De validarse la candidatura que el pasado viernes presentó Luis Sabalza ante la Junta Electoral de Osasuna y de confirmarse que nadie más concurre a los comicios por la presidencia del club (el plazo de presentación de candidaturas expira el próximo miércoles y el aval de 9,1 millones parece un escollo insalvable, salvo para Sabalza, el único exento de cumplir este requisito), el actual máximo mandatario de la entidad iniciará a partir del próximo 26 de noviembre su tercera legislatura al frente de Osasuna. Y lo hará con una novedad en su plancha electoral, en la que continúan todos los que están y a los que se ha unido Manuel Piquer Martín-Portugués, un abogado navarro de 58 años, elegido socio compromisario del club en el segundo millar en las polémicas últimas elecciones y con un amplio currículum en el que ahora mismo destaca su condición de vicepresidente de la Confederación Navarra de Empresarios (CEN) y de presidente de la Federación de Asociaciones de Pequeña y Mediana Empresa de Navarra (FAPYMEN).
Si Sabalza vuelve a ser reelegido (todo apunta a que otra vez sin pasar por las urnas por la ausencia de más aspirantes, como en sus dos primeros mandatos), Piquer se convertirá en el undécimo pasajero de la aventura del sangüesino como presidente de Osasuna, cargo al que llegó en diciembre de 2014 con un equipo de trabajo en el que solo continúan en la actualidad Fidel Medrano y el propio Sabalza. Pedro Baile, Eva Blanco y Juan Ramón Lafón completaron esa primera directiva, pero estos dos últimos fueron destituidos en febrero de 2016, con el aterrizaje de Fran Canal en el club como uno de los motivos de la crisis que derivó en la salida de Blanco y Lafón. Txuma Iso y Alfonso Ramírez ocuparon entonces sus puestos.
Txuma Iso y Alfonso Ramírez, a principios de 2016. Foto: Mikel Saiz
A esta crisis se unió posteriormente otra con la salida de la directiva del vicepresidente, Pedro Baile, que también puso el foco en el director general como causante de disensiones en el seno del grupo. Con Baile descabalgado, Sabalza promocionó hasta la vicepresidencia a Alfonso Ramírez en mayo de 2017, un directivo al que la sobrexposición, junto con cuestiones personales a las que aludió el día en que presentó su dimisión apenas cinco meses después de su nombramiento como vicepresidente, acabaron por hacerle salir del club "por agotamiento".
César Muniáin, con Sabalza.
Miguel Cuesta e Ignacio Yániz fueron los dos directivos que entraron cuando Baile estaba gestando su salida, a los que se unió César Muniáin para conformar la candidatura para las últimas elecciones, previstas para noviembre del año 2017 y que tampoco se celebraron porque los precandidatos Juan Ramón Lafón y Víctor Álvarez no pudieron conseguir el aval de casi 4,3 millones de euros necesario para competir contra Sabalza. Ahora, otra vez sin competencia a la vista y tras la reforma de estatutos que eliminó el límite de mandatos, Luis Sabalza se encamina hacia su tercera legislatura consecutiva, en la que ha incluido a un nuevo directivo, el undécimo desde que llegó al cargo en 2014. Manuel Piquer acepta el reto porque, como reconoció a este periódico, cree que es el momento de dar un paso al frente después de varios ofrecimientos anteriores, muchos años de amistad personal con el propio Sabalza y de otros tantos de relación laboral con el club como abogado, desde tiempos de Fermín Ezcurra hasta la actualidad.
Ignacio Yániz y Miguel Cuesta, con Luis Sabalza. Foto: Mikel Saiz