El presidente de Francia, Emmanuel Macron, y el primer ministro de Reino Unido, Rishi Sunak, han anunciado este viernes una nueva iniciativa conjunta a gran escala para contener la migración a través del Canal de la Mancha, y que incluye entre otras medidas la creación de nuevos centros de detención y un nuevo programa de vigilancia aérea.
Reino Unido comprometerá a tal efecto unos 540 millones de euros en los próximos tres años, según han anunciado ambos mandatarios durante la cumbre franco-británica celebrada en París, parte de los cuales irán destinados a la creación de un centro de detención en suelo francés, concretamente en el norte del país, acompañado del despliegue adicional de al menos 500 efectivos galos para vigilar las playas desde las que parten los barcos de migrantes con destino a Reino Unido.
Otras medidas incluyen el fortalecimiento del actual programa de vigilancia aérea con "aviones no tripulados y tecnologías adicionales", la creación de un centro de coordinación 24 horas con oficiales de enlace franceses que estarán destinados de manera permanente en Reino Unido, y un incremento de la cooperación entre la Agencia Nacional contra el Crimen de Reino Unido y su homóloga francesa, informa Sky News.
Sunak ha aplaudido el acuerdo como un "nuevo comienzo" tras los roces diplomáticos que ambos países han atravesado en los últimos meses sobre esta y otras cuestiones. "El presidente francés coincide conmigo en que las bandas criminales no deberían decidir quién viene a nuestros países, de ahí esta colaboración sin precedentes", ha declarado.
Macron, por su parte, ha resaltado el incremento de la colaboración franco-británica; que según sus estimaciones "ha impedido más de 30.000 cruces y medio centenar de redes de tráfico de personas". "La renovación de este marco bilateral de cooperación significa que queremos seguir en esta dirección, de forma muy concreta, y conscientes de la naturaleza de la responsabilidad que compartimos", ha añadido.
Según estimaciones del Gobierno británico, un total de 45.756 personas llegaron desde Francia a costas británicas en 2022; un aumento sustancial respecto a las 21.000 llegadas de 2021 y las 8.417 llegadas de 2020.
Sunak y su ministra del Interior, Suella Braverman, han anunciado la puesta en marcha de un plan nacional de dureza sin precedentes contra los migrantes que consigan llegar a costas británicas y que comprende expulsiones en caliente sin posibilidad de asilo, a pesar de las críticas de organizaciones humanitarias internacionales.
Cruz Roja y Amnistía denuncian falta de compasión
De momento, ONG como Cruz Roja británica o Amnistía Internacional ya han denunciado el acuerdo como una medida "enormemente cara, ineficaz y contraria las leyes internacionales", en palabras de la primera. "Sobre todo", añade, va a causar un daño "devastador para hombres, mujeres y niños necesitados de ayuda".
"Queríamos ver un sistema de asilo rápido y justo, pero también compasivo. El acuerdo de este viernes, sin embargo, nos lleva por un derrotero completamente distinto", ha lamentado la directora ejecutiva de estrategia y comunicación de Cruz Roja británica, Christina Marriott, en un comunicado recogido por 'The Guardian', antes de recordar que ahora mismo hay 160.000 solicitantes de asilo en Reino Unido a la espera de recibir respuesta del Gobierno británico.
El director de Amnistía Internacional Reino Unido para los derechos de migrantes y refugiados, Steve Valdez-Symonds, ha lamentado también una medida "sin corazón" que tiene como objetivo final "eximir a Reino Unido de cualquier responsabilidad" en la crisis en el Canal de la Mancha.
"La petición de asilo", recuerda Amnistía por enésima vez, "es un derecho humano vital, no algo que se puede retirar a conveniencia política".
Amnistía recuerda que, a pesar del incremento de llegadas, Reino Unido recibe en realidad a número "relativamente pequeño" de refugiados en comparación al resto del mundo, solo para acabar tratándoles "de manera cada vez más atroz", entre constantes apariciones de ministros ante los medios de comunicación para "vilipendiar a gente traumatizada marginada, a quienes quieren condenar a meses e incluso años de aislamiento social, cuando no detención".
"El Gobierno británico", concluye Amnistía, "ha destruido deliberadamente su propio sistema de asilo, y ahora persigue convertir esa destrucción en permanente, con terribles consecuencias".