El disparo certero de Mads Pedersen en la víspera, demostró un axioma del ciclismo que rueda veloz y voraz estos días por la Francia del Dauphiné, ensayo general del Tour, aunque al escenario le falten Jonas Vingegaard, que acorta los plazos en Tignes en busca de la salida de Florencia el 29 de junio tras la terrible caída en la Itzulia, y Tadej Pogacar, de regreso a los entrenamientos después de su abrumadora exhibición en el Giro.
En el Dauphiné se examinan Primoz Roglic y Remco Evenepoel, víctimas de la curva de Olaeta. Con el belga rueda Mikel Landa. Ambos preparan la Grande Boucle, donde debutará Evenepoel. Landa es el Cicerone del belga. Carlos Rodríguez y Juan Ayuso también buscan buenas sensaciones para el Tour.
Las encontró Magnus Cort entre la niebla. Inmejorables. Una victoria a tientas que le concedió el amarillo. Un color luminoso entre el telón grisáceo. El muro húmedo del Col de la Loge se tragó el ímprobo esfuerzo de Armirail, una letanía. Entre la niebla surgió el bigote del danés, que recogió la herencia de su compatriota Pedersen, perdido en la vaharina.
En el segundo día del Dauphiné, la fuga menguó a medida que el terreno sacó pecho en un desenlace espeso con dos puertos tendidos, pero con la tensión suficiente. Demasiado pendiente para Armirail, Le Berre, Gregaard, Meurisse y Conca, asfixiados en un encadenado de dos ascensiones que eran una.
El pelotón, con Pedersen, el líder, se entusiasmo con la cercanía de los fugados. Vlasov prendió la mecha para apagar el sacrificio fatigoso de Armirail. Se elevó el pulso y empequeñeció Pedersen, que perdió el hilo.
El amarillo se desprendió entre la niebla. En el manto ceniciento, Armirail era un espectro que buscaba la luz al final del túnel húmedo. El gesto torcido, el último reducto de la fuga, pedaleaba con el alma. El cuerpo le había abandonado tiempo atrás.
Buscó los límites el francés, que se quedó a un dedo de la gloria. Armirail en la niebla, peleando cada palmo, era un escena conmovedora. Mantuvo el pulso hasta los estertores. Él contra el club de los mejores. Honor para él.
Primoz Roglic, segundo
Después de un día en fuga, 139 kilómetros acumulados como luciérnaga en la noche, a menos de 200 metros, el sueño que esperaba, se desvaneció, evaporado entre la niebla. En ese decorado fantasmagórico le perseguía una masa espectral.
De allí surgió el rubicundo Magnus Cort, que sobrepasó al francés en un final desesperado. El ciclismo no casa con la justicia poética. El danés tenía una intuición. Imaginaba un grato porvenir. En la salida dijo que preveía un día duro, pero que se “veía delante seguro”. Fue el primero. Acertó en su predicción.
Roglic, segundo, reaccionó tarde al impulso del danés. Midió mal los tiempos. Lo evidenció con una mueca de contradicción cuando observó la victoria del danés. Jorgenson fue tercero.
Quinta plaza para Lazkano
Oier Lazkano, presente en el grupo, firmó la quinta plaza. Los favoritos se codearon en el mismo fotograma. Magnus Cort recogió el maillot amarillo de Pedersen, extraviado en la niebla y en el sofoco de la montaña.
El Dauphiné es otra constatación de que no hace falta competir y rodarse para ser extremadamente competitivo. Pedersen acumulaba el óxido de dos meses sin correr y venció el primer día. En estos tiempos basta con las concentraciones en altura y las sesiones de calidad para después ponerse un dorsal y festejar la victoria.
Ese es el relato del ciclismo que galopa, donde los días de competición, que han disminuido respecto al pretérito, están marcados en rojo en el calendario.
Se corre para ganar y el rodaje en las carreras no es imprescindible. Los ciclistas salen del radar, se refugian en las concentraciones para buscar su mejor punto de forma y asoman para competir al extremo.
El padecimiento de Froome
Jonathan Lastra, de cumpleaños, quiere festejar su entrada en el equipo que disputará el Tour. El Dauphiné definirá si tiene sitio o no. En ese mismo escenario palidecía Chris Froome, una pena desde que se astilló del todo tras una espeluznante caída en el Dauphiné de 2019, mientras reconocía la crono.
Froome se estampó contra un muro y se rompió su ciclismo. Sus esfuerzos para volver al instante anterior al accidente, donde imaginaba la corona de su quinto Tour, jamás le acercaron a lo que fue. Son dos ciclistas distintos, irreconciliables. El británico perdió color en cuanto la carretera elevó el mentón. El mismo destino de Pedersen. La llama danesa la mantuvo encendida Magnus Cort, la luz en la niebla.
Critérium du Dauphiné
Segunda etapa
1. Magnus Cort (Education First) 3h21:42
2. Primoz Roglic (Bora) m.t.
3. Matteo Jorgenson (Visma) m.t.
4. Giulio Ciccone (Lidl) m.t.
5. Oier Lazkano (Movistar) m.t.
General
1. Magnus Cort (Education First) 7h23:02
2. Primoz Roglic (Bora) a 4’’
3. Matteo Jorgenson (Visma) a 6’’
4. Bruno Armirail (Decathlon) a 8’’
7. Oier Lazkano (Movistar) a 10’’