Marchando por el Eretza y el barranco del Grazal

Tras días de lluvias y nieve, la niebla, que todavía rondaba las montañas, nos recibió para acometer una bonita ruta con tramo por el rio, no exenta de barro y cercana a un coloso: el monte Eretza

DATOS PRINCIPALES

· Kilómetros: 18

· Desnivel positivo: 1075+

· Duración: corriendo 2:40h / Caminar - correr: 3:20h / Senderismo 4:15(+40 min niños)

DESCRIPCIÓN 

Arranca la temporada de carreras en este 2023 y empezamos con un clásico en los últimos años como es la Sodupe Negu Lasterketa. La víspera a la carrera sentía que las piernas estaban a punto, con ganas de ser probadas el domingo en Sodupe. Una semana de lluvias y nieve, así como la niebla que todavía rondaba las montañas limítrofes, me hacían no dudar cara a cómo se iba a encontrar el terreno, sobre todo en un par de puntos clave, una zona con barro sobre el kilómetro 5, y la bajada con piedras antes del refugio del Eretza.

Aparco cercano al polideportivo donde iba a ser la salida y la recogida de dorsal. Todo muy rápido y sobre todo con buena temperatura, la cual se agradece ya que el día había amanecido frio y sobre todo con el detallazo por parte de la organización de poder tomar un cafecito e incluso alguna galleta para calentar el cuerpo y llenar el estómago. Estas cosas junto con el servicio de consigna, no cuestan mucho y se agradecen un montón por parte de todos los que tomamos parte en este tipo de pruebas.

Una vez con el cuerpo caliente gracias al café, y con la ropa y zapatillas puestas, me dispongo a ponerme en la línea de salida. Muchas caras conocidas como es el caso de Bere una amurriana que va a realizar la marcha, eso sí algo más rápido que yo. Siempre me pilla muy pronto esta carrera, así que visto lo visto me pongo junto con dos chicas con las que realizare toda la prueba. Son Aintzine con la que tuve la suerte de compartir la parte final de la subida al Zaldiaran en la Gasteiz Trail en el año 2019 y su amiga del alma Maialen. Son dos vitorianas con alma de Santa Cruz de Campezo.

El primer kilómetro y medio es todo por asfalto en dirección al barrio de Iorgi, donde ya por terreno de montaña vamos poco a poco subiendo mediante una pista preciosa que va de un lado al otro del rio Grazal. Baja con mucha agua y fuerza por las lluvias y nevadas de las últimas semanas y, es justo después de cruzar nuevamente el rio por medio de unas piedras, y meter gracias a mi gran habilidad el pie dentro del mismo, el momento que el sendero se estrecha y la pendiente se hace un poco más fuerte. Aintzine y Maialen se han quedado un poco atrás, han quitado una marcha y ponen un ritmo más cómodo para ellas. No pasa nada ya que las esperare un poco más adelante.

En unos caseríos terminado este tramo por el rio les espero y me quito el chubasquero. Ya no tengo tanto frio y la verdad es que me viene bien. Los tres nuevamente reunidos transitamos por pista asfaltada hasta llegar a un cruce donde la pista se transforma directamente en barro. Ya estaba advertido por Guipu, un chico de Okondo que no se pierde ninguna prueba cercana a su lugar de residencia, no para correr sino para hacer una labor muy importante, como es el marcaje de las mismas. Llegados a este punto disfrutamos del barro y de las vistas que el paisaje nos ofrece con las cimas de Eretza y Gallarraga cubiertas de nieve.

Antes de llegar al avituallamiento toca una zona de pista de cemento en bajada. Ya en el avituallamiento, después de tomar dos vasos de isotónico, enfilamos una larga subida por pista. Justo aquí es donde aparece una pista secundaria directa al refugio del Eretza. Es una buena opción para quitar kilómetros, desnivel y dureza al recorrido. Nosotros, por supuesto seguimos el recorrido balizado y justo en la parte superior de la pista, tras un giro de 180 grados llega una de las dos subidas duras que quedan. Subimos a buen ritmo aprovechando para dándonos la vuelta contemplar el maravilloso espectáculo a nuestros pies.

Una vez ascendido este tramo bajamos por una zona de piedras, la cual, pese a la lluvia no se encuentra en muy malas condiciones, aunque algo de barro hay y podemos observar algún que otro resbalón. Al llegar al refugio nos tomamos nuestro tiempo disfrutando del fantástico avituallamiento allí dispuesto. No tengo palabras para describir el membrillo que comimos. Saliendo del refugio “solo” queda la última subida hasta el buzón del Eretza.

Aproximadamente un kilómetro con unas rampas medias del 30% de desnivel positivo. Encima le añadimos la nieve lo que dificulta nuestro avance, pero como no podía ser de otra manera llegamos arriba.

Tras la foto de rigor en el Eretza, comienza la larga bajada hasta la línea de llegada en Sodupe. El primer tramo sin mucho desnivel, da paso a otro tramo más empinado justo antes de entrar en un pequeño bosque. Todo esto todavía con nieve, en algún trozo con mucha nieve así que las caídas son sobre blando y divertidas pero habituales. El bosque presenta un terreno bastante inestable con mucha piedra y zonas sobre todo la parte final del mismo con el terreno bastante descompuesto. La nieve ha desaparecido y ha vuelto el barro.

Por fin, entre risas por haber superado este difícil tramo sin mancharnos el culo con el barro encaramos la parte final de la bajada por una cómoda pista, que, si bien tiene momentos de cierta pendiente, es un tramo que se puede hacer muy rápido. En este terreno es donde sobre todo a Maialen se la ve muy contenta. Para ella se trata de otro reto superado, por distancia, desnivel, dificultad de terreno. No hace mucho que empezó a andar por el monte y además tuvo la mala suerte, como muchos, de tener una pandemia por medio.

Ya con esto superado, estamos de nuevo en las calles de Sodupe, me cuentan que la siguiente que tienen las dos en una prueba de 27 kilómetros en Alava. Suben la apuesta de nuevo para continuar sonriendo como no han parado de hacerlo hoy. Seguro que los disfrutan al máximo. Gracias a las dos por compartir su camino conmigo. En resumen, una carrera preciosa, quitando ese tramo excesivo de asfalto, con unos senderos espectaculares y un coloso en la orografía vizcaína como es el Eretza. Destacar lo bien organizado que estaba todo y el completísimo banquete final que teníamos en meta. Así da gusto.