"Soy atleta y me apetece correr cosas nuevas". A sus 38 años, Maitane Melero Lacasia (20/2/1983) quiere ir cerrando su etapa en la pista para probar otras distancias en ruta como el medio maratón. La mejor fondista navarra de la historia dejará poco a poco el tartán, ese lugar en el que ha corrido desde los 11 años y en el que ha sido "tremendamente feliz". Entre sus mayores logros, los récords forales de 1.500 (4:18.74), 5.000 (15:36.87) y 10.000 (32:27.00), 11 medallas en campeonatos de España al aire libre y bajo techo y 3 participaciones en la Copa de Europa de 10.000. La última, este fin de semana en Birmingham, donde consiguió un excelente décimo puesto con su segunda mejor marca de siempre (32:41).
¿Cómo se siente después de terminar décima en la Copa de Europa de 10.000?
–Muy cansada (ríe). Llevo encima una paliza del viaje de vuelta bastante considerable y el lunes ya estuve trabajando. Pero bueno, también estoy muy contenta porque la Copa de Europa de 10.000 es una prueba que me encanta. Creo que es mi carrera favorita, encima es una internacionalidad más y estoy muy contenta por haber podido disfrutar por tercera edición consecutiva de esta Copa.
Hizo una marca de 32:41, que es su segundo mejor registro de siempre.
–Ya sabes que los deportistas somos a veces un poco inconformistas, pero valorando de dónde vengo con estos últimos meses tan difíciles, es para estar muy contenta tanto por el tiempo como por la posición.
Sus objetivos eran acercarse a su marca personal (31:27) y disfrutar. ¿Pudo hacerlo?
–Sí, claro. Sí que se nota diferencia de esta Copa a las anteriores a nivel de celebración porque no ha habido el mismo ambiente este año del que se forma en Londres. Pero disfruté un montón de volver a ser internacional, de competir de nuevo contra chicas de un grandísimo nivel y de volver a ser competitiva. Cada vez me doy cuenta de que cuesta más llegar a participar en este tipo de competiciones y tengo que disfrutarlas y aprovecharlas al máximo.
La carrera fue rapidísima, con varias atletas buscando la mínima para Tokio. Al terminar, usted reconoció que se había emocionado un poco al principio...
–Sí (ríe). El miedo que tenía era elegir bien el grupo de salida. Posicionarme bien, no quedarme en tierra de nadie y acertar con el grupo. Yo cogí un grupito que iba a un ritmo de 32:15. Yo me di cuenta por las luces que llevábamos en la cuerda y pensé: "Uy, este ritmo no sé si lo voy a poder aguantar" (ríe). Pero bueno, yo lo intente y en el kilómetro cuatro vi que no podía y tomé la decisión de aflojar un poquito. Creo que me precipité un poco en la salida, pero luego supe regular. Es cierto que yo en los 10.000 que he corrido normalmente hago los primeros 5 kilómetros más lentos y termino más rápido, pero este fue al revés. Empecé más rápido y terminé más lento. Una vez que empiezas a perder tiempo te caen los segundos muy rápido, pero aun así supe regularme y no perdí tanto entre el primero y el segundo cinco mil. Entonces, estoy más o menos contenta.
¿Cómo fue correr con luces?
–A mí me gusta mucho. Te ayuda si el ritmo que te ponen es el tuyo. En Birmingham, yo sabía que una de las luces era para la mínima olímpica, que era como si no existiera, y la otra era para 32:15 y yo tengo 32:27. Si me ponen una luz a 32:30, hubiera sido perfecto (ríe) porque ya sabes a qué ritmo tienes que ir. Las luces te ayuda si te ponen el ritmo que tú necesitas o al que tú quieres salir, pero luego también hay que tener piernas.
Décima de Europa. ¿Se lo hubiese creído si se lo dicen en marzo?
–Si me lo dicen cuando me rompí la vértebra sacra no, porque ya daba por perdida toda la temporada. Por eso tengo que valorar mucho el haber corrido en esta Copa.
Y si se lo hubieran dicho hace 10 años, ¿qué hubiese pensado Maitane Melero con 28 años y todavía lejos de explotar en el atletismo?
–Ya... la verdad es que nunca me lo hubiera planteado. Poder correr a estos niveles en una Copa de Europa. Para empezar, el 10.000 era una prueba que para mí ni existía porque me parecía muy larga. Luego, correr a nivel europeo tampoco pasaba por mi cabeza cuando tenía 28 años.
¿Cómo explica que su mejor rendimiento haya llegado después de ser madre?
–Hay mucho trabajo detrás y durante muchos años. He estado muy bien asesorada por Patxi Morentin, que ha sido mi entrenador durante muchos años, y por el CEIMD, con Esteban Gorostiaga, que han sabido llevarme muy bien. He trabajado mucho y hay mucho entrenamiento detrás, pero sobre todo no me han quemado en ninguna de las etapas previas. Soy una deportista de explosión tardía y ahora estoy recogiendo los frutos de muchos años de trabajo y de hacer las cosas bien. Luego, también es cierto que hay más factores. A nivel psicológico, he madurado en muchos aspectos.
El otro día, comentó que le tocaba cerrar su etapa de pista. ¿A qué se refería?
–Sí. Llevo muchos años corriendo en el estadio, en el tartán y me apetece probar cosas nuevas y buscar cambios. El 5.000 ahora mismo creo que ya se me queda hasta un poco corto, o demasiado rápido. O las dos cosas (ríe). El 10.000 sí que es una distancia que todavía me gusta, pero quiero ir cerrando etapas y abriendo otras puertas para seguir corriendo y conociendo otras disciplinas como la ruta. Quiero hacer algún cambio. Creo que a veces los cambios son necesarios para buscar motivación cuando estás un poco estancada, que es lo que me está pasando igual ahora un poco.
Apunta a distancias un poco más largas como el medio maratón, que también se adaptan bien a sus condiciones.
–Sí. Tengo 38 años y no he corrido nunca un medio maratón. Soy atleta y me apetece probas cosas nuevas. Me dicen que a ver cómo es que no he corrido nunca un medio maratón. La verdad es que son distancias que no he probado todavía y que me apetece hacer en algún momento y no muy lejano.
¿Ha sido esta su última Copa de Europa de 10.000?
–No, no, el 10.000 no lo descarto tampoco. Hay muy pocos diez miles al año, solo dos, y es una distancia que me gusta. No descarto para nada volver a correr un 10.000 en pista porque creo que es complementario con hacer ruta o medio maratón. Otra cosa es si me dicen de volver a hacer 1.500 otra vez en la pista o 3.000 en pista cubierta. Todo eso, ahora mismo, no entra en mi cabeza ni en mis planes.
Y este año, ¿el objetivo sigue siendo el 5.000 en el Campeonato de España?
–Sí. Iré a Getafe, intentaré estar competitiva y daré como siempre todo lo que tenga. Este año hay mucho nivel en el 5.000 y eso es bueno. Creo que hay una regeneración ahora mismo en el atletismo femenino y que es necesaria. Va a ser un Campeonato bonito y muy complicado.
¿Ve posible despedirse de la pista en los Juegos Olímpicos?
–Nada, ahora mismo está muy complicada la cosa. Además, me han comentado que en el 5.000 están ya todas las plazas cubiertas con gente con mínima y no quedan plazas para entrar por puntos, que era mi única opción. Yo 15:10 ahora mismo no voy a hacer, así de claro. Ni en mi mejor momento (ríe).
Habla de cerrar etapas. ¿Qué balance hace de este ciclo de su vida deportiva en el tartán?
–Los últimos cinco años he mostrado una regularidad que es muy difícil de conseguir. En todos los Campeonatos de España, excepto en el último de pista cubierta, he estado en el podio. Mantener esa regularidad es muy complicado. Lo difícil no es solamente llegar, sino el mantenerse. A mí me ha costado llegar a los puestos de honor de los Campeonatos de España pero, una vez que he estado ahí, he estado arriba. Eso es fruto del trabajo, de haber hecho el trabajo bien y de haber tenido un buen asesoramiento. Lo valoraría como una carrera cocinada a fuego lento, pero que ha dado unos resultados que hace años no hubiéramos esperado pero que ahí están.
¿Podría quedarse con un mejor momento en la pista?
–No, porque tengo muchos (ríe). No podría quedarme con uno. El atletismo me ha dado grandes recuerdos, muy bonitas experiencias, oportunidades, muy buenas amistades. Son muchas cosas y quedarme solo con una ahora mismo me resultaría imposible. Llevo desde los 11 años corriendo y he vivido muchos momentos bonitos. También ha habido momentos muy duros y difíciles, he vivido las dos caras. Pero bueno, intento quedarme siempre con lo positivo y todo lo que me da. Si no, lo hubiera dejado hace tiempo (ríe).