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Polideportivo

‘Marcianadas’ Evenepoel

El belga ofreció una exhibición para adjudicarse la Clásica por segunda vez
El belga, escapado desde Erlaitz, se ha impuesto con casi dos minutos de ventaja sobre Pavel Sivakov
El belga, escapado desde Erlaitz, se ha impuesto con casi dos minutos de ventaja sobre Pavel Sivakov

Evenepoel no entiende de triunfos ordinarios. Cuando gana, lo hace de verdad, con todas las de la ley. Sus victorias más comunes se cuentan con los dedos de una mano. Y miren que es largo su palmarés. Las espectaculares, las épicas, abundan. Cuando en 2018 ganó el Mundial junior de Innsbruck, su hazaña fue atribuida al escaso nivel de la competencia en la categoría: sufrió un incidente, perdió dos minutos respecto al pelotón, tapó el agujero y se marchó en solitario hacia el arcoíris. Lo que pudo quedar en la clásica historieta del niño prodigio que termina quedándose en nada se ha visto, por el contrario, plenamente confirmado a posteriori. Este chico es un extraterrestre. Y en Donostia, en Gipuzkoa en general, sabemos bien de lo que hablamos cuando de Remco se trata.

Alejandro Valverde fue homenajeado en la salida de la prueba. | FOTO: EFE

Alejandro Valverde fue homenajeado en la salida de la prueba. | FOTO: EFE

En 2019 arrancó la moto lejos, pero cerca al mismo tiempo. A la altura de Usurbil (el recorrido era distinto), de camino a la ascensión final a Murgil, estimó que se trataba del momento adecuado para pegar el estacazo, sumarse al letón Skujins y destrozarle luego cuesta arriba: exhibición difícil de repetir. Difícil pero no imposible. Ayer Evenepoel incluso la superó, atacando en Erlaitz. Solo Simon Yates pudo seguirle durante un escaso kilómetro, quizás ni eso. Después el belga comenzó a abrir hueco y ya solo le vieron en meta. Nunca nadie tuvo opciones reales de darle caza. Una horita después, Remco llegaba con total tranquilidad al Boulevard para celebrar el triunfo y marcar con los dedos su racha donostiarra: una y dos. Es el rey de la Clásica.

Pogacar, en la salida. | FOTO: EFE

Pogacar, en la salida. | FOTO: EFE

Ascensión a Jaizkibel

Su éxito comenzó a fraguarse en la ascensión a Jaizkibel, donde el Quick-Step, el equipo del belga, imprimió desde pie de puerto un ritmo machacón que hizo daño a todo el pelotón. Que los gallos tenían ganas de marcha ya había acreditado antes, cuando a una inofensiva fuga de nueve ciclistas con Jon Barrenetxea (Caja Rural) e Ibai Azurmendi (Euskaltel-Euskadi) en nómina solo le había permitido adquirir un máximo de tres minutos de renta. Y quedó confirmado luego cuando a punto de coronar, casi al iniciar el descenso hacia Hondarrribia, un maillot del UAE asomó entre los descolgados del gran grupo. Sí, era Pogacar. Descartado.

Quién sabe si envalentonado por los estragos causados, o igual también porque la ofensiva estaba incluido de antemano en el plan, Evenepoel no tardó en demarrar subiendo Erlaitz. Enseguida abrió unos metros respecto a todos menos Simon Yates. El británico del BikeExchange trató de soldarse a la rueda de Remco. Pero este andaba desatado. Sin mirar hacia atrás, sin pedir el más mínimo relevo, continuó su camino con cara de caníbal y los ojos inyectados en sangre. Bingo. Yates enseguida perdió comba. Restaba aún subida. Quedaba un terreno pestoso hasta el primer paso por meta. Había que ascender Murgil. Y sin embargo poco importaba todo, estando semejante marciano de por medio. Aguantó con creces, por mucho que entre sus perseguidores sucediera justo lo que menos le convenía.

En la bajada de Erlaitz un grupo con Tiesj Benoot, Bauke Mollema y los Ineos Carlos Rodríguez y Pavel Sivakov dio caza a Yates. Y en el tramo previo a Oiartzun se marcharon solos hacia delante los dos representantes del cuadro británico. Dos contra uno. Rodríguez y Sivakov, además, podían remar con fuerza y tranquilidad, sin polizones en el barco. ¿Desafío para Evenepoel? No. El GPS de la televisión marcaba cada vez mayores rentas. 50 segundos. Un minuto. Un minuto y medio. Subiendo Murgil, con la afición vasca entregada, avanzando entre ikurriñas y el humo de las bengalas, un Remco fuera de sí alargó la ventaja hasta el infinito. Pudo bajar Igeldo como un cicloturista, sin correr el más mínimo riesgo. Las curvas del centro las negoció a medio gas, tranquilísimo. Y en meta, justo antes de levantar dos dedos para contar sus victorias en el Boulevard, señaló también el asfalto sobre el que rodaba su bicicleta. El asfalto de Donostia. Su jardín. – N.G.

CLASIFICACIONES

1. 1º Remco Evenepoel (Quick Step) 5:31:44

2º Pavel Sivakov (Ineos) a 1:57

3º Thiesj Benoot (Jumbo) a 2:30

4º Carlos Rodríguez (Ineos) a 3:11

5º Bauke Mollema (Trek) a 3:11

6º. Simon Yates (BikeExchange) a 3:28

7º. Toms Skujins (Trek) a 4:09

8º. Mattias Jensen (Trek) m.t.

9º. Ribogerto Urán (EF Education) m.t.

10. Lorenzo Rota (Intermarché) m.t.

30º. Gorka Izagirre (Movistar) a 4:54

Reacciones

Evenepoel: “Estoy encantado”

Una carrera de su agrado. Remco Evenepoel se mostró “encantado con la forma en que funcionó todo. Lieja-Bastoña-Lieja y Clásica San Sebastián son mis carreras favoritas de un día, y ganarlas ambas en la misma temporada es increíble. Los muchachos hicieron un trabajo increíble desde el comienzo del día y les estoy agradecido, fue gracias a su arduo trabajo que pude llegar a Erlaitz con mucha energía. Todo lo que tenía que hacer allí era ir a por todas, y eso fue lo que hice”.

Remco Evenepoel logró su segunda meta en el Boulevard. | FOTO: GORKA ESTRADA

Remco Evenepoel logró su segunda meta en el Boulevard. | FOTO: GORKA ESTRADA

2022-08-01T07:01:05+02:00
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