Los técnicos de la Real van a esperar a las alineaciones de los rivales y a conocer sus planteamientos con las orejas tiesas, ahora más si cabe. Pero tampoco resulta descabellado pensar en que los próximos rivales del equipo txuri-urdin apuesten por dar continuidad a lo que vienen haciendo. El primer partido tras el parón tendrá al Mallorca como adversario, el sábado 16 en Anoeta (21.00 horas). Y los baleares llegarán a Donostia tras ganar al Levante en su estadio.
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Contra el cuadro granota, pese a que habían perdido el duelo previo ante Osasuna, siguieron jugando con un 4-4-2 cuyos extremos tienden a juntarse dentro con los centrocampistas, fórmula a la que Luis García no tiene por qué renunciar ante la Real. No debe descartarse, sin embargo, que sí varíe, pues así lo han hecho recientemente adversarios muy reconocibles como el Mónaco.
Esta última característica puede aplicarse al próximo rival europeo, el Sturm Graz austríaco, a quien la Real visitará el jueves 21 a las 21.00 horas. Se trata de un equipo que hace de su 4-4-2 en rombo prácticamente religión, pero a cuyo entrenador tampoco le duelen prendas a la hora de cambiar sobre la marcha. Así lo hizo, por ejemplo, en la primera jornada de la liguilla contra el Mónaco, cuando dispuso a su medular en línea ante las conexiones que el rival establecía dentro con Gelson Martins y Volland. El Sturm, segundo en su liga, no atraviesa ahora una buena racha, ya que tras el 1-4 ante el PSV perdió en el torneo local contra el Hartberg (3-2).