El verano del 77 fue un punto de inflexión para Bea, una joven de Errenteria que descubre un nuevo mundo: un grupo de mujeres que luchan. por los derechos femeninos y que, entre otras cosas, ayudan a otras mujeres a pasar clandestinamente a Francia para abortar. Por su camino se cruza, además, Miren, una joven de alto estatus social y económico pero con la que Bea despertará a un nuevo mundo emocional. Bea, Miren, Feli, Belén, Toto, Asun, Maite o Pili son varias de las protagonistas de 'Las Buenas Compañías', película dirigida por Silvia Munt, con un elenco mayoritariamente femenino y rodada en Errenteria. Esta localidad guipuzcoana acogió ayer, precisamente, el preestreno de esta película que mañana, viernes 5 de mayo, llegará a las salas de cine.
Entrevistada en Onda Vasca, Silvia Munt asegura que "la vocación de cualquier película debe ser, en primer lugar, emocionar al espectador. Aquí explicamos la historia de Bea, una adolescente de 18 años en el 77, y compartimos con ella su viaje a la adultez en un verano único, en un verano en el que le pasan muchas cosas que harán que nunca sea la misma: su vinculación a un grupo que le hace vivir socialmente todos los cambios, su aterrizaje a la sexualidad, que no es el que esperaba ni con el que esperaba, su visión de encontrar una madre que tampoco es la que ella creía".
Reconoce la directora de "Las Buenas Compañías" que esta película "es la historia de Bea, pero al mismo tiempo se explica todo ese paisaje que había de silencios, de ocultaciones, de educaciones que no queríamos para nada, de la religión que aprisionaba absolutamente todo. Y todo eso se rompió y empezamos a escalar poquito a poquito las libertades que hemos conseguido decenios después".
Una película llena de sonidos pero también de silencios: "en esa época, casi todo lo que pasaba te lo comías solo, como podías, porque todo eran conversaciones que entendías a medias, sensaciones que tenías sobre tu sexualidad o sobre la vida en general que no las podías compartir habitualmente en casa. Salíamos un silencio siniestro y gritábamos con una rabia brutal para conseguir esa libertad que hemos ido consiguiendo poquito a poco".
Abortar en Francia
Silencio y clandestinidad, precisamente, sobrevolaba sobre las mujeres que querían abortar en esa década de los 70. Ahí jugó un papel importante un grupo de vecinas de Errenteria que ofrecía soporte a otras mujeres, a las que ayudaba a pasar la muga hacia Francia donde podían abortar con garantías, sin poner su vida en riesgo. De hecho, estamos hablando de unos años en los que las mujeres que querían abortar en el Estado Español utilizaban, fuera de toda supervisión médica, métodos muy agresivos con su cuerpo.
La historia de estas mujeres, sin embargo, ha sido muy poco conocida y reconocida por nuestra sociedad. La propia Munt confiesa que "a mí me sorprende lo poco conocida que era. Somos producto del pasado y este pasado muchas veces se ignora. Y, sobre todo, ese pasado tan reciente." También hace referencia a las conocidas como 'las 11 de Basauri' que también cuentan con un papel importante en la película. "La gente no sabía que había 11 mujeres condenadas a 14 años de prisión por haber abortado, claro que clandestinamente, porque no lo podían hacer de otra manera. Eso movilizó a todas las mujeres de todo el país. También en Errenteria, que era un volcán en ebullición a todos los niveles, a nivel sindical, a nivel vecinal, a nivel político, etc,,,"
"También a nivel feminista", añade Silvia Munt, "lo que pasa es que la lucha feminista pasaba siempre a un segundo plano. Éramos invisibles y lo fuimos hasta hace poquito". En este sentido, la directora pone en valor el trabajo realizado por estas mujeres de Errenteria "porque además de ayudar a las mujeres a abortar, había toda una labor de alfabetización, de luchar por el anticonceptivo, de aprender a ser mujer, de aprender a vivir, la sexualidad, a aceptarnos como éramos. Toda esa lucha paralela fue ninguneada".
Se ha avanzado mucho, pero...
Silvia Munt espera que esta película sirva para que el espectador sea consciente de todo lo que se ha avanzado desde finales de los 70 pero, también, de que muchas de las reivindicaciones todavía son necesarias. "De hecho, lo que sorprende cada vez que pasamos la película es que toda la generación joven se emociona, y agradece y necesita ese grito porque ahora el relevo son ellas. Nos hemos de unir todas las generaciones, la de mi madre, la nuestra, la que viene y la que nace, porque juntas conseguiremos que nunca nos partan por la mitad".
De hecho, algunas proclamas feministas que se recogen en 'Las Buenas Compañías' y que eran las que gritaban esas pioneras de los años 70, como "¡Manolo, te haces la cena solo!", "¡Respeto a las mujeres!", "¡Nos estáis matando!", todavía hoy en día se repiten en muchas movilizaciones de mujeres porque, desgraciadamente, siguen vigentes.