Luis Crovetto está preocupado por el éxito de la Gran Recogida anual del Banco de Alimentos de Bizkaia, que se llevará a cabo entre los días 25 y 26 de este mes. Las consecuencias de la inflación están incidiendo en la calidad de vida de la sociedad vizcaina, pero, precisamente por ello, considera crucial que una gran ola de solidaridad inunde el territorio histórico para ayudar a sus habitantes más precarizados.
“O llegamos al millón de kilos o tendremos que reducir las cestas de reparto”, advertía este lunes a los vizcainos y las vizcainas. ¿A qué responde este grito de auxilio?
La inflación nos está afectando muchísimo. Todo nos cuesta más, pero si la Gran Recogida no sale bien, tendremos problemas para poder hacer frente a las necesidades de las 24.143 personas a las que atendemos actualmente.
¿Y hasta qué punto puede llegar a condicionar la inflación el éxito de la Gran Recogida?
Espero que este año podamos llegar al millón de kilos. Como creo que ya he comentado varias veces, hemos notado que hasta un 40% de las personas quiere participar a través de la entrega directa de alimentos, no quieren dar dinero. Por ello, este año la recogida volverá a ser mixta. De esta manera, quien lo desee podrá adquirir el bono alimento o, por el contrario, participar con la compra directa en los supermercados.
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¿Cree, entonces, que la delicada situación económica es una de las razones por las que habría que alentar a la población a participar en la iniciativa en esta ocasión?
Evidentemente. Además, le voy a decir una cosa. Llevo quince años participando en la Gran Recogida y en este periodo he vivido, desde aquí, varias crisis. En todas ellas, sobre todo en la de 2008, he notado cómo las personas se vuelven más generosas. Eso sí, nunca habíamos tenido una inflación tan fuerte como la de ahora. No nos habíamos enfrentado a un problema así hasta ahora. Habrá que ver cómo sale la respuesta este año…
¿Tiene miedo, Luis?
No, no tengo miedo. Siento mucha responsabilidad, pero también esperanza. Hay gente que se ha anticipado al 25 de noviembre y ya ha empezado a hacer donaciones.
¿Cómo esta afectando el encarecimiento de los productos básicos a su labor?
La última partida de huevos que hemos comprado, después de haber estado cerrado el precio, llegó con un aumento en la factura del 20% y, claro, tuvimos que pagarla. Y es que, a veces, los propios proveedores no pueden respetar el precio que han pactado con nosotros.
¿Y a las personas a las que el BAB atiende?
Lo que intentamos, y estamos consiguiendo, es mantener la misma dieta que siempre les hemos dado. En ese sentido, hemos podido respetar esa parte, y seguiremos haciéndolo, al menos, hasta diciembre.