Roble histórico y símbolo universal del pueblo vasco y de las libertades, el Árbol de Gernika sigue siendo un imán para los miles de turistas que visitan cada año el territorio. Más de 120 personas se acercan cada día para conocerlo, casi 45.000 visitantes llegados de los cinco continentes que pasaron por la histórica Casa de Juntas de la villa foral el año pasado.
Así se desprende del balance hecho público ayer jueves por las Juntas Generales respecto a las actividades culturales que, al margen de su función como institución legislativa y de control a la Diputación, organizada cada año. Más de 58.000 personas cruzaron las puertas de sus distintas sedes –el edificio administrativo de Bilbao, las Casas de Juntas de Gernika, Abellaneda y Gerediaga, y el Museo de las Encartaciones–, bien atraídas por las conferencias, exposiciones o jornadas de puertas abiertas que se han celebrado en ellas, o por conocer el valor patrimonial que esconden sus históricos edificios. “Su influjo en la cultura está adquiriendo un valor notable y patente”, valoraron ayer jueves desde la institución.
Entre todas ellas, destaca de forma notable el atractivo que tiene la Casa de Juntas de Gernika, que cobija el histórico Árbol. El número de visitas en 2022 ascendió a 44.882, una media de 120 cada día, protagonizadas por turistas de los cinco continentes. A ellos hay que sumar los que, por cuestiones de aforo, tienen que limitar su visita a los jardines exteriores, donde se encuentra el Árbol Viejo. Y es que las visitas a la sede están limitadas a 32 personas cada hora, que se llenan prácticamente en su totalidad.
Entre los visitantes estatales, el roble despierta un especial interés entre los catalanes y los madrileños, aunque cada vez acuden más andaluces, y entre los extranjeros, son los franceses la mayoría.
Completos en Abellaneda
En Abellaneda, la actividad del Museo de las Encartaciones casi permitió recuperar las cifras de visitantes previos a la pandemia, con 12.615 asistentes que disfrutaron, completando las citas en su totalidad, del programa de visitas guiadas, itinerarios culturales, conferencias y jornadas. En el ámbito de las actividades didácticas se logró una progresiva recuperación de la participación de centros escolares en los talleres, que han llenado casi en su totalidad sus plazas para este curso que finalizará el próximo mes de junio, dedicados por ejemplo a la Edad Media o a la prehistoria.
Dos eventos con enorme tirón, como son el Día de los Montes Bocineros y la Ruta de Las Ferrerías, volvieron a su cita con una gran acogida.
El año pasado también se pudo recuperar el programa Batzarretik Batzerrera, para que la ciudadanía conozca las diferentes sedes de las Juntas Generales, y retomó su actividad en marzo la sala de conferencias de la sede de Bilbao, donde se celebraron, hasta final de año, 17 jornadas o eventos organizados por asociaciones sin ánimo de lucro de Bizkaia.
También esta sede fue escenario de seis exposiciones temporales de distintas asociaciones y colectivos vizcainos, como la donación de 15 obras de arte vasco de la colección Ipiña-Bidaurrazaga –que se suma a las 200 que ya atesoran las Juntas Generales–, las tres muestras de estudiantes de la UPV/EHU –en virtud de un convenio que mantiene con la universidad vasca– o las mejores fotografías del año de Argizaiola, entre otras.
Al detalle
Visitas ilustres. El Árbol de Gernika también recibió durante el año pasado la visita de grupos especiales que previamente solicitan conocer el recinto de forma oficial. Entre ellos, destacan las embajadas de Cuba y Ucrania; la asociación Abuelas de la Plaza de Mayo; el presidente emérito del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy; participantes en la Conferencia anual de la Asociación Internacional de Comisarios Lingüísticos (IALC); jóvenes de Euskal Etxeak de países americanos o miembros destacados de los equipos de fútbol del Athletic de Bilbao y del Chivas mexicano.