Ha participado recientemente en un ciclo de conferencias organizado en Euskal Herria por Alternatiba. Su objetivo era combatir los bulos que afectan a la comunidad trans. Ha compartido mesa y micro con otras personas, como Bea Sever, de Naizen-Asociación de Familias de Menores Transexuales. Mar Cambrollé se muestra indignada y dolida con el giro que ha tomado el trámite de la ley trans.
¿Qué ha sucedido recientemente en lo que respecta a la aprobación de la llamada ‘ley trans’?
Básicamente, la actitud prepotente e irresponsable por parte del socio mayoritario del gobierno. Desde una posición de no consenso, quiere imponer sus enmiendas a pesar de que sean inconstitucionales porque discriminan a los menores trans sin tener en cuenta lo fijado por las sentencias del Tribunal Constitucional y del Supremo en 2019, que declaran de manera contundente y firme que los menores tienen derecho al cambio registral y de nombre en sus documentos identificativos. Creo que esto último forma parte de una secuencia de incumplimientos de los acuerdos asumidos por Pedro Sánchez en su discurso de investidura.
¿Puede este nuevo conflicto entre los partidos representados en el Consejo de ministras y ministros abrir una fisura definitiva en el Gobierno Sánchez?
Puede abrirla. El socio mayoritario está incumpliendo su acuerdo programático con Unidas Podemos. Está gobernando en clave electoralista, boicoteando, difamando e incluso difundiendo bulos.
¿Cree que, de mantenerse el PSOE en sus enmiendas, el desgaste electoral sería considerable?
El desgaste ya es evidente. Tiene enfrente a toda una sociedad. Distintos estudios sociológicos revelan que el 87% de la sociedad española está a favor de la ley trans. Incluso, si lo segregamos por género, son las mujeres las que más apoyan la ley trans. Por otro lado, de 17 Comunidades Autónomas, quince ya legislan y protegen a las personas trans dentro del techo competencial del que disponen. Eso también supone un mensaje directo al Gobierno central respecto al marco jurídico de las personas LGTBI. Estamos presenciando cómo un partido que en tantas ocasiones ha promovido avances y derechos ahora los obstaculiza.
Ha visitado Euskal Herria para participar en un ciclo de conferencias organizadas por Alternatiba en Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa que se titulaba ‘Ley Trans: Desmintiendo bulos’. ¿Cuáles son esos bulos a desmentir?
Se trata de unos bulos que, en realidad, forman parte de una campaña de intoxicación. Por ejemplo, que las personas trans podemos violar a otras mujeres en espacios segregados por géneros, como pueden ser vestuarios, cárceles de mujeres, etc. Que los menores son inmaduros y que es necesario protegerlos, cuando la realidad es que se trata de una ley que viene a desmedicalizar el derecho a la identidad. Otro gran bulo es que se puede iniciar un tránsito para eludir una responsabilidad en casos de violencia de género. Todos son bulos que se pueden desmontar uno por uno. Forman parte de una estrategia con resultado de alta violencia hacia las personas trans, en particular contra las mujeres y los menores, que constituyen la parte más vulnerable del colectivo trans.
Es usted activista por los derechos humanos y la libertad sexual desde 1977. ¿Qué hitos señalaría como los más importantes entre los conseguidos por el movimiento hasta el día de hoy?
El hito más importante ha sido el matrimonio igualitario en 2005, aunque no se puede estar rentabilizando toda la vida. Es cierto que la ley de 2007 reconoce la identidad legal de las personas, pero nació con fecha de caducidad porque excluyó a los menores y dejó fuera también a las personas migrantes. Se trataba de una ley insuficiente: las personas trans no tenemos un problema solamente con la identidad, también tenemos problemas de inserción laboral o en lo referente a la institución educativa. Es importante la protección de las infancias trans para salvaguardarlas de la discriminación o el mal trato: algunas agresiones no dejan moratones. La Declaración Internacional del Niño claramente dice que, ante cualquier circunstancia, debe de prevalecer el interés superior del menor; y el interés superior de un menor transexual es que se le permita el libre desarrollo de la personalidad.
¿Qué ha echado en falta todos estos años?
Ha faltado una ley que protegiera al colectivo LGTBI contra la LGTBIfobia; ha faltado una asignatura de respeto a la diversidad sexual y de género. Faltaba algo tan importante como esta ley trans que viene a reparar la desigualdad y la violencia sistemática que el Estado ha perpetrado contra las personas trans por acción o por omisión. Esta ley sin recortes es necesaria para cruzar la última frontera de la igualdad, que es la igualdad de las personas trans.
¿Le gustaría añadir alguna reflexión más?
El mejor país no es el que recorta derechos, sino el que los amplía a quien no los tiene. Todos los avances que hemos vivido en el Estado español, como el derecho al aborto, al divorcio o al matrimonio igualitario, han venido acompañados por teorías apocalípticas difundidas por sectores reaccionarios. Invitamos al PSOE a que se baje del autobús de la transfobia.