Maddi Torre espera ansiosa el derbi de mañana en San Mamés. Considera que si la Real ofrece una versión parecida a la del pasado domingo ante el Valencia, tendrá "medio partido ganado"
donostia – Se avecina derbi. Dice el que lo ha jugado que no es un partido cualquiera...
–Un derbi no es un partido cualquiera y menos en ese escenario. Jugamos en San Mamés el domingo a las 12.00 horas. Esperamos que con el campo lleno, dentro de las limitaciones que hay ahora mismo.
¿Con ganas?
–Muchísimas. Primero, porque es la primera vez que se va a jugar un derbi en San Mamés, y, segundo, porque el escenario es inmejorable, el día va a ser bueno, la gente está muy involucrada, se han vendido un montón de entradas. Van a ir un montón de familiares, amigos...
¿Cómo llega la Real?
–Estamos bien, en un buen momento. La victoria frente al Valencia nos ha venido bien. Obviamente, no hay ninguna victoria que venga mal nunca, especialmente por cómo fue, por lo contundente que fue, por las ocasiones que hicimos, por lo poco que concedimos, y por la sensación que dimos de ilusión, de trabajo, de ambición, de no dar ningún balón por perdido. Fue importante por ese mensaje implícito que dimos al aficionado, que quizá no se puede leer con palabras, pero sí con hechos.
Con todo lo sucedido este verano, había dudas sobre cómo iba a responder el equipo. Y el equipo respondió de la mejor manera, ¿no?
–Sí. Es un compromiso que tenemos todas. Queremos responder ante todo lo que ha pasado, queremos demostrar que el aficionado tiene motivos suficientes y de sobra para confiar en nosotras. No importa quién esté, sino que la que esté, lo esté al 100% con el equipo. Eso es lo más importante.
¿Hasta dónde puede llegar esta Real?, ¿ve factible que el equipo pueda luchar por grandes objetivos?
–Sí, desde luego, y el mensaje a la afición es ese, que nos exijan, porque nosotras lo estamos haciendo y cuanto más vayamos de la mano, la afición con el club y con las jugadoras, más lejos llegaremos porque es una relación de absoluta dependencia, porque nos gusta exigirnos. El club así lo merece, y las jugadoras vivimos por y para ello.
Con 25 años, Maddi Torre es una de las veteranas...
–Sí, soy una de las veteranas. Nunca pensé que iba a ser veterana algún día, pero miras hacia atrás y ya son siete años jugando en Primera División, he tocado toda clase de equipos, he tenido buenos momentos, momentos peores. Espero desde mi experiencia intentar poner en situación a las jóvenes, intentar ayudarles, y que me sientan cerca.
¿Cree que la falta de experiencia en el equipo puede pasar factura?
–He jugado en muchos equipos con gente muy joven. De hecho, el año que ganamos la Copa de la Reina teníamos una media de edad de 22 años. Ahora bien, que sea gente joven no significa que sea poco experimentada. La experiencia es un grado a veces, pero quizá con la experiencia se va perdiendo ilusión. Este equipo es muy joven, tiene mucha ilusión, no tiene tanta experiencia, pero gana en ilusión y la ilusión gana partidos.
¿Maddi Torre mantiene la misma ilusión de siempre?
–Yo sí. Estoy flipada conmigo misma, porque cada noche me acuesto pensando en el partido del fin de semana. No pensaba que fuera a ser así. Los años pasan y siempre tienes esos nervios del primer día.
Cumple su cuarta temporada en la Real Sociedad. Cuando llegó, firmó por una sola campaña. ¿Se esperaba estar tanto tiempo en la Real?
–Cuando llegué el primer año no pensaba en el más allá, solo en el año que tenía de contrato. Ahora mi deseo es estar mucho tiempo aquí. Así se lo he transmitido al club.
El año pasado fue en el que menos jugó, y todo hacía indicar que se iba a marchar. Sin embargo, el club anunció su renovación y luego llegó la desbandada general. ¿Le sorprendió la llamada del club para renovar?
–No, no me sorprendió, porque yo, internamente, sé lo que está pasando. Hay cosas que se me escapaban de las manos, pero estaba bastante puesta en cuanto a la situación deportiva del club. Veía que esa podía ser una posibilidad. La esperaba ansiosa porque sabía que podía llegar, sabía que podía ser lo mejor para el club, y que por supuesto, era lo que yo quería.
Para alguien que lleva mucho tiempo en el club, ¿cómo ha vivido la marejada que ha tenido lugar durante el verano?, ¿le ha afectado?
–Hombre, llevas tiempo hablando de ello, no solo vosotros, los medios, entre las jugadoras era un tema muy delicado, que lo hablamos mucho. A veces se convierte en monotema, no solo en el equipo. Vas a casa y hablas de eso también. El fútbol es así y en el femenino toma importancia, cada vez más, lo extradeportivo. No puedo hacer nada en cuanto a todo lo que ha pasado. Solo me queda agradecer a todas las que han pasado por la Real que muchas de ellas son amigas e históricas para el club, todo su trabajo, toda su dedicación, y todo el esfuerzo que han hecho cada mañana para haber podido en su momento levantar la Copa del Reina.
Se le hará raro enfrentarse mañana a Mariasun o a Itxaso, ¿no?
–Si. Bromeaba con Mariasun hace unas semanas y le decía: No vas a ganar más derbis, olvídate y se reía. Se hará raro, pero siempre es bonito juntarse con excompañeras, con gente a la que quieres, a la que admiras, con gente que es muy buena. Ya sabes cuáles son sus fuertes, pero también sus debilidades. Iremos a por ello.
Imagina que le marca un gol a Mariasun...
–¡Que me lo imagine más! No hago más que imaginármelo.
¿Qué partido espera?
–Solo espero que mi equipo muestre la misma cara del domingo pasado, que dispute cada jugada, que esté muy cerquita tras pérdida, que esté cerca de ganar las caídas, que sea valiente, y que tenga ese carácter y esa ambición que contagie a la que tengas al lado. Espero eso de mi equipo. Si conseguimos eso, tenemos medio partido ganado.
Escuchándole y haciendo lo propio con Natalia Arroyo, da la sensación de que hay mucha ilusión dentro del equipo. ¿Es así?
–Sí, sin duda. La gente nueva parece que no, pero refresca mucho el ambiente, viene a tope, viene queriendo aportar su 100% y a veces, las que llevamos tiempo decimos: ¿Pero esto qué es? Qué nivel de intensidad meten, no solo física, de entrenamientos, sino emocional y ambiciosa. De eso nos tenemos que aprovechar todas las que estamos aquí. Yo también he ido a equipos fuera y sé la ilusión que llevaba conmigo a cada equipo nuevo y de eso se tiene que aprovechar en todo momento el equipo.
¿Se siente importante dentro de la Real?, ¿siente la confianza de Natalia Arroyo?
–Yo siento que tengo un rol muy marcado en el equipo y que no me puedo despegar en ningún momento de ese rol. Mi rol consiste en trabajar e invitar al resto de compañeras que trabajen al máximo cada fin de semana y a partir de ahí, cada decisión que tome Natalia no está ni en mis manos ni en manos de ninguna compañera. Me limito a eso, a trabajar y a ofrecer mi ayuda a cualquier compañera.
¿Qué le dice la renovación de Nerea Eizagirre?
–Es muy buena noticia. Es una jugadora muy importante, muy desequilibrante, joven y ambiciosa. Diría que con el paso de los años, cada vez más. Se está dando cuenta de lo importante que es darle importancia a muchas cosas que no solo es fútbol, sino de la vida de fuera, de la vida que lleva el deportista en el día a día y eso es importante para ello. Es muy joven todavía, lleva muchos años en Primera, pero ella siempre dice: trabajo, trabajo y trabajo. Se ha convertido en su lema de este último año. Si lo lleva a cabo será una grandísima jugadora. Principalmente, porque ya lo es, pero tiene que terminar de culminarlo.