El flamenco de María José Llergo y si obra Sanación protagonizaron anoche el espectáculo de Baluarte, un concierto aderezado con todo tipo de sonidos, pero presume de raíces: árabes y hondas, luminosas y oscuras, plagadas siempre de bellos melismas que acuden al pasado a beber para proyectarse en el presente. Con una prometedora carrera por delante demostró en Pamplona su nueva mirada flamenca con Sanación. Una artista que dice que piensa en sus abuelos cuando canta, de tanto que ellos le mostraron. Que escucha soul y lo filtra por sus facultades, más dulces. Que afina y a través de la música encuentra su particular espacio para la expresión. Miles de oyentes, a través de plataformas digitales, singles y directos, ya la han conocido.
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