Gipuzkoa

Los últimos vascos que visitaron la Unión Soviética

El equipo de fútbol sala de la sociedad deportiva Goierri de Urretxu y Zumarraga arrancó con mucha fuerza. A los pocos años de crearse, visitaron Rusia. Estando ellos allí, se firmó la disolución de la Unión Soviética.
Los urretxuarras y zumarragarras que fueron a la Unión Soviética, en el pabellón donde jugaron los partidos de fútbol sala. / N.G.

El 8 de diciembre de 1991, los presidentes de Rusia, Ucrania y Bielorrusia firmaron el Tratado de Belavezha, que proclamaba la disolución de la Unión Soviética y el establecimiento en su lugar de la Comunidad de Estados Independientes (CEI). Los últimos vascos en visitar la Unión Soviética no fueron los miembros de una delegación del Gobierno Vasco, un grupo de empresarios, el Baskonia, la Real o el Athletic; sino un equipo de fútbol sala: el Goierri de Urretxu y Zumarraga. Fueron a la Unión Soviética y salieron de allí unos días después de ser proclamada su disolución.

Pero, ¿qué hacía un equipo de fútbol sala de pueblo en la Unión Soviética de Gorbachov, Yeltsin y compañía? La sección de fútbol sala de la sociedad deportiva Goierri había sido fundada unos pocos años antes. En muy poco tiempo alcanzaron un gran nivel y les surgió la oportunidad de ir a la Unión Soviética.

Aquel viaje fue toda una aventura, tal y como recuerdan el entrenador José Manuel García Etxaniz Pitxi y los delegados Juan Luis Ayuso y Carlos Adrados Potax. Fue este último el que unos pocos años antes había propuesto crear un equipo de fútbol sala. “Entrenaba a las cadetes del Urola de balonmano y vi que en Hernani, Donostia, Pasaia... el fútbol sla tenía mucha fuerza. Yo participaba en los torneos de fútbol sala de esta zona con mi cuadrilla y vi que muchos equipos federados de Donostia no eran mejores que nosotros. Propuse a los del Goierri crear un equipo de fútbol sala y organizamos un torneo en el frontón Zelai Arizti de Zumarraga para captar a los mejores jugadores”.

Pinturas Urretxu, primer patrocinador

El primer patrocinador fue Pinturas Urretxu. Debutaron en el frontón Uranzu de Irun contra el Pastelería Agirre y se impusieron por 0 a 6. En la temporada 1988-1989 subieron a la Liga Vasca y en la siguiente a División de Honor. En la 1991-1992 el fútbol sala se unificó y pasaron a Segunda División.

Se mantuvieron en la élite durante cinco años, pero cuando entró dinero en el fútbol sala, fueron para abajo. Que les quiten lo bailado... y los vodkas bebidos en Rusia. “La Federación Española recibió una invitación para jugar en Rusia y nos informaron de ello. Necesitábamos un millón y medio de pesetas para viajar allí, pero como la Diputación nos debía 1,4 millones por jugar en División de Honor, decidimos ir. Le pedimos al Ayuntamiento de Urretxu que nos adelantara el dinero y accedió”.

Pasaron casi dos semanas en Rusia, en Grus-Jrustalni. A esta ciudad se la conoce como la ciudad de cristal, pues alberga la fábrica de cristal más prestigiosa de Rusia. La visitaron, por supuesto. Todo iba de cine, hasta que a Boris Yeltsin, Leonid Kravchuk y Stanislav Shushkievich les dio por firmar el Tratado de Belavezha. “Cerraron los aeropuertos, no podíamos gastar los dólares que habíamos llevado, la Federación Rusa de Fútbol Sala tuvo que prestarnos rublos pero la mayoría de las tiendas estaban cerradas, no podíamos llamar a casa... Afortunadamente, los del hotel se portaron muy bien. Todas las noches tocaba una orquesta e iban las chicas de la ciudad. Menudas juergas hicimos...”.

Vodka para desayunar

Les ofrecían vodka hasta para desayunar. “Había que brindar sí o sí, para no hacerles un feo. Hasta que Pitu (Jorge Andueza) se dio cuenta de que el que proponía los brindis, un mafioso local, brindaba con agua. En cuanto al traductor, era de la KGB. Lo supe de allí a unos años, cuando fui a San Petersburgo con la selección de Euskadi femenina. Nos pusieron el mismo traductor y me confesó que en la visita del Goierri le había enviado la KGB. Le hizo mucha ilusión volver a encontrarse conmigo, pues nos habíamos portado muy bien con él: antes de irnos, le dimos todos los dólares que nos habían sobrado”, cuenta García Etxaniz.

El Goierri hizo un gran papel también en lo deportivo. “Participaron equipos de Australia, Georgia, Siberia, Ucrania... Nos clasificamos terceros. Nos tocó jugar la semifinal contra un equipo ruso y el árbitro pitó descaradamente a favor de ellos. En el partido para el tercer puesto, decidimos protestar. Antes de empezar el partido, Luis Miguel Arrizabalaga bailó el aurresku. Y cuando el árbitro pitó el inicio del partido, nos quedamos quietos. Los rivales metieron un gol y seguimos quietos. Cuando pasó un minuto, pasamos al ataque. Conseguimos ganar el partido”. Los rusos son duros, pero los urretxuarras no se quedan atrás...

15/02/2025