Pinceles, colores y trípodes inundaron Balmaseda. El casco histórico de la villa sirvió de inspiración para los más de 250 pintores de acuarelas participantes en el simposio de la Confederación Europea de Asociaciones de Acuarelistas que se celebra desde hace unos días en Bilbao y recaló este viernes en Enkarterri. Primero disfrutaron de una visita guiada distribuidos en tres grupos antes de tomar posiciones en las calles, y algunos a cubierto en el pórtico del Ayuntamiento los momentos en los que llovió, comieron alubias cocinadas por la Cofradía de la Putxera y por la tarde disfrutaron de una masterclass a cargo de Cesc Farré en el palacio Horkasitas.
La agrupación vasca de acuarelistas, que forma parte del foro europeo, ya había ejercido de anfitriona en 2006 de los encuentros que rotan por diferentes ciudades. Se centraron en la costa, así que “en esta ocasión nos apetecía explorar el interior y Balmaseda está cargada de historia”, explicó Andrés Mateo, miembro de la organización. Conforman la confederación europea “catorce países que vamos recorriendo en reuniones anuales”. En 2023 viajarán a Irlanda, “cuyo delegado nos comentaba que en Euskadi se siente en casa”. En tiempos complicados pintar acuarelas “ayuda a evadirse”, aconsejó. Durante esta cita se exponen 178 entre el Bizkaia Aretoa de la UPV y la Sala Ondare, en Bilbao.
Aproximadamente cincuenta pintores y pintoras proceden del extranjero. Como las finlandesas Merja Sipiläinen-Kuhlberg y Victoria Yaroshik, que plasmaron la plaza de San Severino. “Si cierras los ojos se puede sentir el paso de tantas generaciones a través de los siglos. Intentamos captar la energía de los sitios y esta es preciosa”, dijeron.