Más de 300 vehículos históricos y clásicos y una alta cifra sin cuantificar que se fueron sumando a lo largo de la jornada convirtieron ayer la concentración de coches de Iruña Oka en una verdadera concentración nacional de estas joyas de dos y cuatro ruedas.
Coches, motos, camiones y hasta un coche fúnebre de época se sumaron a esta fiesta en la que estuvieron todas las marcas que han ido construyendo la historia de los coches y la pasión de sus propietarios por conservarlos como si fuera su primer día.
Un nuevo éxito de las convocatorias que organiza o impulsa el Ayuntamiento de Iruña Oka, según destacaba la concejala de Cultura, Julia Rivas.