La invasión de Ucrania por parte de Rusia ha provocado de momento un millón y medio de refugiados que han cruzado las fronteras principalmente hacia Polonia huyendo de las bombas y los ataques rusos. Sobre el terreno muchos voluntarios de la sociedad civil que se han movilizado para atender la llegada de estas personas. Voluntarios que como nos ha contado la integradora social especializada en migración y refugio Maider Saralegi no dan abasto. "Están desbordados porque no saben si van a tener que atender a 200 o 300 personas de golpe", afirma. Destaca que la sociedad está demostrando un elevado grado de compromiso y solidaridad. "Un ejemplo es Moldavia, un país pobre que se ha volcado" en atender a los refugiados que están llegando a su país.
Maider Saralegi destaca la importancia de que se activen los corredores humanitarios de una vez. "Llevan aprobados desde el año 1992 pero no funcionaron en Afganistán, ni en Irak ni ahora tampoco", denuncia. "Estamos ante un crimen de guerra abismal", remarca.
"En estado de shock"
Sus compañeros desde Polonia trasladan que los refugiados llegan "mejor físicamente" que en otros conflictos internacionales. "Las rutas son diferentes. En muchos casos, el transporte son autobuses o trenes y no tienen que arriesgar igual a un camino tan duro o a cruzar un río o un mar", explica pero asegura que psicológicamente están "en shock, muy muy muy mal".
"En Occidente nos hemos pensado que nunca va a pasar nada", subraya y sin embargo este ataque de Rusia ha hecho que nos demos cuenta de que también nos puede pasar algo así a nosotros. "Parece que la UE ha despertado. Llevaba en un examen desde 2015 y suspendió porque las políticas migratorias eran todo menos dignas. No podemos crear un campo de refugiados y ya está", subraya. "Ahora se están dando cuenta de lo que es un éxodo. Hay muchos países que están respetando, que quieren nacionalizar refugiados", admite pero a su vez denuncia la diferencia de trato respecto a otros refugiados que llegan desde otros países. "Hay que denunciar las diferencias abismales de trato entre unos y otros. Un refugiado es un refugiado, no hay de primera y de segunda", denuncia.
Acogida rápida
Preguntada por la burocracia que es necesario llevar a cabo cuando alguien solicita el estatus de refugiados, recuerda que en el caso de la primera acogida de Afganistán fue rápida y cree y espera que en este caso "los papeles vayan rápido". En cualquier caso, considera que hay que seguir trabajando en la política migratoria europea porque de momento tiene "muchas carencias".
"Europa se ha lavado las manos", asevera y recuerda que hace 75 años ya vivimos en Europa un éxodo similar. "Este éxodo no se ve desde hace 75 años. Soy nieta de refugiada y 75 años después estoy trabajando con refugiados", afirma. "Nunca hemos pensado que nos puede pasar a nosotros y por eso estamos, también nosotros, más impactados porque lo ves cerca de casa".
Sobre el terreno asegura que los corredores humanitarios son "más necesarios que nunca" y remarca que lo más importante ahora es "sacar a toda la población civil de Ucrania". Hay que intentar solucionar esto "ya". También pide que la misma condena ante la invasión de Ucrania, que comparte, se haga en otros territorios como el Sáhara o Palestina.