La selección de Marruecos, la revelación y la revolución del Mundial 2022, tan solo ha recibido diez remates a su portería y un solo gol en ocho horas de juego del torneo, ya a la alturas de unas semifinales para la historia del equipo y de África, por primera vez presente su continente en el penúltimo paso hacia el título, con una firmeza defensiva admirada e inigualable desde la Italia que fue campeona del mundo en Alemania 2006.
Desde entonces, ninguna semifinalista había llegado hasta ahí con tan pocos goles en contra como Marruecos. Ni la campeona Francia en Rusia 2018 ni la Alemania que reinó en Brasil 2014 ni la España que conquistó el mundo en Sudáfrica 2010. En todas ellas, cada uno de los cuatro equipos llegaron a esa instancia con más goles en contra que el actual conjunto marroquí, pero también cada uno de los 32 competidores en esas ediciones.
No había nadie con unos registros defensivos iguales desde la Italia de Marcello Lippi, campeona del mundo en 2006, con el portero Gianluigi Buffon, los defensas Fabio Cannavaro, Marco Materazi o Gianluca Zambrotta, los centrocampistas Gennaro Gattuso o Mauro Camoranesi y las impresionantes cualidades técnicas de Andrea Pirlo, Alessandro del Piero y Francesco Totti, o desde la Portugal que fue semifinalista también en aquel momento, con el estreno de Cristiano Ronaldo y con Luis Figo, Ricardo Carvalho, Tiago Mendes...
Desde que la Copa del Mundo adoptó el actual formato, desde México 1986, solo esas dos selecciones más la finalista Alemania de Japón y Corea 2002 con Oliver Khan como portero y Miroslav Klose como goleador; la Francia campeona del mundo en 1998 de Zinedine Zidane, Didier Deschamps o Marcel Desailly y la Italia que terminó tercera en el Mundial en su país, en 1990, con Walter Zenga, Franco Baresi, Paolo Maldini o Roberto Donadoni, sin tantos en contra ni en la fase de grupos ni en octavos ni en cuartos, habían alcanzado las semifinales con nada más un gol en contra, como ha hecho ahora Marruecos.