Los ministros de Agricultura de los Veintisiete pidieron hoy a la Comisión Europea que presente “rápidamente” medidas “más ambiciosas” para responder a las protestas que están desarrollando los productores en las últimas semanas, una petición atendida ayer en parte por el propio gobierno comunitario. El ministro de Agricultura, Luis Planas, destacó que la Comisión ha aprobado medidas que tienen que ver con la simplificación de la presentación de las solicitudes de la Política Agraria Común (PAC), como la eliminación de los controles de la condicionalidad por la “alta carga burocrática” que implica para las explotaciones de menos de 10 hectáreas de superficie. Esta medida tiene un gran impacto en el caso de España, ya que beneficia a 345.000 agricultores, el 55 % del total de los perceptores de ayudas de la PAC.
Entre las múltiples reivindicaciones del sector, destacan las de flexibilizar la PAC, ya que sostienen que su burocracia y sus costes medioambientales son “inasumibles” para los agricultores, así como modificar el funcionamiento de la Ley de la Cadena Agroalimentaria para prohibir las prácticas desleales, con el objetivo de que los precios cubran los costes de producción.
Coincidiendo con la reunión de los titulares de Agricultura, se celebró en Bruselas una manifestación en la que más de mil tractores bloquearon el barrio en el que se concentran las instituciones de la Unión Europea, en las protestas por la situación que atraviesa el sector. La marcha, convocada por organizaciones locales de agricultores, incluyó momentos de tensión, con quema de neumáticos y fardos de paja, lanzamiento de petardos, huevos y naranjas a los edificios de las instituciones.
El ministro de Agricultura de Bélgica, país que ostenta la presidencia de turno del Consejo Europeo, David Clarinval, fue el encargado de transmitir el mensaje de urgencia de los Veintisiete, destacando que la propuesta de la Comisión de relajar los requisitos ambientales para acceder a parte de la financiación de la PAC “no es suficiente”. Por su parte, el comisario europeo de Agricultura, el polaco Janusz Wojciechowski, también abogó por flexibilizar esas exigencias, reclamando que pasen a ser de carácter voluntario algunas de las condiciones relativas al Medio Ambiente que los agricultores deben respetar para recibir el apoyo financiero de la PAC. Así, por ejemplo, los agricultores piden que se retire el mantenimiento obligatorio de las tierras en barbecho y la rotación en tierras de cultivo. Wojciechowski destacó que tanto el Consejo como la Eurocámara respaldan que la Comisión formule propuestas para revisar el reglamento de la PAC con respecto a esas condiciones y consideró que sería “teóricamente posible lograrlo durante este mandato legislativo”, con el fin de que puedan ejecutarse los cambios antes de las elecciones al Parlamento Europeo del próximo junio, una posibilidad que, por la complejidad de la negociación, se antoja complicada.
Asimismo, los ministros reclamaron una mejor coordinación de los controles fitosanitarios a los que deben someterse las distintas mercancías, la revisión del reglamento sobre planes estratégicos o la subida de las ayudas de minimis, entre otras. Estas subvenciones son aquellas destinadas a las empresas que los Estados miembros de la Unión Europea no tienen que notificar a la Comisión.
“Todas estas medidas tienen que ver con la Política Agraria Común, pero hay que darse cuenta de que los agricultores sufren consecuencias de medidas ajenas a la PAC, por lo que muchos países han pedido analizar también otros instrumentos, como es el caso de los acuerdos comerciales”, explicó Clarinval. En este sentido, los agricultores demandan la paralización de los acuerdos con Mercosur y Nueva Zelanda y las negociaciones con Chile, Kenia, México, India y Australia, así como más controles a la importación desde Marruecos.
Otras de las peticiones del sector primario es la habilitación de las denominadas ‘cláusulas espejo’ en los intercambios comerciales con terceros países. Estas cláusulas obligarían a que cualquier producto que se importe a un país lo haga en igualdad de condiciones con los productos del país comprador, una medida que los agricultores creen imprescindible para luchar contra lo que consideran competencia desleal por parte de terceros países que no cuentan con las mismas obligaciones que los europeos en materia de pesticidas y otros productos similares. Además, los agricultores piden una fiscalidad acorde a los incrementos de costes que soporta el sector derivado de situaciones como la guerra en Ucrania, así como ayudas para hacer frente a problemas como la sequía.
Al mismo tiempo que se producía la reunión entre los titulares de Agricultura, tenía lugar una marcha convocada por diversas organizaciones agrarias y en la que la tensión se incrementó a lo largo del recorrido a medida que algunos manifestantes comenzaron a enfrentarse a la policía, que estableció un perímetro de seguridad en torno a los principales edificios de las instituciones europeas. Los episodios violentos se iniciaron con el lanzamiento de botellas por parte de algunos manifestantes a los agentes antidisturbios que, en respuesta, cargaron contra ellos con manguerazos y gases lacrimógenos. En la manifestación estuvieron presentes diversas organizaciones. La policía belga calculó que alrededor de mil tractores bloquearon la ciudad, aunque según dijo a la agencia Efe un representante de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja), el número total de vehículos alcanzó los 2.000.