Maialen Sierra, voluntaria: "Me siento totalmente feliz, me llena por dentro"

Son una red silenciosa pero que en la práctica hace mucho ruido e influye de manera directa en la vida de otras personas porque en esta sociedad que vivimos, todos estamos conectados y todas las personas dependen las unas de las otras.

Hoy celebramos el Día del Voluntariado y aunque no lo parezca, las personas que deciden regalar su tiempo a otras va en aumento. Según los datos del Observatorio Vasco de la Juventud, en mayo de 2021, el 11,5 % de los jóvenes de entre 15 y 29 años afirmó realizar labores de voluntario en ese momento y otro 28,3 % señaló que ya no hacía, pero que había hecho anteriormente. Así que cuatro de cada diez jóvenes tienen experiencia en voluntariado. Es más, el porcentaje de jóvenes que señalaban hacer voluntariado, tanto en ese momento como haber hecho en el pasado, se ha incrementado. Y es que solemos pensar en personas mayores cuando hablamos de voluntarios pero también los jóvenes son muy activos. 

Una de esas jóvenes voluntarias es Maialen Sierra que a sus 18 años va por su segundo curso como voluntaria de la Fundación Síndrome de Down de Euskadi. "Estoy muy contenta porque lo que hago es apoyar de forma mínima y acompañar", explica. "Quiero poder trabajar en este ámbito. Era la mejor opción", añade. 

"Hay mucha gente, más de la que pensamos"

Maialen se muestra encantada. "Parece que los jóvenes no toman compromiso y su caso nos sorprende. Hay muchas personas que comparten su tiempo y dan su apoyo a esas personas que pueden necesitarlo más", destaca María Gutiérrez, del equipo de Bizkaia Gara que reconoce que solemos pensar más en adultos, gente jubilada a la que, en un momento determinado, "les puede apetecer más".

Sin embargo, afirma, "los jóvenes siempre hemos estado ahí. En grupos de tiempo libre, de barrio. El valor de la comunidad, esa red de apoyo que siempre se ha dado", subraya. 

Lo cierto es que también para el voluntariado hay un antes y un después de la pandemia que nos ha interpelado a todas. "Los jóvenes estuvieron allí los primeros. Las personas mayores no podíamos salir. No solo ahí. Años atrás, el 11-M nos vino a decir que tenemos que estar en la calle. Y lo mismo nos ha dicho esta pandemia", remarca María. 

"Somos una sociedad insolidaria, que pasa de todo, que es capitalista y es individualista. Yo no voy a decir que no. Estamos en el sistema en el que estamos. Pero hay voces críticas constructivas que no se escuchan. Tenemos miedo de que nos critiquen como sociedad. Si no cuestionamos, no avanzamos. Es lo que estamos poniendo en juego", destaca. 

Desde Bizkaia Gara señalan que siempre hay algo que nos toca más de cerca y que nos puede animar a dar el paso. Es lo que el pasó a Maialen que quiere dedicarse a este ámbito y que tenía especial interés en las personas con síndrome de down. Por eso acudió a la Fundación. "Pasando tiempo con ellos me he dado cuenta de que es lo que verdaderamente me gustaría hacer", reconoce. 

Ahora es miembro de un grupo de 15 participantes y 4 monitores que organiza actividades cada 15 días. "Quedamos un sábado sí y uno no. Cada trimestre hacemos un planning. Karakoe, cena, comida, bolera….todo partiendo de lo que ellos nos dicen para hacer" explica. Y a esto se suma lo que más les gusta a monitores y al propio grupo, las escapadas de fin de semana y las vacaciones. 

"Dormimos todos juntos, desayunamos….conoces facetas tuyas que no sabías. Me parece muy interesante. Es donde más se aprende. Ellos de ti y nosotros mucho más de ellos", señala Maialen que recuerda lo importante que es trabajar en red con otros voluntarios. "Si no formamos una red, el grupo no funciona", afirma. 

Maialen nos pone un ejemplo de lo que supone trabajar con adolescentes con síndrome de down. "El año pasado en mi grupo a uno le costaba relacionarse con los demás. Queríamos ver cómo hacer que conectase. Este año en la segunda salida le hemos visto diferente. El año pasado lo trabajamos y ver que ha sido capaz me llena por dentro. Me siento totalmente feliz", destaca. Se trata de "exprimirles" para que en un futuro puedan ser independientes.

Lo que se busca, añade María, es generar espacios en que las personas puedan hacer algo juntas. "Son pequeños detalles para ti y lo grandes que pueden ser para otras", afirma. 

"No siempre tiene que ser acompañar a personas. Hay muchas posibilidades. Puede ser una motivación inicial. Empiezas con algo que te implica. No importa cuál es el primer paso. Nadie te va a juzgar. Es lo que reportas a la comunidad y sociedad", subraya.