La lluvia da un poco de tregua para las fotos en la icónica playa de San Lorenzo, ahora desierta. El frío ha vaciado las siempre alegres calles de Gijón y Marcelino pasea tranquilo por ellas mientras ejerce de guía. Se presta a un sinfín de fotos en los lugares más significativos de la ciudad y charla tranquilamente, sin sobresaltos, sobre la actualidad y su pasado en el Athletic y el Valencia, los dos últimos equipos a los que ha dirigido.
Marcelino durante la entrevista
No ha cambiado mucho en este tiempo en el que no le hemos visto tan de cerca.
-Tendré la carita más relajada yo creo. Por lo menos no tengo el estrés que te exige el trabajo y la competición.
Para usted estar en casa es estar sin trabajo. ¿Eso es estresante?
-No, para mí es relajante. Cuando estoy sin trabajo puedo hacer todo aquello que cuando trabajo las horas de dedicación me lo impiden. Ahora disfruto de este momento.
¿Está inquieto por no estar entrenando?
-No. Podría estarlo quizá en mayo o junio. Pero ahora no. Tampoco veo un posible proyecto que me atraiga a corto plazo. Y creo que a estas alturas de competición no es fácil aceptar una propuesta de trabajo. Creo que tenemos muchas más opciones de equivocarnos que de acertar. Tres veces nos ha tocado entrar en equipos a lo largo de la competición y las tres veces nos ha salido muy bien; y cuando te sale bien muchas veces, está más cerca la posibilidad de que te salga mal. Por eso también es muy importante elegir.
¿Ve mucho fútbol?
-El justo. Y no es lo mismo ver que analizar. Ahora disfruto, me distraigo viendo fútbol; cuando estoy analizando fútbol estoy trabajando.
¿Echa de menos Bilbao?
-En ocasiones sí, pero estoy en mi tierra. Si fuera a otro sitio a trabajar podría establecer una comparación, pero ahora como estoy en casa, con los amigos, con la familia, ocupado en otras cosas... pues la verdad es que estoy feliz. Pero lo mismo que estuve muy muy feliz en Bilbao. Hay ciertos momentos en los que puedes echar de menos un poco el trabajo, la relación con los futbolistas y lo que es Bilbao como ciudad y su gente, que nos ha dado gran felicidad.
Hablemos de la actualidad. Lo que son las cosas, pero otra vez Athletic y Valencia se ven las caras en Copa.
-Sí... Mira qué cosas tiene el fútbol. El año pasado era el rival que menos deseaba por mi pasado valencianista y este año ha vuelto a ocurrir. Lo que hay es una dificultad añadida, que es una eliminatoria a partido único y en Mestalla. Pero creo que el Athletic está mejor que el Valencia, aunque siendo a un partido y jugando en su estadio, todo puede suceder.
¿Es diferente el Valencia de esta temporada al de la pasada?
-Sí, yo creo que es muy diferente. Tiene jugadores diferentes, entre ellos dos que la temporada pasada fueron claves como Guedes y Soler. A la vez, el estilo de juego es muy diferente. El Valencia de Gattuso es un equipo vistoso que me gusta ver, pero que creo que está muy penalizado porque no son lo suficientemente resolutivos en las áreas. Pero ese equipo tiene una identidad clara y un trabajo detrás.
El Valencia sigue sumido en una espiral que parece llevarlo camino de la autodestrucción. Usted ya vivió una época convulsa desde dentro.
-Los hechos demuestran que mientras siga esta propiedad en el Valencia, ese club va a estar alejado normalmente de lo que es su historia, de lo que es su capacidad, de lo que es su afición, de lo que es esa ciudad. Es una pena que el Valencia, que tendría que estar siempre en la parte alta de la tabla incluso cerca de los grandes, como así lo demuestra su historia, ahora tenga un ir y venir sin saber hacia dónde va. No es normal que un equipo que quiera ser estable, competitivo y que tenga una progresión en el rendimiento tenga solo tres futbolistas titulares de una temporada a otra. Es un sinsentido. Pero bueno, así es. A mí me da pena por la afición del Valencia y por los jugadores.
Tras salir como salió del Valencia, ¿agradeció llegar a un club como el Athletic con tanta estabilidad institucional?
-Hombre, sí. Que conste que en el Valencia estaba muy a gusto. Tuvimos dos años de estabilidad total dentro, hasta que de repente, en un visto y no visto, nos vimos fuera. Puedo decir que tuve la suerte de haber sido entrenador del Athletic. Es un club llamativo desde fuera y luego desde dentro se hace superatractivo, diferente y a la vez te hace disfrutar. Yo disfruté mucho en el Athletic. Para mí disfrutar es ir a trabajar a gusto y con aquellos futbolistas disfruté en el trabajo.
¿Y este Athletic de Valverde es muy diferente al suyo?
-No lo sé. No me gusta tampoco hacer comparaciones. Muchas veces en el fútbol se ponen calificativos en función de los resultados y esos resultados la mayoría de las veces vienen propiciados por el acierto o la capacidad de definición que tengas. El Athletic yo creo que hace las cosas bien. A mí es un equipo que me gusta. Es un equipo alegre, que va bien hacia arriba, presiona bien en campo contrario... Es un equipo que me agrada ver y que, más o menos con diferencias, porque sí que las hay si entráramos al detalle, a lo que es el análisis técnico, que creo que no procede habiendo sido el entrenador anterior, en muchas cosas es similar. Y en otras pues es diferente, pero es lógico, no hay dos entrenadores iguales.
Se suele decir que el vestuario del Athletic, especialmente en los últimos años, afronta la Copa con otros aires al de la liga. ¿Usted que ha estado dentro cree que es así?
-Bueno… Yo no soy capaz de detectar una diferencia. ¿Por qué? Porque el objetivo del entrenador es ganar cada partido, independientemente de que juegues Copa o liga. A mí, en alguna rueda de prensa a veces me llegaba hasta a molestar que solo se hablara de la Copa.
Es que en Bilbao somos así...
-Ya, pero eso no quiere decir que ser así sea lo mejor o lo más positivo. Yo creo que un equipo se hace importante, se hace grande y se hace fuerte cuando juega cada partido con el ánimo de ganarlo. Para mí no hay una diferencia entre jugar contra el Valencia un partido de Copa o uno de liga. Otra cosa es una final, que es un momento diferente.
¿El vestuario del Athletic, como dicen, es tan distinto al de otros equipos?
-En otros equipos, el entrenador muchas veces tiene que intentar cohesionar. Y en el Athletic tienes que hacer todo lo posible para que no suceda la contrario. Esa es la gran diferencia. ¿Qué pasa? Pues para mí merece el mismo respeto un jugador del Athletic que un jugador del Valencia, por hablar de los últimos dos equipos en los que he estado. Pero entre los jugadores está instaurado el respeto, el compañerismo, la humildad, la ambición, la ayuda permanente. Y en otros clubes eso sucede más con los jugadores de casa, aunque también con otros que por su carácter y mentalidad también son así. Y hay clubes en los que igual había cuatro, cinco o seis de casa. Y en el Athletic son todos. Y es muy diferente. Pero a la vez, también es duro para el futbolista. Ser de allí te implica un plus de querer corresponder a la gente y eso genera un desgaste a nivel mental.
Transcurridos ya unos meses de su salida del Athletic, ¿habría hecho algo distinto a nivel futbolístico?
-A nivel futbolístico, no. Pero es obvio que seguro que hubo cosas que pude hacer mejor. Pero no veo nada que haya podido cambiar de forma drástica. Seguro que yo pude tomar mejores decisiones en algún caso, seguro. Pero todas las decisiones que tomamos, te puedo asegurar que había detrás un grandísimo análisis intentando buscar lo mejor para el Athletic. Y nosotros creíamos que para hacer un Athletic competitivo teníamos que actuar de esa forma. Y en gran medida creo que los hechos, en una parte importante, seguro que con errores, nos dan la razón. Creo que en esos 18 meses fuimos progresando constantemente. Creo que el Athletic era mejor en junio de 2022 que en el junio de 2021.
¿Qué le parece que ahora que Iñigo Martínez está lesionado haya quien le cuestione?
-Para mí, Iñigo es un central top, que tienen un nivel altísimo. Es más, creo que podría ser titular en cualquier equipo de nuestra liga y estar luchando con cualquiera de los centrales de los tres grandes. Creo que con eso está todo dicho. Me parece un jugador excepcional y con nosotros dio un grandísimo rendimiento. Si yo soy entrenador, quiero más que esté en el campo que en el banquillo.
¿Cómo ve al Bilbao Athletic?
-El filial el año pasado sufrió mucho. Esta temporada no sigo su trayectoria. Pero lo que sí es muy importante para el Athletic es que su filial tenga un buen funcionamiento y juegue en una categoría que le permita competir y ganar más veces que perder. Esto que voy a decir ahora y no lo digo de forma gratuita, pues es una opinión personal, lo que creo que necesita el Athletic es en su cantera tener una filosofía concreta y continuada. Y esa filosofía debe ir acorde a lo que es el Athletic como club y a su historia. Creo que es sencillo. En el momento que los entrenadores nos pongamos a inventar es más fácil que podamos caer en el error que en el acierto.
Cambiemos de tema. ¿Ser seleccionador español es un sueño para Marcelino?
-Es una ilusión. Está claro que hubo una oportunidad con el cambio de entrenador, pero ahora hay otro nuevo al que por supuesto le deseo lo mejor. Es una opción que ahora a corto y medio plazo me parece inviable.
¿Estaba esperanzado en que le pudieran llamar?
-Preveía que Luis Enrique pudiera seguir porque es un muy buen entrenador y además creo que lo estaba haciendo muy bien. Una vez que Luis Enrique no sigue, creo que se daban una serie de circunstancias para que tuviera opciones. Pero bueno, el presidente eligió otra opción que es muy respetable.
Se escuchó y leyó que desde la Federación Española le sondearon, pero también lo contrario. ¿Podría aclarar algo?
-Tampoco yo voy a entrar en eso. Es algo que ha pasado y el presidente, como es lógico, ha decidido. No me quita el sueño. Yo siempre miro al presente y al futuro. Para mí ser seleccionador español, si no lo máximo, es algo absolutamente diferente y su-peratractivo. Para mí era una ilusión, sigue siendo una ilusión y la veo igual de lejana ahora que la veía hace cuatro meses.
También se ha dicho que lo pasó muy mal cuando supo que no era el elegido. ¿Es verdad?
-No. Yo lo paso muy mal cuando me echan de un club. Pero cuando hay una opción y no se presenta, es que es parte del juego.
¿La Copa le ha marcado en el Athletic para bien o para mal?
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