Los vecinos de Egia llevan varios días protestando contra la inseguridad en el barrio, que creen que ha aumentado en los últimos tiempos, y que atribuyen a algunos grupos de jóvenes de origen extranjero. Desde el pasado martes han convocado una cacerolada a las 20:00 en los aledaños de la Torre de Atotxa, Duque de Mandas o el paseo de Mundaiz.
El cierre del pasadizo de Egia y la instalación de una pasarela provisional sobre las vías del tren ha llevado a más personas a un área ya de por sí algo recóndita como es la zona bajo la torre. Este mayor tránsito, que algunos consideraban que iba a ser positivo, para otros atrae a personas que buscan robar. De hecho, hay vecinos que han sufrido hurtos e intimidaciones. Como Jon Sánchez, responsable de Kaioa Taberna, impulsor de las caceroladas, y que hace unos días tuvo que volver a casa escoltado por la Ertzaintza tras un altercado con los jóvenes conflictivos. En una reunión ayer con el Ayuntamiento, el consistorio les trasladó que "se van a poner en contacto con diversas personas para llegar a un punto común en el que trabajar todos hacia el mismo lado y solucionar esta problemática que va in crescendo".
Según ha podido constatar Onda Vasca, por parte del Ayuntamiento se han adoptado ya algunas medidas, como incrementar la presencia policial o mejorar la iluminación. De todas maneras, las movilizaciones de los vecinos van a continuar hasta que el problema se solucione por completo. "Se está comentando seguir con caceroladas para que las instituciones nos escuchen bien, que no sea solo una palmadita, y que realmente actúen contra esto porque es un problema de mucha sensibilidad que hay que cogerlo con pinzas para solucionarlo", ha afirmado Sánchez entrevistado en Gipuzkoako Kale Nagusia.