Durante la pandemia pareció repuntar la preocupación de los ciudadanos por tener una alimentación saludable, cocinar en casa y usar alimentos frescos. Sin embargo, parece que hemos olvidado las buenas intenciones. Es lo que demuestra un informe y que existe una fuerte disonancia entre la percepción y la realidad en los hábitos de alimentación. Así el 68% de los vascos valora su dieta de notable o sobresaliente. Sin embargo, casi la mitad (46%) admite consumir ultraprocesados tres o más días a la semana y el 58% afirma comer platos precocinados todas las semanas. Además, el 8% sostiene que pide comida a domicilio dos o tres veces a la semana o más.
Esta es la principal conclusión que se desprende de un informe elaborado por Vivaz, con el asesoramiento de Juan Revenga, uno de los nutricionistas más reputados de España. La mala alimentación es un reflejo de la transformación y los hábitos sociales actuales. El cambio en los ritmos laborales y las diferencias socioeconómicas de los ciudadanos hacen que la industria ofrezca alternativas más cómodas en apariencia, pero poco saludables, como los ultraprocesados o las comidas preparadas y, por tanto, la población deje de dedicar tiempo a la cocina.
El estudio confirma que el 29% de los vascos, ligeramente por encima de la media nacional (28%), dice cocinar a partir de alimentos frescos (verduras, legumbres, carne, pescado o huevos) todos los días. Hay que señalar que los ultraprocesados son la principal amenaza para una mala alimentación, debido a los excesos de azúcares, grasas saturadas y sal de que están compuestos y suponen un tercio de las calorías que consume un adulto en España al día.
La elección de ultraprocesados, comida preparada y a domicilio frente a la tarea de cocinar es especialmente alarmante en los más jóvenes (de 18 a 29 años). Pero los datos ponen de manifiesto que en el norte se comen menos platos precocinados que en el conjunto de España, mientras que en el arco mediterráneo se opta en mayor medida por comidas preparadas.
Nuevos alimentos
Por otro lado, la mitad de los ciudadanos asegura que aprovecha la Navidad para atreverse con nuevos alimentos en su mesa, una “buena época”, por tanto, para introducir novedades en los lineales. Así, cuatro de diez reconoce que el precio, en esta primera Navidad pospandemia pero con una inflación alimentaria sin precedentes, será un factor determinante, pero que no dejarán de lado productos nuevos siempre que les ayude a sorprender a los comensales de cenas y almuerzos navideños.
La estrategia de algunas cadenas de distribución de elaborar paquetes gourmet incluso de marca blanca está respaldada por los consumidores, pues al 40% les gusta probar estas ediciones especiales.