El auge de la ultraderecha provoca un primer seísmo: Macron convoca elecciones

De la misma manera que todos los pronósticos apuntaban al triunfo de los conservadores en los comicios de este domingo, los sondeos hablaban también de un ascenso importante de la ultraderecha. Al final se cumplieron ambas premisas. Es cierto que ganaron los populares europeos, cuya cabeza más visible y reconocible es Ursula Von de Leyen, pero también se produjo el auge de la ultraderecha hasta el punto de provocar un primer seísmo: Macron anunció la disolución de la Asamblea Nacional y la convocatoria de elecciones en Francia para el 30 de junio y el 7 de julio.

"No podría seguir, al término de esta jornada, mirando hacia otro lado. Después de haber procedido a las consultas previas del artículo 12 de nuestra Constitución, he decidido devolver la palabra de nuestro futuro parlamentario a través del voto", aseguró el presidente francés.

Macron anunció elecciones anticipadas en Francia. EFE

El resultado fue claro y contundente. La ultraderechaista Agrupación Nacional (RN) logró una rotunda victoria con entre el 31,5 y el 32,4% de los votos, doblando al partido de Macron, que logró el 15,2%. 

Y la primera respuesta de la líder de Agrupación Nacional (RN), Marine Le Pen, al anuncio de Macron sirvió para calibrar el estado de ánimo de la ultraderecha gala. "Estamos listos para asumir el poder si los franceses nos dan su confianza", aseguró Le Pen ante sus enfebrecidos seguidores.

Más allá de Francia, el impulso de la extrema derecha se dejó también notar en Alemania, por lo que eje franco-alemán que pilotó la Unión Europea desde su fundación dibuja un mapa político desconocido hasta ahora. Los cristianodemócratas se sitúan como primera fuerza política, pero la extrema derecha de Alternativa por Alemania (AfD) se sitúa como segunda fuerza.

En Italia, último país en cerrar las urnas, la primera ministra italiana, la utraderechista Giorgia Meloni, y su partido, Hermanos de Italia (FDI), fueron los ganadores al obtener entre un 26 y un 30% de los votos.

Triunfo esperado

Por lo demás, lo dicho. El Partido Popular Europeo (PPE) ganó las elecciones con 186 escaños de los 720 del nuevo hemiciclo, lo que mejora su marca de la legislatura anterior, seguido de Socialistas y Demócratas (S&D), que se mantiene como segunda fuerza pese a perder cuatro escaños y quedarse con 133 eurodiputados.

Los liberales europeos (Renew) siguen como tercera fuerza en la Eurocámara pero lo hacen con una fuerte caída de 20 escaños, de los 102 de la legislatura que acaba a los 82.

Les seguirán con 70 escaños el grupo de los Conservadores y Reformistas (ECR) y la ultraderecha de Identidad y Democracia (ID), con 60 escaños. La suma de estos dos grupos llega a los 130 diputados.

Contra los extremos

La presidenta de la Comisión Europea y candidata del Partido Popular Europeo (PPE) a repetir en el cargo, Ursula von der Leyen, celebró la victoria de los conservadores y aseguró que será un "bastión contra los extremos, de izquierda y de derecha". "Construiremos un bastión contra los extremos, de la izquierda y la derecha", manifestó en Bruselas la candidata cristianodemócrata. "Hoy es un buen día para el PPE, hemos ganado las elecciones europeas (...) Los votantes han reconocido nuestro liderazgo en los últimos cinco años", apostilló.

En respuesta a Von der Leyen, los grupos socialdemócrata, liberal y de los Verdes se mostraron dispuestos a unirse a una coalición de corte proeuropeo con el Partido Popular Europeo si no hace concesiones a los grupos ultraconservador (Conservadores y Reformistas) y de extrema derecha (Identidad y Democracia). Los portavoces políticos de los tres grupos se abrieron a la posibilidad de revalidar una mayoría similar a la que ha sostenido la pasada legislatura.