El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, ha reconocido que los datos más recientes apuntan a una desaceleración de la actividad en la eurozona al final de año, lo que confirma la posibilidad de recesión técnica en la segunda mitad de 2023.
En un discurso pronunciado en la apertura del 'Spain Investors Day', el exministro de Economía ha calificado como "decepcionante" la evolución del crecimiento en la región, cuyo PIB se contrajo un 0,1% en el tercer trimestre, y que los datos sugieren que también cayó en diciembre "lo que confirma la posibilidad de una recesión técnica en la segunda mitad de 2023 y perspectivas débiles para el corto plazo".
En este sentido, Guindos ha destacado que la desaceleración de la actividad "parece ser generalizada", siendo la construcción y las manufacturas particularmente afectadas, aunque ha anticipado que los servicios también se debilitarán en los próximos meses como resultado de una actividad más débil en el resto de la economía.
Asimismo, si bien el mercado laboral sigue siendo particularmente resistente a la desaceleración en curso, el vicepresidente del BCE ha advertido de que se aprecian los primeros signos de una corrección con la disminución de los datos sobre horas trabajadas y las tasas de puestos vacantes, lo que sugiere que el ajuste del mercado laboral también puede afectar el número de puestos de trabajo.
Inflación
En cuanto al frente de los precios, Guindos ha advertido, tras el repunte observado en la inflación en diciembre, que alcanzó el 2,9% desde el 2,4% del mes anterior, de una desaceleración del ritmo de desinflación en 2024.
"Es probable que el rápido ritmo de desinflación que observamos en 2023 se desacelere en 2024 y se detenga temporalmente a principios de año, como ocurrió en diciembre de 2023", ha señalado.
No obstante, a pesar del repunte observado en diciembre, el economista ha afirmado que "fue una buena noticia", puesto que aún así 2023 terminó con una tasa de inflación justo por debajo del 3%, mientras que la inflación subyacente entró en una clara trayectoria descendente y continuó cayendo a final de año hasta el 3,4%.
Sin embargo, para Guindos las presiones salariales, el resultado de las próximas negociaciones salariales y la intensificación de las tensiones geopolíticas añaden incertidumbre sobre la trayectoria futura de la inflación.
"En 2023 se lograron muchos avances para frenar la inflación. Sin embargo, es necesario hacer más para garantizar un retorno oportuno y sostenible de la inflación a nuestro objetivo de mediano plazo del 2%", ha advertido.
De tal modo, ha reiterado la opinión de que el nivel actual de los tipos de interés, mantenido durante un período suficientemente largo, contribuirá sustancialmente al retorno oportuno de la inflación a nuestra meta.
"Nuestras decisiones futuras seguirán un enfoque dependiente de los datos para determinar el nivel apropiado y la duración de la restricción", ha apostillado.