El verdadero valor del triunfo ante Osasuna se puede medir en lo que está por llegar esta semana. Primero cortó una semana negra, con la goleada encajada en San Mamés y la eliminación ante el Leipzig y, segundo, permitió al equipo no perder el paso en la carrera hacia Europa. Pese a que fueron tres puntos muy importantes, desde el punto clasificatorio no le permitieron dar ningún salto, aunque sí le posibilitó afianzarse en la séptima plaza con una interesante renta sobre sus perseguidores.
Todo eso con un partido menos, el que debe jugar precisamente esta noche en Mallorca ante un anfitrión en serios problemas en la tabla por la amenaza de los puestos de descenso. El triunfo del Valencia el sábado ha multiplicado sus apuros y solo le vale sumar los tres puntos ante los donostiarras si pretende aliviarse en una posición más cómoda y alejada de la quema. Para la Real es una oportunidad de oro para consolidar su candidatura europea. Su extraordinario inicio del campeonato le ha permitido salvar la repetida crisis de resultados de estos meses sin daños excesivamente graves y con las posibilidades de regresar al viejo continente el próximo curso intactas.
Eso sí, la opción de entrar en la Champions se encuentra más barata que nunca, y la de optar a la Europa League se va a encarecer hasta el punto de que no se puede perder de vista la Conference. El mejor argumento de esta nueva Real para reeditar el éxito será consolidar y reafirmar su extraordinaria fiabilidad defensiva. Los realistas continúan siendo el equipo que más porterías a cero ha dejado en lo que llevamos de temporada, con catorce en 25 partidos.
No obstante, para estar más convencidos de poder alcanzar la meta, no va a tener más remedio que afilar el colmillo y afinar la puntería, porque, de continuar así, su bagaje de goles a favor no aventura nada bueno y lo puede acabar pagando muy caro. Que nadie olvide que este curso se van a quedar fuera de Europa dos o tres conjuntos de nivel.
Las bajas por lesión continúan lastrando a Imanol. Merino no se entrenó ayer, pero, aunque su dolencia no es grave, sí que es dolorosa. Su umbral del dolor se encuentra fuera de toda duda y al final optó por viajar. Habrá que ver si juega. Se quedaron en Donostia: Zaldua, Aihen, Januzaj, Rafinha, Carlos, Barrenetxea y Rico.
Remiro parte como favorito en la portería. En la defensa, podría repetir con los mismos, aunque Sola cuenta con posibilidades de entrar en cualquiera de las dos bandas. Le Normand y Pacheco parecen fijos en un día en el que hay que fortalecer el juego aéreo. En el centro del campo, lo normal es que regrese Zubimendi, con Merino, si está bien, y Silva por delante. No se puede descartar que Illarra siga o que regrese Guevara. Y arriba, el tridente podría ser el formado por Portu, Sorloth y Oyarzabal, con Isak a la espera de que encuentre sus goles.
El rival
El Mallorca mantiene un colchón de cinco puntos sobre el descenso. Kubo, que estuvo cerca de la Real en verano, es el principal canalizador de su juego, aunque su plan ha cambiado y se ha convertido en más directo desde la llegada del gigante kosovar Vedat Muriqi. Solo ha perdido tres duelos en su estadio.