hamás, mantuvo el contacto con sus allegados durante el ataque perpetrado contra el kibutz Kifusim, a los que les relató que habían lanzado una granada contra su casa y le habían herido en un brazo y en el pecho.
"Han tirado una granada a la puerta y me ha hecho una herida en el brazo y me ha caído metralla en el pecho. La puerta de casa tiene unos cuantos balazos", relató.
El ataque fue perpetrado en el kibutz Kifusim, situado a menos de dos kilómetros de la franja de Gaza, donde residía en Israel con su esposa, la chilena Dafna Garcovich, también asesinada en el mismo atentado.
Illarramendi y su esposa fueron quemados vivos juntos en su casa por miembros de Hamás, hecho que se conoció un mes después del asalto y que confirmó que no habían sido secuestrados como se había barajado inicialmente.
Según señala El Confidencial, durante la acción terrorista ocurrida la mañana del pasado 7 de octubre, el vasco Iván Illarremndi se cruzó varios mensajes de WhatsApp con su entorno, que recibió el último de ellos a las 10.39 horas, tras lo que no volvió a tener más noticias suyas.
Mañana peligrosa
Previamente, a las 9.45 horas, Illarramendi, de 46 años, había contactado con sus allegados para informarles de que algo iba mal: "Mañana peligrosa estamos teniendo. Estamos bien, pero me han disparado. Han entrado en mi casa", les comunicó a través de la citada aplicación de mensajería.
Sus allegados le respondieron con preocupación e incluso le pidieron que abandonara el país, si bien Illarramendi les advirtió de que se había resguardado con su esposa en la "habitación de seguridad" de la vivienda y les solicitó que no le llamaran porque no quería hacer "ruido" para no ser descubierto.
"Llámame tú cuando puedas. ¿Puedo hacer algo? Aguantad. Y cómo han entrado?", fueron los mensajes enviados entonces desde España, a los que el vasco respondió: "No puedes hacer nada. Parece que se han ido".
"Lo de esta mañana ha sido la hostia"
Sus allegados le mandaron entonces una información de prensa en la que se informaba de que Israel había declarado el estado de alerta de guerra. "No, si ya me he enterado. Lo de esta mañana ha sido la hostia", contestó él.
Media hora después, a las 10.30 horas su entorno volvió a interesarse por el estado de salud del matrimonio: "¿Pero estáis bien?, ¿o te ha dado un balazo? ¿Físicamente estás bien?", les inquirieron.
Illarramendi respondió que estaba herido pero no era grave: "Sí, estamos bien, un balazo no, de milagro, pero han tirado una granada a la puerta y me ha hecho una herida en el brazo y me ha caído metralla en el pecho. La puerta de casa tiene unos cuantos balazos, sé que se ha roto el espejo y no sé qué más", les dijo.
Desde España preguntaron entonces por los padres de Dafna. "Sí, están bien", contestó Iván. "Te dejo en paz, llámame cuando puedas", le dijeron sus allegados a Illarramendi, quien contestó con un último mensaje que decía: "hecho", en lo que fue su último mensaje, tras el que su entorno volvió a intentar contactar con él en reiteradas ocasiones ya sin éxito alguno.