La zumarragarra Margari Guijarro cumplirá 80 años en 2024, pero esta menuda mujer se muestra tan activa como cuando tenía 20. Le encantan las manualidades y el arte y le da a prácticamente todo: bordados, bolillos, patchwork, punto, ganchillo, dibujo, pintura, realismo, arte abstracto, vertido acrílico, acuarela... Sus obras se pueden ver en la casa de cultura Zelai Arizti de Zumarraga. La exposición se clausurará este sábado.
Guijarro nació en la localidad segoviana de Villacastín. De niña su familia se trasladó a Bernardos, también en Segovia, donde pasó su infancia. Cuando ella tenía doce años, vinieron a Zumarraga, en busca de un futuro mejor. Su padre trabajó en la empresa Irimo y ella lo hizo en la fábrica de muebles de mimbre de la familia Busca, en la fábrica de estufas Medo y en el bar Gautxori.
Cuando se casó, se puso a trabajar por su cuenta, haciendo labores de bordado. “Aprendí a bordar con catorce años. Cuando dejé de trabajar fuera de casa, empecé a trabajar de bordadora. ¡Cuántas sábanas habré bordado! Más de la mitad de las familias de Urretxu y Zumarraga tendrán sábanas bordadas por mí. También bordé cortinas, para las tiendas Arrieta y Mi Tienda. Dejé de bordar cortinas hace ocho años: tenía mal la rodilla, mi marido estaba enfermo...”.
Pintura
Además de bordar, hace bolillos, patchwork, ganchillo... “Casi todo lo he aprendido por mi cuenta. Leyendo revistas. Antes no había Internet...”. A pintar también aprendió por su cuenta. “Me gustan mucho los museos y tenía ganas de aprender a pintar. Empecé por mi cuenta, en 2008, con el lápiz. Después empecé a pintar para familiares y amigos. Hace unos años, descubrí el vertido acrílico. Y el año pasado empecé con la acuarela”.
El Ayuntamiento de Zumarraga utilizó un dibujo suyo para homenajear a las víctimas del coronavirus. “Hice el dibujo con motivo del primer aniversario del fallecimiento de mi marido. Desde 2014, todas las mañanas le deseó un buen día a todo el mundo en mi perfil de Facebook y el día del aniversario de la muerte de mi marido publiqué ese dibujo: un pájaro, con un corazón en la boca. Mi marido falleció durante la pandemia, al Ayuntamiento le gustó mi dibujo y lo utilizó para el homenaje”, concluye.